Fabio Aste: “El terror no está explotado en el teatro argentino”
Edición Impresa | 12 de Noviembre de 2021 | 03:16

Aún en pandemia, Fabio Aste ha sido un actor en movimiento: embarbijado, protagonizó dos grandes rodajes y filmó desde su casa, y ahora, con la apertura de puertas para el arte, llega mañana a La Plata con “El cuarto de Verónica”, una obra teatral de terror, que también mostrará el domingo en Buenos Aires, pero antes estrena “Entrelazados”, serie musical que llega a Disney+ hoy.
Se trata de la primera serie original de Disney+ realizada en Latinoamérica, que muestra entre viajes en el tiempo a la década del ‘90, cómo tres mujeres de una misma familia pelean por seguir sus deseos. Son tres generaciones de mujeres: Allegra (Carolina Domenech, quien participó de la tira “Aliados” y “Hércules, el musical”) de 16 años, que sueña con ser parte de la compañía de teatro musical Eleven O’Clock y convertirse en la protagonista de “Freaky Friday”, obra que consagró a su abuela Cocó (Elena Roger) años atrás, pero Caterina, su madre (Clara Alonso, que fue parte de “Violetta”), se lo prohíbe sin dar demasiadas explicaciones. Hasta que Allegra encuentra un misterioso brazalete en su casa que la envía a 1994, año en que Caterina tenía su edad y daba sus primeros pasos en Eleven O’Clock mientras vivía a la sombra de Cocó, en el pico de su carrera.
Aste, que ya fue protagonista de tiras juveniles como “Casi Ángeles” y que ya trabajó con Disney en “Once” y “Jake & Blake”, es “el dueño del teatro donde sucede la historia en el pasado, que es la historia que se intenta modificar”.
Y a través de estos viajes en el tiempo, afirma el actor, esta serie que mezcla “lo musical con una historia potente” explora “la posibilidad de cambiar la historia a través de la acción: la idea es que revisar el pasado, aceptarlo, nos puede ayudar a vivir el presente de una manera mucho mejor”. Así, “Entrelazados” “conserva la esencia Disney, pero con un mensaje aggiornado a los tiempos que corren”, afirma Aste, necesario en las tiras juveniles para “representar a la juventud de hoy”.
La serie fue grabada en plena pandemia, “con test de saliva dos o tres veces por semana” y “barbijos todo el tiempo hasta el momento de la toma: incluso los ensayos se hacían con barbijo”, pero esa no fue la experiencia más extrema de rodaje pandémico para Aste. También en el peor momento de la crisis sanitaria, el actor viajó a Uruguay para rodar la segunda temporada de “El Presidente”, serie de Amazon Prime Video sobre la corrupción en la FIFA, y allí, cuenta, “los protocolos fueron mucho más intensos: se hacían hisopados cinco días en la semana”.
Pero “te acostumbrás: para mi el hisopado era como el desayuno”, se ríe Aste, que encarna en la segunda temporada de la serie, que viajará al pasado para seguir a Joao Havelange, a Teófilo Salinas, presidente de la Asociación Peruana de Fútbol y presidente de la Conmebol durante gran parte del período que navega la serie, entre la década del 70 y el Mundial 82 (ya se prevé una tercera temporada con la segunda parte de la historia de Havelange, presidente de FIFA hasta 1998).
Salinas, un papel para el que Aste tuvo que hablar tres idiomas, inglés, portugués y castellano, “fue quien ayudó a Havelange a llegar a la presidencia de la FIFA, y fue su mano derecha durante todo su mandato, viviendo de cerca los sinsabores, los altibajos, los cambios de personalidad que sufrió Havelange durante su presidencia”, dice Aste de su papel en la serie de Armando Bó, que recorrerá desde África a Río y atravesará todos los Mundiales de la época, incluido el infame Mundial 78.
“Hay un auge de ficciones futbolísticas”, reconoce Aste (la misma plataforma acaba de lanzar la serie de la vida de Diego Maradona), “pero que retratan el trasfondo del público, de los hombres que están detrás del fútbol, de sus vidas, sus pasiones, sus miserias y sus claroscuros”.
Pero “El Presidente” tiene otro tono respecto a esta lluvia de biopics habitualmente dramáticas: hay drama, pero también sátira. “La serie tiene mucha locura, mucho vuelo, humor y mucha profundidad dramática. Hay una cosa irónica, tragicómica, que hace que haya una paleta de colores en los personajes muy amplia”, dice al respecto el intérprete.
Activo, sorteando los obstáculos pandémicos, Aste también realizó en pleno confinamiento “Historias de cuarentena”, ficción realizada desde el encierro con su pareja Laurentino Blanco. “Fue una forma de estar entretenidos y drenar lo creativo durante la pandemia del 2020, que fue la más dura, donde estuvo cerrado y los actores nos encontramos mirando el techo. Nosotros, en lugar de mirar techo, de mirar Netflix, creamos eso, con un celular, solos”, cuenta sobre el proyecto.
De todos modos, apenas volvieron a abrir las salas de teatro, Aste regresó a su lugar en el mundo, el teatro. Y con “El cuarto de Verónica”, la obra teatral que realiza todos los domingos en el Teatro La Plaza, y que llega mañana a las 21 a La Plata, para mostrarse en la sala de 10 entre 46 y 47 por segunda vez, tras agotar la primera función.
Se trata de una propuesta particular, una obra de terror, género que “no está explotado en Argentina”. Y como tal, la historia es ideal para la caja negra del teatro: el terror, se sabe, se vive mejor en colectivo, con toda la sala en vilo. “La gente está super atenta, y todos nos dicen que de verdad se inquieta mucho con la obra”, dice, con una risa algo macabra en la voz, Aste.
La historia, protagonizada también por Silvia Kutika, sigue a Susan, una joven abordada mientras cena con su novio en un restaurante por una encantadora pareja de ancianos que se muestra impresionada por el parecido de Susan con Verónica, fallecida hace mucho tiempo. Susan y su novio acompañan a la pareja hasta la mansión para ver el retrato de Verónica y comprobar el parecido… y ahí comienza la pesadilla.
“Es una obra que te muestra algo: vos creés que el universo pasa por ahí, y entonces la obra te cambia la cosa, te muestra que no entendiste nada. Son como capas de una cebolla, y sólo al final la obra devela quién es quién”, lanza Aste. “Eso hace que el espectador se mantenga en vilo todo el tiempo”.
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