Les dio una rueda de ventaja

Hay figuras del deporte que están llamadas a hacer historia. A dejar marcada a fuego su trayectoria con episodios increíbles. Y Lewis Hamilton es uno de ellos. Ni el mejor guionista hubiera pensado un epílogo tan electrizante como el que protagonizó en el Gran Premio de Gran Bretaña que la categoría automovilística más importante del mundo protagonizó este domingo en el trazado de Silverstone. El de Mercedes Benz se llevó la victoria a pesar de que en la última vuelta se le pinchó el neumático delantero izquierdo. O sea enfrentó los metros decisivos de la carrera y le ganó a todos en tres ruedas. De película. Por si no alcanzaran los antecedentes notables que acumula el séxtuple campeón como haber vencido siete veces en ese mismo autódromo inglés, ser el ganador de las cuatro pruebas que se llevan disputadas en 2020 o estar a pocas carreras de alcanzar a Michael Schumacher dueño hasta ahora de una marca para muchos insuperables: siete veces campeón del mundo. Quedaba todavía dar “un rueda de ventaja” al resto. Más allá de algunas contingencias, como el toque de Albon a Magnussen que generó el despiste del piloto de Haas y provocó el ingreso del Safety Car o el fuerte golpe sufrido por el ruso Danii Kiviat que se pegó a 300 km/h, la carrera había sido monótona, hasta que los carteles anunciaron la última vuelta. Fue el momento de los reventones y las pinchaduras. En el pelotón de adelante los que padecieron los problemas fueron Hamilton y Bottas que inesperadamente sufrió la rotura del neumático delantero izquierdo lo que incidió en forma directa en la pérdida de la segunda posición. Verstappen quedó como escolta y Leclerc en el tercer escalón del podio. Hamilton hizo sencillo lo complicado. A la hora de las explicaciones tampoco se excedió: “Hasta esa última vuelta, todo iba bien. Pero cuando escuché que Valtteri había pinchado miré mis neumáticos y todo parecía ir bien, pero de repente pinché. Intenté conservar la velocidad sin romper la llanta...Yo sólo rezaba”.