En Seguí, aún están lejos del dicho “más rápido que un bombero”
Edición Impresa | 10 de Noviembre de 2021 | 02:24

En Arturo Seguí hay una fuerte movida vecinal para poner en marcha un cuartel de bomberos voluntarios que se viene gestando desde hace varios años. “Tenemos todo como para que funcione, pero surgen muchas trabas y es una lástima porque cuando pasa algo hay que esperar que lleguen los bomberos de Villa Elisa y están a siete kilómetros”, sostiene una vecina.
El cuartel va a tener su punto operativo en un local que está en la esquina de 416 y 147; muchos voluntarios ya se capacitaron para intervenir en caso de siniestros y hasta cuentan con ropa, elementos de la actividad y una autobomba. Por eso, la pregunta que se reitera en distintas zonas de Seguí es ¿por qué los bomberos voluntarios no funcionan?
En un comunicado, que revela el malestar de los vecinos por la dilaciones que sufren día tras día, se indica: “No nos dejan, dicen que debemos contar con muchas autorizaciones y permisos que intentamos lograr trabajando duro”.
Tampoco se consiguió la personería jurídica, un trámite indispensable para comenzar a funcionar. “Sin la personería no podemos ser operativos”, se remarca.
A los vecinos les cuesta entender los tiempos burocráticos, más cuando ya se dispone de un espacio, del personal necesario, o sea bomberos, y de casi todos los materiales que se requieren para intervenir en emergencias.
“Con mucho esfuerzo y muchas cuotas a pagar por delante, contamos con nuestro propio autobomba, pero carecemos de la habilitación para usarlo”, se indica.
La gente sabe que sin esos permisos se les hace imposible participar en la extinción de incendios o asistir a las víctimas de un accidente, ya que eso los haría incurrir en un delito. “Suena ilógico que querer ayudar a otros sea un delito”, destaca una vecina.
No obstante se destaca que, tarde o temprano, el proyecto se concretará porque, advierten, no se van a dar por vencidos.
Es que con una población de 15 mil habitantes se sabe que nadie está exento de sufrir un imprevisto que pueda terminar con los bienes materiales y hasta poner en riesgo la vida de la gente.
Un caso triste
Por caso, Marianela asegura que hace dos años le tocó vivir en primera persona la pérdida de todas sus cosas. “Se me quemó la casa completa en la que vivíamos nueve personas, cuando llegaron los bomberos el fuego había terminado con todo”, dice y recuerda que su casa en 147, entre 417 y 418 quedó reducida a cenizas.
Su dramática historia no fue la única, a otra vecina que vive a dos cuadras, le pasó algo similar y también perdió toda su casa tras un incendio. “Los bomberos no llegaron para apagar el fuego, se perdió todo”, repite para reforzar la idea de que es imperioso contar con esa institución en la localidad.
Mabel, otra vecina de Seguí, dice que es testigo de todos los esfuerzos que se hacen para que dejen funcionar al cuartel de bomberos, pero hasta el momento “todas son trabas”, destaca. Según afirman los vecinos ya disponen de los permisos de Defensa Civil y de la superintendencia de Bomberos.
“Por una cuestión burocrática no sale la habilitación, los bomberos hacen todo por sus propios medios con nuestro apoyo. Mientras tanto hay siniestros que terminan con la casa de mucha gente y tenemos que presenciarlo con impotencia”, agrega Mariana. Para la gente es un contrasentido que días atrás hubiera incendio a una de lo que será el cuartel de bomberos y no pudieran intervenir por cuestiones burocráticas.
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