Otra denuncia contra un músico platense acusado de violencia de género
Edición Impresa | 18 de Agosto de 2020 | 02:11

Tres perimetrales, numerosas denuncias y pedidos de ayuda no sirvieron -según denunció una mujer platense- para terminar con su calvario, en una historia de violencia de género que tiene como escenario el rock nacional.
“Ya van tres años viendo que él hace lo que quiere”, señaló a este diario Tamara, la protagonista de las denuncias, antes de relatar los “insultos, humillaciones en público, amenazas de todo tipo y hasta una agresión física muy dolorosa, como cuando me retorció los dedos de una mano”.
Según dijo, pidió “ayuda de todo tipo. En el trabajo, a su familia, a sus músicos, a la Justicia”, pero nada resultó. El caso de Tamara se vincula de alguna forma con otra denuncia conocida a mediados del mes pasado cuando otra mujer, Romina, logró una perimetral para evitar que se le acercara su ex pareja, Francisco Bochatón, cantante de Peligrosos Gorriones.
El acusado en este caso es Guillermo Coda, guitarrista del mismo grupo de rock.
“Fuimos pareja entre 2015 y 2017- reveló Tamara- pero debido a sus adicciones el vínculo se hizo insostenible y recurrí a la Justicia, que le dictó tres perimetrales y le ordenó un tratamiento de recuperación pero él sigue hostigándome desde lo personal y laboral, psicológicamente y a través de la música”.
Se refieret a una canción que habría escrito en alusión a ella y que “cantó en vivo en una radio y sin duda fue una intimidación más”.
Las denuncias están volcadas el Tribunal de Familia número 5 de La Plata. “Coda no respeta las perimetrales ni ha hecho los tratamientos”, señaló Tamara, quien asegura que tomó “coraje cuando vi que no era la única que la pasaba mal y tenía que hablar porque siento que si se hace público puede ayudar a que él deje de hacer lo que quiere”.
Según contó, buena parte del presunto hostigamiento que la mortifica tiene como escenario su trabajo. Es que ella y su ex pareja se conocieron en una dependencia, donde a poco de empezar los problemas se potenciaron. En ese ámbito laboral, el denunciado es planta permanente desde hace 26 años y ella trabaja para una empresa tercerizada.
“Maltrato, hacerme pasar vergüenza delante todos mis compañeros, humillarme y todo con el riesgo de hacerme perder el trabajo”, señaló Tamara, quien dijo que en un momento pidió ayuda a sus superiores y lograron que su ex fuese trasladado a otra dependencia.
Pero él “seguía yendo a mi trabajo, aún cuando ahí ya no tenía nada que hacer, y cuando le dijeron que no podía ir más me esperaba en la puerta. Ha llegado a escribirme cruces y amenazas en la puerta de un ascensor”, relató.
Tamara consiguió tres perimetrales, pero nunca le “ofrecieron un botón antipánico”, denunció. “Se aparece por mi casa, dice que va a ver a la novia cuando en realidad la novia vive en otro barrio o inventa que va al médico”, dijo, insistiendo en que “el hostigamiento es insoportable”.
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