Piden la preventiva para el acusado de quemar vivo a un indigente

Damián Marcelo Ibañez, el changarín de 34 años que está acusado de quemar vivo a un hombre en situación de calle, a metros de la estación de Trenes, seguirá preso -por lo menos- hasta el juicio, de prosperar el pedido de prisión preventiva que en las últimas horas hizo el fiscal que instruyó la causa, Marcelo Romero.

La víctima, Jorge Duret, de 50 años, continúa internado en estado grave en el hospital San Martín. “La recuperación es lentísima por el tipo de lesiones que sufrió”, explicaron ayer fuentes judiciales.

En su planteo ante el juez Guillermo Atencio, Romero consideró que hay “semiplena prueba” de que el imputado cometió dos “hechos ilícitos” en la noche del último 4 de septiembre, después de que “protagonizó disturbios y molestias en un bar ubicado en 42 entre 1 y 2” y “se dirigió a 1 y 42”, lugar en el que advirtió que había un hombre “en situación de calle junto a un colchón”.

Para el fiscal, “aprovechando la nocturnidad y la indigencia” de Duret, “el sujeto agresor, en forma intempestiva y actuando sobre seguro, toda vez que la víctima se hallaba desprevenida, con claras intenciones de darle muerte la roció con un líquido incoloro e inflamable, para luego con un encendedor prenderle fuego, ello con el objeto de causarle un deliberado sufrimiento y padecimiento”.

El acusado, claro está, “no logró consumar dicho cometido por razones ajenas a su voluntad”. En concreto, por la rápida “intervención del personal policial que logró auxiliar a la víctima y sofocar el fuego, quien sufrió lesiones que por su gravedad comprometieron su vida”, explicó Romero en el pedido de prisión preventiva.

El sospechoso fue interceptado un rato después del ataque, en 1 y 48: “Al darle la voz de alto, el sujeto hizo caso omiso y roció a los efectivos con un líquido transparente que contenía en una botella con rociador, por lo que inmediatamente lo redujeron”, secuestrándole la botella y dos encendedores que guardaba entre sus ropas.

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Para imputar a Ibáñez, el fiscal tuvo en cuenta, en particular, el testimonio de una persona que estaba en el bar de 42 entre 1 y 2 cuando “ingresó un sujeto de contextura robusta”, con ropas oscuras y una bolsa de nailon transparente en la mano que contenía verduras”. El testigo recuerda haberlo visto “ebrio” cuando “comenzó a molestar a los clientes”, por lo que le pidieron que se fuera y se retiró “enojado hacia (la calle) 1”.

Instantes después el personal del bar se asomó a la calle para constatar que el sujeto no hubiera vuelto, momento en que vieron “una llamarada importante y a una persona envuelta en llamas”, declaró. Quienes estaban en el lugar corrieron ayudar a la víctima, igual que los policías. Una dotación del cuartel central de bomberos colaboró con el rescate y una ambulancia trasladó al herido al San Martín, donde casi un mes después continúa internado.

“Causa estupor semejante desprecio por la vida”, reflexionó el fiscal Romero ante una consulta de este diario.

Al imputado le aplicó el agravante del “ensañamiento por el medio empleado (fuego)” para intentar “darle muerte a su víctima”, ya que “lleva inherente un aumento extremado del sufrimiento”, argumentó, y la alevosía, porque “actuó sobre seguro”.

Es decir, la víctima estaba “desprevenida”, en situación de calle y, por la hora y el lugar, “probablemente durmiendo, ya que de lo contrario la reacción de defensa hubiese sido inmediata e inherente”, explicó el fiscal en su planteo.

Por último, fundó el pedido de prisión preventiva para Ibáñez en “los peligros procesales derivados de la pena en expectativa, la objetiva y provisional valoración de las características del hecho, por el medio utilizado para darle muerte a la víctima, rociándola con alcohol y prendiéndola fuego, como así también la actitud violenta que tuvo el imputado para con el personal policial, intentando rociarlos con alcohol”. En definitiva, argumentó, a su criterio el acusado “tuvo un obrar totalmente desaprensivo de la ley y un desprecio total por la vida humana”, que lo llevan “a inferir que intentará eludir la acción de la justicia y entorpecer la marcha del proceso y la investigación”.

El acusado, un changarín de 34 años, fue detenido esa misma noche en 1 y 48

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