San Isidro ya habilitó bares al aire libre pero en nuestra ciudad aún aguardan con cautela

Había expectativa en el sector gastronómico local sobre un potencial regreso a la actividad pero en veredas, sectores peatonalizados y otros espacios al aire libre en caso de que La Plata avanzara de fase. Pero los anuncios de ayer dejaron en claro que la actividad deberá esperar.

La noticia se conoció justo el mismo día que uno de los municipios que compone el AMBA puso en práctica una medida de flexibilización que no deja de llamar la atención por darse en el ámbito considerado más crítico por las autoridades en cuanto a la situación epidemiológica.

En San Isidro los vecinos podrán comer al aire libre en bares, restaurantes y cafeterías, sentados en bancos individuales con la distancia social obligatoria, en lo que fue denominado el “take away plus”, una versión mejorada de una de las dos opciones que hasta ahora tienen los locales gastronómicos para trabajar, que es la que el cliente pase a retirar el pedido y se lo lleve (la otra es la del delivery).

En esta modalidad no se permitirá la colocación de mesas y tampoco se podrá vender alcohol y está pensada como “una salida recreativa que descomprime la ansiedad y angustia del encierro que vienen siguiendo hace más de cuatro meses”, indicaron desde el municipio de la zona norte del Conurbano bonaerense.

Esta medida representa no sólo que la gente pueda tener una salida recreativa, sino también es una oxigenación para el sector gastronómico, uno de los más castigados por la cuarentena, que día tras día acumula locales que bajan sus persianas de manera definitiva ante la imposibilidad de seguir funcionando en las actuales condiciones.

Entre las características principales sobresalen que el material a utilizar debe ser absolutamente descartable, no habrá elementos de uso compartido, los menú estarán en formato digital y cada comercio contará con una persona designada para hacer cumplir el distanciamiento social entre los comensales y evitar las aglomeraciones.

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De acuerdo a la Sala de Situación del ministerio de Salud bonaerense, que es donde se reflejan los datos de cada uno de los municipios de la Provincia, La Plata cuenta con índices sanitarios mejores que los de San Isidro. Si bien la cantidad de contagios es mayor (5.766 contra 4.702), tomando el total de personas testeadas en La Plata (19.592) los casos positivos representan un 29 por ciento mientras que en San Isidro (12.902) es del 36 por ciento. Incluso el distrito conducido por Gustavo Posse totaliza 97 fallecidos desde el inicio de la pandemia, en el mes de marzo, contra los 74 decesos registrados en La Plata hasta ayer a la mañana.

Ahora bien, si San Isidro es parte de los 38 municipios que junto a Ciudad de Buenos Aires componen el AMBA, y todo indica que se seguirá en Fase 3, ¿por qué con indicadores epidemiológicos más favorables La Plata no implementa una medida de este tipo, que le permitiría al vecino contar con una opción de esparcimiento controlado tras casi cinco meses de confinamiento?

Ante la consulta de EL DIA, desde la Municipalidad de La Plata indicaron que la fase en la que se encuentran ambos distritos no lo permite, de manera que se estaría incumpliendo con lo que establece la normativa que define las actividades que pueden realizarse según cada estadío.

En ese sentido, aclararon que “no vamos a ir en contra de lo que fija Provincia o seguir la lógica aplicada en San Isidro”, pero sí remarcaron el pedido que el intendente Julio Garro le elevara a las autoridades provinciales sobre la necesidad “de cambiar el criterio en el AMBA para determinadas actividades” porque si sólo serán autorizadas “cuando esté la vacuna, hay algunas que no van a volver a funcionar”.

Eso es lo que el jefe comunal planteó recientemente con la obra privada y la necesidad de que vuelva a ser habilitada por encontrarse suspendida desde el 20 de marzo.

En lo que hace a la gastronomía, la semana pasada hubo una reunión entre empresarios del sector con la Comuna para intentar avanzar sobre la posibilidad de que los locales puedan ampliar su atención a partir de la peatonalización de ciertas calles. Pero eso sólo ocurrirá si el distrito pasa a fase 4, lo cual en lo inmediato es imposible ya que para ello se tendría que pasar a sumar no más de 70 contagios por semana, cuando por día se está registrando el doble, o que Provincia decida cambiar algunos criterios para la reanudación de aquellas actividades que todavía están paralizadas o funcionan de manera restringida.

Sobre la vuelta de los gastronómicos el intendente Julio Garro aseguró ayer que hay una ordenanza para la utilización de los espacios públicos y que además de plazas y parques quiere poner a disposición las ramblas. “La diagonal 74 tiene una rambla muy pequeña, por eso la idea es hacer un sector totalmente peatonal cuando pueda volver la actividad”, dijo pero no confirmó cuándo será el momento. Eso sí, dijo que la apertura tiene que ser gradual y con mucha conciencia social.

Desde el Municipio habían dicho que para el caso de que la región continúe en fase 3 después del 17, tal y como finalmente ocurrirá, se evalúa “una reapertura el 1 de septiembre con uso de vereda, peatonalización y controlando circulación”. No obstante, vale remarcarlo, por ahora no hay una confirmación oficial acerca de lo que sucederá al respecto.