Peluqueros dieron cátedra solidaria y cortaron gratis en Los Hornos

Un centenar de chicas y chicos recibieron el trabajo solidario de la Fundación Argentina de Barberos en la Copa de Leche de 70 y 146

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Aunque ahora está habilitado, el rubro de las peluquerías no es, precisamente, el más beneficiado en estos meses de cuarentena en la Ciudad. Primero estuvo varias semanas sin trabajar, y luego pudo reiniciar la actividad, pero de manera acotada, a un 20 ó 30 por ciento de lo habitual a raíz de las medidas de bioseguridad que se deben aplicar en los locales. De todos modos, siempre hay lugar para la solidaridad, y pese a lo poco favorable que les resulta la situación, representantes del sector se reunieron en una jornada para cortar el pelo gratis a un centenar de niñas y niños de Los Hornos.

La iniciativa es de la Fundación Argentina de Barberos Solidarios, que preside el platense Juan Pablo Martorelli. Hace cinco años que el joven comenzó con esta propuesta del “corte solidario”; arrancó en comedores comunitarios y hogares de adultos mayores, pero esta vez tuvo que restringir el programa a la comunidad barrial de una copa de leche, pues debido a la circulación del coronavirus no se puede realizar la campaña en espacios cerrados y menos con personas de una franja etaria con mayor riesgo de contagio.

Con los elementos de protección que exigen los protocolos sanitarios, como mascarillas, barbijos, guantes y alcohol en gel y sin descuidar la establecida distancia social, unos 15 estudiantes de los cursos de barbería (así se le llama ahora a unas técnicas de corte y color creadas en Estados Unidos) de la Academia Rey del Corte, atendieron a un centenar de pequeños y jóvenes vecinos de la copa de leche de 70 y 146.

Para evitar riesgos, la jornada se llevó a cabo al aire libre, en un predio lindero de la copa de leche. En este contexto de pandemia se reeditó la forma en que los barberos trabajaban en otra gran peste, la acaecida en la ciudad de Buenos Aires en 1852: la fiebre amarilla. En esa ocasión, mientras que duró la transmisión de la enfermedad, la actividad se desarrolló en las calles y con tapabocas.

En el barrio de Los Hornos se realizaron los cortes que son tendencia, incluidos muchos de diseño. La mayoría de los varones pidió el “fade skin” (pelado en la nuca y a la altura del hueso temporal), mientras que las nenas se inclinaron por la media melena. Culminados los turnos de los más chicos, algunos mayores –mujeres y hombres- solicitaron un cambio de “look” y los aprendices de barbero les dieron el gusto.

El encuentro, que se realiza en conjunto con la Municipalidad de La Plata, se aprovecha para otra movida solidaria, como la convocatoria a la donación de pelo natural para la confección de pelucas oncológicas. Llamó la atención de Martorelli, en esta oportunidad, el gesto de una nena, Daira, que ofreció su cabello para un aplique postizo. “Nos emocionó a todos”, dijo el barbero.

Con todo, la propuesta de la Fundación en favor de las necesidades de la comunidad no termina con esas iniciativas. También proyectan realizar capacitaciones gratuitas con salida laboral con la idea de que los sectores más vulnerables desde el punto de vista social aprendan un oficio y con él puedan ganarse la vida.

 

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