Kicillof criticó las aperturas en CABA y crece la tensión política con la oposición

En un movimiento que agudizó las tensiones políticas con la oposición por el manejo de la cuarentena, el gobernador Axel Kicillof salió ayer a confirmar que la Provincia no acompañará ninguna de las medidas de flexibilización del aislamiento que dispuso Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad, como la autorización para que bares y restaurantes puedan atender en mesas al aire libre o las reuniones sociales en espacios abiertos. Y criticó con dureza esa decisión, al afirmar que “no se puede tirar el esfuerzo a la basura y perder lo que logramos en estos 5 meses: salvar vidas, que nadie se quede sin atención, cuidado ni ambulancias”.

Fue una de las intervenciones más duras de Kicillof en el debate por la implementación del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) en la Provincia y el reclamo de un sector de la sociedad que pide flexbilizaciones y la implementación de medidas de apertura de actividades como las que se tomaron en la Ciudad de Buenos Aires.

El Gobernador provincial se había mantenido en silencio desde el viernes pasado, cuando participó de la cumbre con el presidente Alberto Fernández y Rodríguez Larreta en Olivos.

Allí, el jefe de Gobierno porteño presentó un plan de flexibilización del aislamiento que se basó en el argumento de que en la Ciudad de Buenos Aires los casos se habían amesetado. En concreto, planteó cuatro puntos: la autorización a bares y restaurantes para el “take away plus” o la atención de clientes en mesas en la vereda, la posibilidad de que haya reuniones sociales de hasta diez personas al aire libre, el trabajo de las empleadas domésticas y la construcción privada.

Las cuatro contaban con el rechazo de Kicillof, que sin embargo en esa pulseada solo logró desactivar los dos últimos puntos de la lista de Larreta, con el argumento de que se trataba de actividades que hacen mayormente pobladores de distritos de la Provincia que cruzan a la Ciudad de Buenos Aires.

Ayer, en una conferencia que encabezó en la Gobernación, hizo una dura advertencia sobre la situación sanitaria de la Provincia y el posible colapso del sistema de atención hospitalaria. Sin nombrar a Rodríguez Larreta, criticó las medidas de flexibilización que, dijo, se toman “a partir de focus group”.

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Kicillof sentó a su lado al jefa del servicio de Terapia Intensiva del Policlínico San Martín de La Plata, una de las voces que vienen advirtiendo sobre el límite en la capacidad de respuesta del sistema sanitario. Además, invitó a intendentes del oficialismo (Martín Insaurralde de Lomas de Zamora, Mayra Mendoza de Quilmes y Juan Zabaleta, de Hurlingham) y de Juntos por el Cambio, el platense Julio Garro y Néstor Grindetti, de Lanús.

Los alcaldes de la oposición venían por su lado impulsando la posibilidad de avanzar con aperturas. Por eso ayer hubo algo de incomodidad en el acto que encabezó Kicillof. Pocas horas después, en lo que algunos interpretaron como una continuidad de esos chispazos políticos, salieron a postear en redes sociales críticas al Gobierno y planteos a Kicillof por la toma de tierras. (Ver página 8).

“No es una elección”

Durante la conferencia, el gobernador bonaerense confirmó que la Provincia “no puede acompañar nuevas aperturas y perder lo que logramos en estos 5 meses: salvar vidas, que nadie se quede sin atención, cuidado ni ambulancias”, subrayó.

“¿Cómo les voy a explicar a los médicos que mientras no dan abasto nosotros seguimos abriendo actividades? Hacer aperturas precoces puede traer más daño que soluciones”, se preguntó.

“Es un momento crucial y seguir cuidándonos es el mal menor. Si al virus le das ventaja, se escapa, contagia y a veces mata”, afirmó.

En tanto, exhortó a quienes “todo el tiempo desinforman o critican lo que haga el Gobierno” a tener en cuenta que es “una situación delicada, de pandemia y no una elección”. Por ello, les pidió “que pongan en pausa esa actitud y esa discusión política hasta poder salir de esta situación´”, y analizó que el actual “no es un año electoral, sino de pandemia”.

“No es momento de hacer política”, dijo y recordó que la Argentina está en un momento en el que “se necesita de la ayuda “de absolutamente todos” al tiempo que cuestionó a “una parte (de la dirigencia) que incentiva y pareciera que busca que la gente se contagie”.

“Me eligieron para gobernar y tomar decisiones, no lo voy a hacer con focus group o encuestas sino pensando en el cuidado de la salud”, señaló el mandatario y apuntó que “hay discursos difíciles de explicar con la situación actual”.

En ese tono, estimó que no se puede “tirar todo el esfuerzo a la basura”, pidió “la mayor responsabilidad posible a las autoridades” y reconoció que si bien toda la sociedad desea “volver a las actividades de siempre”, ello “no se puede porque hay un virus que mata”.

Y cerró con una advertencia: la situación sanitaria del área metropolitana de Buenos Aires “es de una estabilidad tremendamente frágil”.