Asalto, tormentos y pánico: detalles de la pesadilla para dos jubilados en Villa Elisa

Ocurrió en 420 entre 21d y 22. Al hombre, de 78 años, le dieron 3 culatazos y recibió dos puntos de sutura en la cabeza. Junto a su esposa, fue atado de pies y mano con alambre. Les robaron 3 mil dólares, $30 mil y el auto

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Comenzaba la noche del domingo cuando la atención generalizada en el país se centraba sobre los resultados del escrutinio de las elecciones legislativas. Pero en una vivienda de Villa Elisa, la realidad era muy diferente. Allí, una pareja de jubilados que vive en un coqueto chalet de 420 entre 21d y 22, sufría la pandemia de la inseguridad.

Un ladrón amenazó a la mujer con un arma en el cuello y le dijo “te gatillo”. A su esposo, “te quemo”

 

Es que fue sometido a una sesión de torturas no solo psicológicas. También hubo maltrato físico. Y el robo por supuesto de una fuerte suma de dinero en pesos y dólares, alhajas, un celular e inclusive un auto.

Actuaron tres ladrones, que portaban al menos dos armas de fuego. Y, una vez que redujeron a las víctimas, las hicieron vivir un martirio por espacio de unos 40 minutos.

“TE ENTREGARON”

El indeseable episodio sufrido por el matrimonio se inició a las 20 del domingo.

En esos instantes, según le contó ayer a EL DIA una de las víctimas, Fernando Sorokovski (78), en el parque del chalet “estaba sentado en el sillón del comedor viendo televisión, mientras mi mujer se entretenía con su celular en un cuarto de la planta baja”.

Sin que pudiera advertirlo a tiempo, los asaltantes lo rodearon y uno de ello le aplicó un furibundo culatazo en la cabeza, provocándole un corte del que empezó a sangrar bastante.

“Me obligaron a tirarme al piso, me hicieron poner boca abajo y me aseguraban `te entregaron`, que uno no sabe si es cierto ó solo una estrategia para que uno les de todo el dinero”, reflejó el jubilado.

A su esposa, en tanto, también la redujeron rápidamente. “Le pusieron un arma de fuego en el cuello y para asustarla le advertían ´mirá que te gatillo´. Siempre para generar miedo. Y la encerraron en el baño”, consignó después.

En su caso, reveló, “me apoyaron el arma en la cabeza y el que lo hacía me decía `te quemo`, con un arma de importante calibre”.

Consciente de que la banda tenía todo bajo su control y previendo que era cuestión de minutos para que terminaran los delincuentes encontrando lo que buscaban, decidió precisarles dónde guardaba sus ahorros.

Fue así que, según informó Sorokovski “robaron unos 3.000 dólares y 30.000 pesos que tenía destinados para pagar unos trabajos que hay que hacer en casa”.

Pero también, los ladrones se apropiaron “del celular, una cadenita de oro y un anillo de oro de mi mujer, a quien al menos no le pegaron ni la ataron”.

Y, además, la banda sustrajo “nuestro auto Peugeot 308, de color blanco, modelo 2017, patente AB 512 we, que todavía no apareció”.

Sorokovski calculó que la banda permaneció dentro de su domicilio “entre 35 y 40 minutos”.

OTROS DOS CULATAZOS

Y no obvió mencionar que, en ese lapso, “me dieron otros dos culatazos en la cabeza, aunque el más fuerte fue el primero que recibí y del que estuve sangrando”.

“Me tenían boca abajo en el piso. Y como me dieron uno de los culatazos en la cabeza pese a que estaba con mis anteojos puestos, me quedaron manchados con sangre”, recordó.

Pero otra secuela física que quedó para él como saldo de este violento episodio, fue el golpe y el dolor que le quedó en un pómulo.

“Se ve que al pegarme uno de los culatazos, me hicieron dar la cara contra el piso y me quedó una marca”, consignó el jubilado.

Con todo, el hombre aclaró que la consecuencia física más importante por la golpiza a la que lo sometieron los asaltantes “fue el corte por el que me tuvieron que llevar al Instituto Médico Platense, donde me dieron dos puntos de sutura”.

También le realizaron allí una curación en un brazo, debido a que “me ataron con alambre que sacaron de mi galpón y me lastimaron un brazo”.

Por otra parte, cuando se le preguntó cómo accedieron los delincuentes al interior del chalet, aseguró desconocerlo.

No obstante, una fuente policial sostuvo que la banda logró ese propósito “porque la puerta de ingreso estaba abierta”.

También ese vocero aportó que los violentos “tenían puestos sus cubre bocas y guantes en sus manos”.

El chalet donde se produjo el robo tiene sistema de alarma. Pero los dueños no lograron activarla

 

La denuncia por el ataque quedó radicada en la comisaría decimosegunda, donde se iniciaron actuaciones caratuladas como “robo y lesiones”.

Por último, el jubilado citó que “se fueron con nuestro auto a toda velocidad, lo que sorprendió a los vecinos, que saben que no manejo así”.

 

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