En una Beirut devastada, una protesta terminó en violencia

Fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para contener a los manifestantes, que culpan a las autoridades por la tragedia y se metieron en una sede gubernamental

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Las fuerzas de seguridad libanesas lanzaron gases lacrimógenos y se enfrentaron a manifestantes que lanzaban piedras en Beirut, en medio de una creciente furia por la explosión que el martes pasado devastó gran parte de la ciudad y mató a unas 160 personas y dejó 5.000 heridos.

Algunos de los miles de personas que llegaron a la plaza principal de la capital de Líbano colgaron sogas simbólicas en la Plaza de los Mártires para que, dijeron, sean ahorcados los funcionarios responsables por el estallido que devastó gran parte de la capital.

Otros llegaron a meterse en el edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde chocaron por los agentes de seguridad.

La tragedia ocurrió por la explosión de miles de toneladas de nitrato de amonio almacenadas en el puerto de forma inapropiada desde hace seis años.

La explosión, aparentemente desatada por un incendio, fue la más grande en la historia de Líbano y dejó a cientos de miles de personas sin hogar.

Causó daños calculados de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares, de acuerdo con el gobierno de Beirut.

El desastre elevó la furia popular a un nuevo nivel en un país que trataba de recuperarse de una crisis económica y financiera sin precedentes y que está al borde de la bancarrota.

La clase dirigente, compuesta en su mayoría por antiguos líderes de la época de la guerra civil, es responsabilizada por la corrupción generalizada, la incompetencia y la mala gestión que contribuyeron a la explosión.

“Renuncien o a la horca”, decía una pancarta sostenida por manifestantes, que también planeaban realizar un funeral simbólico por los muertos. También se instalaron sogas a lo largo de los puentes exteriores al puerto.

Uno de los asistentes, Khodr Ghadir, de 23 años, dijo que la soga era un símbolo de advertencia para todos los que han estado en el poder durante los últimos 30 años.

“Lo que pasó fue una chispa para que la gente volviera a las calles’’, declaró.

En un cartel se leían los nombres de los muertos, sobre una foto de la enorme nube en forma de hongo que causó la explosión. “Estamos aquí por ustedes”, agregó.

Al menos 142 personas resultaron heridas en los enfrentamientos y 32 de ellas tuvieron que ser trasladadas al hospital, según la Cruz Roja.

Documentos que se dieron a conocer tras la explosión muestran que durante años las autoridades advirtieron que la presencia de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto suponía un enorme peligro, pero nadie actuó para retirarlas. Las autoridades se han estado culpando unos a otros desde la explosión y 19 personas han sido detenidas, entre ellas los directores del puerto, de la agencia aduanera y su predecesor. (AFP)

 

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