Disturbios en la vuelta de los chalecos amarillos
Edición Impresa | 13 de Septiembre de 2020 | 02:04

París
María D. Valderrama
EFE
Dos años después de sus primeras movilizaciones, el regreso de los “chalecos amarillos” en Francia no consiguió la movilización “masiva” que esperaban sus organizadores, y estuvo protagonizada por enfrentamientos aislados con la Policía que concentraron la atención.
Pese a la expectativa de este 12 de septiembre, que servía de “hashtag” en redes sociales para reagrupar a los manifestantes, la convocatoria del líder Jérôme Rodrigues contra “las injusticias sociales y fiscales que no dejan de crecer” no logró el seguimiento esperado.
En el margen de las protestas en París, 256 personas fueron interceptadas por la policía durante la marcha, en la que pusieron además 90 multas, según fuentes de la Prefectura de Policía, y 147 de ellas fueron puestas bajo arresto, según indicó por su parte a Efe la Fiscalía.
Las detenciones se debieron sobre todo a la requisa de objetos peligrosos, como martillos, destornilladores, palos de metal y barras de madera, principalmente, pero también botellas de alcohol y caretas, según varias fotos compartidas por la Prefectura de Policía.
Además, algunos manifestantes quemaron basuras y se sirvieron de contenedores para hacer barricadas ante el fuerte dispositivo de antidisturbios.
Las concentraciones se sucedieron en las principales ciudades del país, como Burdeos, Toulouse y Marsella, mientras en París varios miles de personas salieron a la calle en un contexto poco favorable a las multitudes por la fuerte circulación del coronavirus en Francia, donde el viernes se registraron más de 9.000 contagios.
A la prenda reflectante que ha dado nombre al movimiento, se le sumaron en esta ocasión las mascarillas sanitarias, obligatoria en numerosas ciudades del país pero requerida además en este caso por las autoridades que pedían también un respeto a las distancias físicas que fue difícil mantener.
DIVERSIDAD DE PERFILES
“Ya es hora de recomenzar a hacer presión en este gobierno que no comprende nada de nada. Hay que mostrar determinación. El Gobierno solo favorece a las empresas”, declaró Pascale Leroy, 54 años, trabajadora en un banco.
La manifestante indicó que había elegido un cortejo “más tranquilo” puesto que “quemando papeleras no lograrán reunir a más gente”, aunque cree que ningún movimiento puede funcionar únicamente “sobre la base del pacifismo”.
Con una pancarta en la que denunciaba la mercantilización de la sociedad, Nicolas Dufour, trabajador independiente de 42 años, indicó por su parte protestar para que el Gobierno dé un giro más popular ya que ahora es “demasiado elitista”, y criticó que los políticos “reniegan de las raíces cristianas europeas”. En su opinión, los disturbios son provocados por jóvenes antifascistas utilizados por el Gobierno para desprestigiar al movimiento.
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