Mostró un gran nivel y pudo ganarlo, pero terminó pagando sus errores

River retomó la competencia después de 190 días por la pandemia de coronavirus y logró un valioso empate en su visita a Brasil con el 2-2 obtenido ante San Pablo en el mítico Morumbí, por el grupo D de la Copa Libertadores.

Enzo Pérez y Fabrizio Angileri, ambos en contra, marcaron para el local, mientras que el colombiano Rafael Santos Borré y el juvenil Julián Álvarez anotaron para River en un encuentro jugado a puertas cerradas para el público en general.

La previa del cruce ofrecía incógnitas sobre las posibilidades del Millonario porque acumulaba solo dos prácticas de fútbol ante un rival que traía 13 partidos disputados dentro de su liga.

Pero esa diferencia no pesó en el juego y River hasta pudo haber logrado una victoria que se le escapó en los minutos finales.

Sobre un campo rápido, merced a una tenue llovizna que precedió el juego, el equipo de Gallardo se plantó en el Morumbí y se hizo dueño del partido durante varios tramos.

El primer gol de San Pablo fue fortuito. Un remate de Hernanes se desvió en Enzo Pérez y descolocó a Franco Armani, quien antes se había lucido con una tapada ante el mismo volante paulista.

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River no se desesperó y aumentó la presión alta en ofensiva frente a un San Pablo que no manejó la ventaja con inteligencia y dejó varios huecos.

El último subcampeón de América lo empató rápido, en una jugada que empezó con el envío preciso de Angileri (quien ocupó la banda izquierda en lugar de Milton Casco) para Suárez y la continuidad con un desborde eficaz del juvenil Julián Álvarez que dejó a Borré de cara al gol.

El local, que no contó con Dani Alves por lesión, solo inquietó a River con remates de media distancia o con pelota detenida, pero fueron pocas las ocasiones concretas.

El equipo de Muñeco impuso condiciones en el mismísimo Morumbí, pero le faltó más incidencia de Ignacio Fernández, uno de los más afectados por el extenso parate.

El “Millo” empezó perdiendo, lo empató rápidamente y estuvo a nada de haberlo ganado

El uruguayo Nicolás De La Cruz aportó más en el quite como auxilio a Enzo Pérez, quien nuevamente fue el equilibrio de River.

El segundo tiempo fue parejo hasta que River sintió un poco el cansancio. A partir de la media hora, San Pablo recuperó la pelota y River procuró no cometer errores propios del desgaste físico.

El Millonario salió de un instante de confusión cuando el ingresado Jorge Carrascal acaparó la pelota y se hizo eje del ataque visitante. La respuesta se concretó con el gol de Álvarez, la figura de la noche, luego del rebote que capturó Martínez Quarta en el área.

Cuando parecía que el 1-2 era cosa juzgada, Reinaldo encabezó la jugada que generó por la izquierda la intervención de Armani, pero el rebote que encontró el pie de un Angileri falto de reacción tuvo destino de gol.

Más allá de haber tenido el éxito al alcance de la mano, el empate fue un buen resultado para River porque lo hizo de visitante ante otro grande de Sudamérica, que llegó con más rodaje y que aparecía como el candidato a sumar tres puntos en la previa.

De esta manera, River sumó en Brasil y demostró que está intacto a pesar de los 190 días de inactividad y algunas bajas en el plantel como la de Juan Fernando Quintero, quien todavía no resolvió su situación y continúa en Miami.

SUMÓ, DESCANSA Y AHORA ESPERA

Tras el buen empate de ayer, ahora River volverá a ver acción dentro de algunos días, más precisamente el próximo 22 de septiembre, en Lima, momento en el que visitará a Binacional de Perú, al que derrotó por 8 a 0 a principios de marzo, mucho antes del parate por la pandemia de coronavirus.

Luego de tres fechas, las posiciones quedaron encabezadas por Liga de Quito, con seis puntos, River y San Pablo suman 4, con el Millonario arriba por la gran diferencia de gol; mientras que Binacional cierra el grupo, con 3 unidades tras tres partidos disputados.

Así, por ahora, el panorama está abierto para cualquiera.

PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA

Los dos goles en contra de ayer representaron la primera vez en la historia en la que un equipo convierte por duplicado en su propio arco en competencias Conmebol. Pese a esto, contó con la reacción necesaria y el fútbol, sobre todo, para no volverse con las manos vacías de su complicada excursión a tierras brasileñas.