Doble crimen en el Río: “Los maté yo, es tan sencillo como esto”

-¿Me podría ampliar la información, por favor?

-(En un tono de voz alto) Sí, el capitán y el oficial están muertos, los maté yo. Y me voy a entregar. Así que quiero que venga un guardacostas y me arreste, listo. Es tan sencillo como eso.

-Eeeh...

Con esas frías palabras, Carlos Eugenio Lima (52) anunciaba, desde el Río de La Plata, que había sido el autor de dos asesinatos de los que en tierra nada sabían. El extracto es parte de la comunicación radioeléctrica que el criminal mantuvo el viernes por la noche (cerca de las 23.30) con un operario del Servicio de Tráfico Marítimo. Y la duda del receptor demuestra a las claras su sorpresa ante la confesión de un hecho de tal magnitud.

La zona era patrullada por el guardacostas “Cabo Corrientes”, y se le ordenó a su personal que fuera de inmediato a la posición indicada. Arribó una hora después, luego de atravesar “fuerte marejada y fuertes vientos”, explicaron.

En ese lapso, la Estación Costera recibió otro llamado, esta vez de auxilio. Un marinero solicitaba “apoyo urgente por tener inmovilizado al agresor desconociendo si aún posee el arma de fuego”.

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Cuando el tanque buque “Ayane”, de bandera maltesa, fue abordado a la 1.40 por personal de la Prefectura Naval Argentina (PNA), el increíble diálogo se hizo realidad. Lima estaba sentado, con gesto pensativo, en uno de los habitáculos de la nave. “Se pudo neutralizar la amenaza y controlar la situación, era una persona muy tranquila, así que no hubo ningún tipo de inconveniente en ningún momento”, refirió Edgardo Tomasini, jefe de la PNA de La Plata.

En un pasillo se toparon con el cuerpo del capitán Alejandro Daniel García (39). Vestía un pantalón corto verde, una remera azul y ojotas. Estaba recostado, de lado izquierdo, sobre un charco de sangre.

Al primer oficial de cubierta, Juan Alfonso Pegasano (48), lo encontraron en otro sector, caído sobre su brazo derecho contra un armario abierto. Tenía puesta una bermuda beige, una remera gris y andaba descalzo.

¿Qué ocurrió dentro del “Ayane” para que todo terminara en tragedia? El caso, que es investigado por el Juzgado Federal N°3 de La Plata, a cargo del juez Ernesto Kreplak, todavía no tiene un móvil claro. El magistrado dispuso el trasladado del acusado en carácter de detenido incomunicado a la División Investigación Penal (INPE).

La sospecha que circuló entre los pesquisas alude a un posible “brote psiquiátrico”. Los estudios llevados a cabo ayer por oficiales del Departamento Científico Pericial, y las entrevistas al resto de los tripulantes serán determinantes. También la declaración, si la hiciese, del acusado por “doble homicidio”.

En tanto, el arma utilizada no fue hallada dentro del barco. Fuentes oficiales indicaron que el propio Lima aseguró haber arrojado la pistola al agua. De inmediato, la Secretaría Número 9, de Yamila Abdelcader, ordenó su detención.

Por otra parte, la empresa “National Shipping”, precisó que “desde marzo del 2020 no opera” con la embarcación que fue escenario del doble crimen y que “no tiene ninguna relación con su actividad ni con la tripulación del mismo”. En esa línea, explicó que “el buque fue devuelto a su dueño, la compañía Besiktas, la cual a su vez la entregó en alquiler a la firma Bahía Grande, perteneciente a la familia Jacob, quien actualmente lo opera”.

El buque había zarpado el pasado 11 de octubre, con 21 tripulantes (todos argentinos), desde el Puerto de Buenos Aires. Actualmente estaba fondeado en la zona de la Rada La Plata, a la altura de Punta Lara.

En ese área del Río de La Plata durante la última semana hallaron 37 kilos de cocaína, un cadáver, y dos náufragos. Y también se hundió un barco remolcador (ver página 27).

PERFILES

“Una discusión previa podría haber desencadenado la acción”. Esa es una de las hipótesis que sostienen los pesquisas, sobre todo tras analizar el perfil del tirador. Lima ya tenía antecedentes en ese sentido e incluso cumplió una condena de cinco años y medio por “tentativa de homicidio calificado”.

El incidente que lo llevó a la cárcel ocurrió el 3 de junio de 2008 en el barrio La Emilia, en City Bell. Por aquel entonces la vecindad no había sido completamente poblada, aunque algunos frentistas recuerdan lo sucedido. 

Se trató de un hecho extremo que comenzó en 472 y 134 y que le valió a Lima el mote del “loco del pavimento”. Conforme a los dichos de los testigos entrevistados en aquella ocasión, a causa de una instalación de gas que realizaron en la vereda del inmueble que habitaba Lima, cada vez que llovía se inundaba parte de su casa.

En busca de una solución, el ex policía decidió por sus propios medios hacer un canal que atravesara la calle Cantilo. Inició los trabajos sin mayores dificultades, hasta que destrozó el pavimento con un martillo. Entonces fue increpado por algunos vecinos que incluso radicaron denuncias en su contra, a las que sumaron “maltratos” recibidos.

Una noche del lunes, como tantas otras veces, Gustavo Alfano, viajante de comercio y quien vivía en 472 entre 134 y 135, fue a quejarse a la puerta de Carlos Lima. Éste, que había trabajado para la Policía Científica y era oriundo de Lomas de Zamora, lo recibió con una balacera. Alfano terminó en el hospital San Roque de Gonnet, con seis impactos de bala 9 milímetros que no lo mataron de milagro.

El agresor permaneció detenido desde el día mencionado en la Unidad 9 del Servicio Penitenciario Bonaerense y, luego de ser condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de La Plata, recobró la libertad el 18 de enero de 2013.

Por ese episodio, el entonces fiscal penal Sergio Delucis, solicitó la prisión preventiva que terminaría en una prisión efectiva. Más tarde se supo que Lima había sido dado de baja de la policía a causa de problemas psiquiátricos.

Por otro lado, las víctimas eran “hombres de agua” desde hacía años.

El capitán, Alejandro García, tenía domicilio legal en Mar del Plata y cursó sus estudios en la Escuela Nacional de Náutica “Manuel Belgrano”, una “unidad componente de la Dirección General de Educación de la Armada”, según figura en su página web. Entre 2008 y 2011 fue primer oficial de cubierta, hasta que en 2012 tuvo su primera capitanía en un buque de la empresa “Maruba”, una de las más grandes del país. Allí estuvo seis meses hasta que recayó en “National Shipping S.A.”, la anterior propietaria del “BT Ayane”, que tiene capacidad para 19.600 metros cúbicos.

Pegasano (48), era neuquino. Se formó en la Escuela Naval Militar y en la Escuela Nacional de Náutica, y aunque trabajó en la Armada Argentina, su actividad casi siempre estuvo vinculada al sector privado de la marina mercante. Se desempeñó en el astillero Tandanor, que funciona en la provincia de Buenos Aires, donde efectuaba reparaciones de buques. También trabajó en “Ultrapetrol”, un operador argentino de barcazas fluviales. Solía navegar a vela, en la actualidad vivía en Luján y estaba divorciado. De ese matrimonio tenía tres hijos. Junto a ellos se lo ve en la foto de perfil de Facebook, sonrientes, arriba de una lancha, a puro sol y agua.

“Se pudo neutralizar la amenaza y controlar la situación, era una persona muy tranquila”

Edgardo Tomasini, Jefe de la Prefectura La Plata

Lima había sido separado de la Fuerza por “problemas psiquiátricos”