Comercios abiertos: una recuperación muy tibia y preocupación por el futuro
Edición Impresa | 31 de Julio de 2020 | 01:47

Un poco más de gente en las calles. Movimiento que no se traduce en ventas. La vuelta al trabajo levantó el ánimo, pero el futuro (sin un claro apoyo económico) se presenta sombrío. “Esta reapertura frenó, al menos por ahora, el cierre de más locales. Se prendió el motorcito. Pero necesitamos una reactivación integral”, resumió un comerciante de calle 8 entre 47 y 48 a siete días del retorno a la actividad de los negocios considerados no esenciales, tras cuatro meses herméticamente cerrados.
En otras palabras, reina el buen ánimo por el regreso, pero al mismo tiempo mucha cautela de cara a lo que se viene. Hay que afrontar deudas, casi no quedan ahorros, se trabaja con el stock y no hay posibilidad de invertir un peso.
“La única salida que vemos desde el sector privado es que se concreten los supuestos préstamos que anunciaron”, dijo Martín Bizet, propietario de un local de indumentaria en City Bell, para opinar que los créditos de 150 mil pesos a tasa cero fueron un “fiasco” que “llegó apenas a un 20 por ciento de autónomos. Necesitamos un préstamo en serio, a tasas subsidiadas bajísimas o nulas. De lo contrario, se multiplicarán los cierres”, proyectó.
Contó que en la localidad del norte platense cerraron en forma definitiva 150 locales. “Y en los ocho centros comerciales de la Ciudad cerró aproximadamente el 25 por ciento, unos dos mil negocios (sobre 7.500)”, añadió.
“Esta primera semana se vio una reactivación mínima. Las ventas son muy, muy bajas”, puntualizó.
“Obviamente que fue una semana mejor en comparación con las anteriores -aclaró-, pues esa mínima reactivación nos sirve para pagar algún servicio, poner al día algún alquiler, o para que los empleados se lleven algo de dinero a casa”, describió. El problema es lo que se viene.
En ese contexto, Bizet aseguró que el principal inconveniente que tienen ahora es que se están “comiendo el stock. Y con ventas de este tipo, sabemos que no será nada fácil cuando haya que invertir para la temporada primavera-verano. No vamos a tener resto. ¿Los ahorros? Ya los gastamos para evitar el cierre”, explicó.
La reactivación fue mínima. Sirvió para pagar un servicio o poner al día algún alquiler atrasado
Comentó que en esta primera semana tras la reapertura vendió “entre un 10 y un 12 por ciento más que antes. Pasé de un 8, 9 por ciento de facturación a un 18, 20 por ciento”, especificó, para resaltar que tuvo que cerrar un local y que una eventual marcha atrás en la apertura comercial “sería el final para la gran mayoría”.
Valentín, tercera generación de la familia que fundó la marroquinería de 8, 47 y 48, dijo que “la reapertura frenó muchos cierres. Por ahora permite mantenerse y conservar los negocios y los puestos de trabajo. Que no es poco”.
UNA LUZ TENUE
Consultado sobre la primera semana de persianas levantadas tras el terrible parate de cuatro meses, el joven, responsable de un negocio con 45 años de vida, aseveró que “hubo una mejora” en comparación con los 120 días en que esa arteria eminentemente comercial lució vacía.
“La gente se acerca a los locales, y la vemos más animada. La sola posibilidad de dar una vuelta por el centro hace bien psíquicamente, no sólo a los vecinos en general sino también a nosotros”, reflexionó, para recordar que el retorno de los locales no esenciales se dio justo a fin de mes. “Muchos están esperando cobrar en estos días. Esperemos que se mueva un poco la caja”, manifestó.
“Esta apertura logró que, por el momento, muchos negocios no cierren. Por el momento”, reiteró. Y es que en los centros comerciales platenses creen que el viernes pasado se abrió una suerte de periodo de prueba para muchos. “Se abrió una puerta para los que sobrevivieron. Verán qué sucede, y luego de un tiempo decidirán si siguen adelante o toman la decisión de cerrar”, analizó Alberto Catullo, dueño de un comercio del rubro indumentaria en calle 12. Es por ello que desde las entidades del sector apuestan a los nuevos créditos de los que habló el gobierno, ya que sin una ayuda “real” no habrá posibilidad de recuperación, advirtieron.
Volviendo a calle 8, Valentín consideró que desde el viernes último se empezó a ver “un poquito de luz en el camino, pero seguimos facturando muy poco”, enfatizó, para indicar que “en los mejores casos, con las ventas online se estaba entre el 5 y el 10 por ciento de la facturación (prepandemia), mientras que ahora se subió a entre el 20 y el 35 por ciento”.
“En nuestro caso, pasamos a un 25 por ciento promedio”, señaló. De más está decir que queda muchísimo camino por recorrer.
En otro orden, destacó el “estricto” cumplimiento de los protocolos de seguridad. “No hay aglomeraciones de gente, se cumplen las normas, y eso es muy importante”, apuntó.
Después se refirió a la grave situación en que quedó el sector y a “una ayuda que no llega” y a un apoyo que “no es palpable desde ninguno de los estamentos del Estado: nacional, provincial y municipal”, enumeró.
“Las cadenas de pago siguen cortadas”, refirió, para apostar por un creciente movimiento que al menos lleve a que “no empeore la cosa”.
LO QUE PASÓ, PASÓ
Martín Bizet apuntó que los comerciantes ya dejaron de pensar en lo que pasó. “Estamos pensando en cómo afrontar lo que se viene”, dijo, para diferenciar tres grupos: “Los que no pudieron aguantar la cuarentena ya cerraron definitivamente. Los datos son muy fuertes. Arriba del 25 por ciento de locales en la Ciudad y 150 negocios sólo aquí, en City Bell. Los que sobrevivimos tenemos la soga al cuello, de manera que sin apoyo financiero de las entidades bancarias o del Estado no contaremos con chances de enfrentar lo que se viene (regularización de deudas e inversión para el cambio de temporada, entre muchos otros puntos). Y los grandes podrán aguantar, pero tienen la incertidumbre de no saber cuándo volverá el flujo de gente que necesitan los comercios para pagar los gastos fijos”, concluyó.
Desde calle 12, Alberto Catullo fue al hueso. “Para ser honesto, había una expectativa previa a la reapertura que en esta primera semana no se está cumpliendo. Más allá de que hay mayor caudal de gente en la calle, eso no se refleja en consumo”, definió.
“En principio, es real que la posibilidad de trabajar es un alivio, es como arrancar el motorcito, así como que es muy pronto para hacer una evaluación. Pero que haya más gente en la calle no quiere decir que sea el volumen de público que siempre se movió en los centros comerciales y a lo que nosotros estábamos acostumbrados. Hoy nos hallamos muy lejos de los números y las ventas previos a la pandemia”, remarcó.
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