Por qué se prolongan las epidemias

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Mario Alberto Vestfrid*

No se concibe a la materia viva sin una forma determinada, es decir, como célula, cuerpo bacteriano o partícula viral y estas estructuras vitales poseen en mayor o menor medida una organización que es definida, la cual le permite mantenerse en el tiempo.

Sin embargo, tanto las bacterias como los virus dependen para su subsistencia de los huéspedes que los alojan. En el caso particular de estos últimos la reproducción solo puede llevarse a cabo utilizando la maquinaria metabólica de las células y para ello deben adaptarse. Es así como cada cepa para lograrlo debe mutar apareciendo diferentes variantes.

El médico David Strain de la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter al referirse a la variante británica, señala que “los resultados de las primeras investigaciones revelan que el nuevo linaje de la cepa de coronavirus SARS-CoV-2 es como un ladrón que ha perfeccionado su técnica para ingresar a las células vulnerables del cuerpo y para lograrlo adquirió mayor contagiosidad lo que lo ha transformado es más dañino para el organismo del paciente afectado”.

Desde el punto de vista evolutivo las mutaciones genómicas de las partículas virales hacen que estas puedan invadir mayor número de células y con ello perdurar en el tiempo, lo que constituye la base biológica de las pandemias.

Las observaciones demuestran que ciertos aspectos se mantienen y no han cambiado con respecto a la aparición de la variante mencionada, como así tampoco con las otras que van surgiendo. Si bien es mayor el porcentaje de contagiados y de internaciones de jóvenes, los pacientes parecen tener las mismas posibilidades de sobrevivir que con anterioridad.

En conclusión, estos cambios genéticos potencian la capacidad de infectar a más individuos de los diferentes grupos etarios.

*Presidente de FUNDANYCC

 

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