Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

"El apego": estos violentos deleites tienen finales violentos

Melodrama, romance, locura y sangre se combinan en la intensa y sorprendente película de Javier Diment, estrenada esta semana en Buenos Aires y que se verá en La Plata en el marco del Fesaalp

"El apego": estos violentos deleites tienen finales violentos
6 de Noviembre de 2021 | 01:05

Sentencia para el poster: “El apego” es una de las películas más sorprendentes del reciente cine argentino, y en nada se parece al cine que hay en cartelera. Un melodrama criminal rodado en color y blanco y negro, de alto voltaje sanguinario y tensión erótica, la película dirigida por Javier Diment, estrenada el jueves en el porteño Cine Gaumont y que se verá hoy, y todos los sábados, en el Malba, es la historia de Carla (Jimena Anganuzzi), una joven desesperada que recurre a una clínica que hace abortos clandestinos pero que se encuentra con la negativa de la doctora, Irina (Lola Berthet); sin embargo, le propone vender al bebé y le ofrece su casa hasta el nacimiento del chico. Comienza así una convivencia entre dos personajes perturbados que se entrelazan en una extraña relación, una espiral de pasión y sangre.

Aunque la intención era “jugar con la consciencia de ciertos fenómenos” que atraviesan la sociedad desde antes de la década del 70, en la que transcurre la película, y que nos atraviesan todavía hoy, esta no es “una película testimonial”, explica Diment. Aunque transcurre en los 70 y la venta de bebés atraviesa la trama, “no está en primer plano aquello que en el mundo de los relatos suele estar en primer plano: la dictadura”. Y aunque el aborto aparece como disparador, y un pasado de abusos atraviesa a ambos personajes, la trama rápidamente se dispara hacia una serie de asesinatos en el marco de una relación crecientemente tóxica donde el juego de amo y esclavo, de víctima y victimario, gira constantemente sobre sí. ¿Quién tiene el poder? La doctora es estricta carcelera pero también mata por amor; la paciente es víctima de abusos pero vengadora, y todos matan y mueren por ella. 

Y en medio, dice Diment, “¿existirá posibilidad de encuentro? En el fondo, la idea es esa, se aspira a ese encuentro… ¿pero cómo se llega a eso? Es una película donde el concepto de abuso es esencial. Son víctimas de abuso, a su vez son abusivas en sus actividades, y a la vez lo que quieren, y no se se sabe si van a poder encontrar o no, es encontrarse con otro humano”.

La película mezcla géneros (el thriller erótico, el terror, el drama) sin afán pop, buscando más bien cualquier recurso que pueda extasiar la trama y subir el volumen a la intensidad del relato, mostrar el crisol de sentimientos humanos a flor de piel. Porque, en su corazón, como delata el relato de los juegos de poder entre doctora y paciente, estamos ante un retorcido melodrama que pone en escena una especie de “dualidad”, dice Diment: por un lado, hay un aspecto lúdico, pero por otro, “el interés de acercarse a las zonas más dolorosas del humano”. Se genera así “una lucha entre lo más animal y lo más humano, la diversión y la densidad, que están tratando de convivir”. “El apego”, al final, narra una historia dominada por la inquietud y la paulatina liberación de toda represión -con los choques, violencias y deseos que eso puede implicar. 

Es que más allá de que, comenta Diment, sus trabajos siempre coquetean con el melodrama, la película llevaba esas pasiones intensas en su ADN: “El apego” surgió “de las ganas de hacer algo juntos con las actrices”, Bethet y Anganuzzi, amigas de Diment y colaboradoras en otros proyectos. Con ese fin, “inventé un par de personajes pensando en ellas y en su tipo de actuación, y nos juntamos a organizar una trama que contengan a esos personajes”. Eran “personajes súper intensos”, por lo que las tramas que despertaron en esas reuniones del trío fueron “de mucha intensidad”, pensadas también para potenciar las actuaciones.

No hay, así, un registro naturalista de una historia de abusos, violencia y venta de bebés: “Queríamos construir un mundo no naturalista, buscábamos cierta artificiosidad, las actuaciones no son naturalistas: no queríamos disimular que hay una autoría, una manipulación, a la hora de contar una historia”, explica Diment, y esa manipulación está clara en la inestabilidad que propone “El apego”. El aspecto estilizado de la película, la estética retro, el blanco y negro, son todas decisiones que remarcan esta buscada artificialidad.

Entonces, “El apego” es un juego de gato y ratón, de crimen y amor, donde el cineasta manipula al espectador, buscando utilizar los giros bruscos que habilita el melodrama (“parece que el poder lo tiene un personaje, y de golpe lo tiene otro, a medida que se van develando verdades”) para desestabilizar a la audiencia: “Queríamos que el espectador entrara en un clima de inquietud y no tenga ni la menor idea para dónde va a disparar, que cada uno de los giros sea sorpresivo, eso era parte del juego, sorprender”, dice el director de “El eslabón podrido”. 

Premiada como mejor película en la sección Noves Visions del prestigioso Sitges, “El apego” llegó a la gran pantalla esta semana. Allí, dice Diment, está “la verdad de la película”: “Para estas películas tan pequeñas, independientes, hechas con dos pesos, sin plata para lanzamiento y difusión, la vida real es digital, es de plataformas y monitores. Pero al tener ese encuentro en el cine la experiencia se completa. Trabajamos los encuadres, el sonido, el formato CinemaScope… todo eso hace que la experiencia cinematográfica sea la verdad de la película”, afirma el cineasta antes del estreno de esta noche en el Malba, y antes de llegar a la Ciudad en el marco de la próxima edición del Fesaalp, Festival de Cine Latinoamericano de La Plata que celebrará sus 15 años desde el 27 de noviembre.

Un estreno que Diment vive “con expectativa y al mismo tiempo aterrorizado, sintiendo que estoy saliendo en la peor época del planeta”, dice entre risas. “Pero no podía seguir guardando la película, está filmada hace dos años, y ya me quema. Y necesito cobrar el subsidio del INCAA por el estreno”. 

Sin embargo, agrega que el estreno en el Malba lo entusiasma: allí se verá no durante una semana, todos los días, como en el Gaumont, sino todos los sábados, a lo largo de noviembre y mientras funcione, y esa permanencia en el tiempo, durante todo el mes, dice “le puede dar tiempo al boca en boca. Eso me entusiasma, me hace pensar que quizás la película pueda durar varios meses en pantalla. Creo que si les das tiempo, la película puede encontrar a su público”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$650/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$500/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$500.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $3950.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla