La movida del verano tiene a los DT como actores principales

En el fútbol de Argentina, darle continuidad a un proceso futbolístico es poco menos que imposible. Ni siquiera una etapa como la actual, con los descensos suspendidos, ha podido modificar esta tendencia. Los directores técnicos, salvo lógicas excepciones, son aves de paso, con múltiples ejemplos, algunos de los cuales ni terminan de conocer los rincones del club cuya dirigencia los fue a buscar y despidió tras un ciclo que no va más allá de un puñado de partidos.

Cuando tras la extensa cuarentena dispuesta con motivo de la pandemia la AFA anunció el reinicio de la competencia, entre los argumentos esgrimidos para dejar sin efecto los promedios que determinaban los descensos de categoría, se hizo mención a la inactividad de los planteles, que durante varios meses se entrenaron a distancia, y al propósito de favorecer la promoción de juveniles que permitiera el repunte económico de las instituciones.

Sin urgencias, daban por seguro los impulsores de la medida, los clubes, tanto de Primera como de las categorías del ascenso, podrían darle continuidad a procesos que en un par de temporadas significaría la recuperación de entidades castigadas por los gastos afrontados desde que en marzo se suspendió la por entonces Copa Superliga, que no pudieron ser equilibrados mayoritariamente con los ingresos tradicionales.

Volvió el fútbol, a fines de octubre, con la Copa Liga Profesional que terminó llamándose Copa Diego Armando Maradona, y sin amenazas a la vista, porque el peligro de perder la categoría dejó de ser tal, la locura continuó vigente, y a medida que pasaron las fechas, las cabezas fueron cayendo. Ni siquiera la falta de público en las tribunas, con la presión que puede traer aparejado, ayudó para que los principales referentes en la conducción tuvieran la posibilidad de una recuperación.

Los mismos encargados de representar a la Comisión Directiva para negociar sus incorporaciones fueron quienes a través de diferentes caminos despidieron a entrenadores que se encontraron con planteles debilitados, no lograron de plasmar sus ideas de juego o hasta tuvieron diferencias con secretarios técnicos cuya función aún no termina de clarificarse en nuestro medio.

A por lo menos una decena de entrenadores se les interrumpió la gestión, aunque por motivos diversos, ya que si bien en algunos fueron despedidos, hubo otros casos en los que la decisión fue propia. Lucas Pusineri (Independiente), Mariano Soso (San Lorenzo), Ángel Guillermo Hoyos (Aldosivi), Alfredo Berti (Central Córdoba), Diego Martínez (Godoy Cruz), Gustavo Álvarez (Patronato) y Leandro Desábato (Estudiantes), quedaron afuera por no haber conformado a partir de los resultados conseguidos en la pasada Copa Diego Maradona; mientras que distintos han sido los casos de Ricardo Zielinski (Atlético Tucumán), Sebastián Beccacece (Racing) y Diego Dabove (Argentinos), quienes se desvincularon por iniciativa personal.

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En este marco aparecieron en escena una cara nueva, como Fernando Gago, quien un par de meses después de haber anunciado su retiro como futbolista hará su primera experiencia como director técnico al mando de Aldosivi; varios que estaban afuera, en lista de espera, como Gabriel Milito, Julio Falcioni, Omar de Felippe, Gustavo Coleoni, Juan Antonio Pizzi e Iván Delfino; y otros casos excepcionales, como Ricardo Zielinski, Diego Dabove y Sebastián Méndez.

Julio César Falcioni regresó al Rojo después de 15 años. Llegó junto a Pedro Monzón

A propósito del Méndez: el Gallego dirigió Gimnasia como parte del cuerpo técnico que acompañó a Diego Maradona como principal referente, aunque tras la muerte del “10” renunció en forma indeclinable y esto posibilitó la aparición de la dupla Mariano Messera/Leandro Martini, que acaba de ser confirmada por la dirigencia del club albiazul.

Por el contrario, la lista de entrenadores que continuarán en el cargo está compuesta por: Marcelo Gallardo (River), Miguel Ángel Russo (Boca), Mariano Messera/Leandro Martini (Gimnasia), Luis Zubeldía (Lanús), Sergio Rondina (Arsenal), Alexander Medina (Talleres), Mauricio Pellegrino (Vélez), Hernán Crespo (Defensa y Justicia), Javier Sanguinetti (Banfield), Eduardo Domínguez (Colón), Israel Damonte (Huracán), Frank Darío Kudelka (Newell’s), Cristian González (Rosario Central) y Juan Manuel Azconzábal (Unión).

UNO POR UNO

Un repaso, club por club, permite considerar que las principales sorpresas del verano a nivel entrenadores tuvo como protagonistas a Julio César Falcioni, que volvió a Independiente en una verdadera operación relámpago; Diego Dabove, quien dejó en forma intempestiva la conducción de Argentinos y pocos días después arregló contrato con San Lorenzo; Juan Antonio Pizzi, elegido por Rubén Capria, nuevo secretario técnico de Racing, para cubrir el cargo de Sebastián Beccacece, que renunció para irse con Diego Milito, el anterior manager de la Academia; Fernando Gago, confirmado al frente de Aldosivi tras abandondonar la práctica activa del fútbol en noviembre; y Gustavo Colioni, que regresó a Central Córdoba pocos meses después de haberse ido.

Fernando Gago: fue confirmado como nuevo DT de Aldosivi, será su primera experiencia tras el retiro anunciado en noviembre. Ocupará el cargo de Hoyos. Gabriel Milito: recuperó su lugar en el fútbol argentino tras su paso por Estudiantes. Reemplazará a Dabove en Argentinos. Omar de Felippe: también reaparece en Primera luego de un paréntesis. Será el sucesor de Zielinski en Atlético Tucumán. Gustavo Colioni: regresará a la conducción de Central Córdoba tras de nueve meses de haber renunciado, en lugar de Alfredo Berti.

Sebastián Méndez: renunció a Gimnasia tras la muerte de Maradona y la dirigencia de Godoy Cruz lo fue a buscar para sentarse en el banco que dejó Diego Martínez, quien dirigió solamente ocho partidos. El Gallego ya había dirigido al Tomba en 2016; Juan Antonio Pizzi: elegido por Racing en el marco de una renovación que incluye secretario técnico (Rubén Capria por Diego Milito) y entrenador (Beccacece); Iván Delfino: otro que vuelve, en este caso a Patronato, en lugar de Gustavo Álvarez, quien pagó caro la mala campaña tras el reinicio de la competencia; Diego Dabove: en forma imprevista dejó Argentinos, y pocos días más tarde firmó para San Lorenzo para ser el sucesor de Mariano Soso, a cargo apenas 11 partidos y desplazado porque no logró resultados, el equipo careció de una línea de juego y los hermanos paraguayos Ángel y Óscar Romero le resultaron un problema sin solución.

El resto, al menos por ahora, continúa firme en el cargo, con Marcelo Gallardo, en River, como principal muestra del proyecto a largo plazo que tanto se pregona a nivel dirigencial pero que pocas veces llega a ser tal. El DT de los Millonarios es quien más tiempo lleva al frente del mismo equipo en Argentina, pues llegó a mediados de 2014.

A Miguel Ángel Russo, en tanto, los dos títulos nacionales logrados en su regreso al club, el primero dos meses después de su desembarco, y ambos en competencia con River, le permitieron sortear el durísimo golpe que para Boca representó la eliminación en semifinales de la Libertadores. Para destacar también la gestión de Sergio Rondina, quien asumió en Arsenal de Sarandí con el equipo condenado al descenso, volvió rápido a la categoría mayor, contra todos los pronósticos, y con un presupuesto muy bajo ha estado siempre en competencia, hasta cuando se enfrentó a los “grandes”. Lo mismo Luis Zubeldía, quien reposicionó a Lanús; Hernán Crespo, de buena gestión en Defensa y Justicia; y Alexander Medina, el uruguayo que rearmó varias veces a Talleres.