"Falló todo el sistema de salud": habló la pareja del joven de Etcheverry que murió por hantavirus

El temor por el virus hanta vuelve a meterse en los barrios. La confirmación de un fallecimiento en la Región producto de esta patología renovó una preocupación con la que hace años conviven los vecinos de diferentes zonas, en particular aquellas rodeadas por pastizales y basurales que suelen atraer a los roedores.

Según pudo confirmar este diario, la víctima trabajaba en el Ministerio de Educación y se desempeñaba como DT en un club de Etcheverry. Se trata de Juan Cruz Fernández, el entrenador de fútbol del Club Unión Vecinal Etcheverry, quien falleció el pasado 1 de diciembre causando un hondo pesar entre los que lo conocieron.

Si bien, creció en Olmos y desde hace unos años se había mudado al centro de La Plata, en el último tiempo quedó fuertemente ligado a la comunidad de Etcheverry por su rol deportivo y por los lazos de afecto y amistad que había estrechado con decenas de vecinos de este sector. De hecho, tras conocerse la noticia del deceso, desde la entidad del oeste platense manifestaron que se trataba de un “chico sano” y que “desde muy chico casi que vivía en el club”.

“La evolución de su enfermedad fue rápida, por los síntomas se tomaron muestras que confirmaron la enfermedad”, informó Manuel De Battista, director de la Región Sanitaria XI.

Fue la pareja de Juan Cruz quien confirmó ayer viernes a EL DIA que "nueve días después de su muerte", el Instituto Malbrán le confirmó el positivo de hantavirus.

Si bien no hay exactitud con respecto al lugar y al momento en que se contagió, en su familia están convencidos de que el vía crucis para este joven se inició a fines de octubre cuando tuvo contacto con roedores en la vivienda que habitan sus padres en un sector de Lisandro Olmos. 

Su pareja explicó que recién un mes después comenzó a experimentar leves dolores de cabeza que no encendieron alarma y que la víctima dejó pasar pensando que se trataba de una gripe. Pero con el correr de los días, el cúmulo de síntomas compuesto por diarrea, náuseas, dolor de cabeza y dolor muscular, se fue agudizando a punto tal de que perdió la capacidad de mantenerse en pie. En ese marco le explicaron que esta enfermedad puede reportar síntomas entre una semana después de haber tenido contacto con el roedor y 42 días después. 

"Los últimos días de Juan Cruz fueron muy críticos. Pasó por varios centros de salud de la Región y en ninguno de ellos hubo un profesional que se le ocurriera que podía tener hantavirus. No podemos creer que nadie lo mandara a hacerse un análisis de sangre para poder detectar qué tenía. Sólo lo revisaban y lo mandaban a su casa. Falló todo el sistema de salud", señaló la pareja en diálogo con EL DIA. 

La joven asegura que desde el sábado 27 de noviembre hasta el 1 de diciembre, el día en el que murió, Fernández recorrió un total de cuatro centros de salud, tres privados y uno público, y que recién en el último cuando lo vieron que no podía mantenerse en pie, decidieron internarlo". 

"El último día, alrededor del mediodía, se descompensó. Lo tuve que cargar al ascensor y luego al auto. Cuando llegamos ya estaba muy mal. Lo llevaron a terapia intensiva y lo entubaron. Luego nos informaron que estaba sufriendo una falla multiorgánica. A las 8 de la noche, nos dieron la peor noticia", contó la joven con quien González hacía poco se había mudado a un departamento ubicado en 12, entre 44 y 45. 

POSITIVO DE HANTAVIRUS

“Por los síntomas que presentaba, los médicos tomaron muestras que fueron derivadas al Instituto Malbrán y se determinó el contagio de hantavirus”, comunicó De Battista.

El funcionario señaló que en esta época algunos casos se presentan y, de acuerdo a los análisis del área de Epidemiología, está dentro de lo esperable. Además aclaró que no hubo una seguidilla de casos en la Región.

Cabe destacar que desde que se sospechó que la causa del fallecimiento podría deberse a la enfermedad transmitida por el ratón colilargo, intervino la secretaría de Salud de la Municipalidad.

“El virus se transmite por la secreción de los ratones y no puede diagnosticarse sólo por los síntomas, cuando existe una sospecha, el hospital avisa y se hace la vigilancia epidemiológica. Este fue un caso típico relativo a la zona rural, el joven trabajaba en el campo y el verano es una época de riesgo”, agregó De Battista y dijo que el caso no debe causar alarma excesiva, sino que hay que ocuparse de evitar ámbitos propicios al roedor.

Por su parte, Enrique Rifourcat, al frente de la secretaría de Salud de la Municipalidad, informó que se actuó de inmediato, no bien existió la presunción de que podía tratarse de un caso de hantavirus.

“Por las características del paciente y su contexto, intervinimos de inmediato. El joven trabajaba en una forrajería de Olmos y además hacía trabajos como cortar pasto, fuimos y controlamos todos esos focos”, sostuvo Rifourcat.

El funcionario detalló que se desratizó la forrajería y los lugares donde Fernández cortaba el pasto. Además se trabajó con la gente del barrio para indicarles la conveniencia de que mantengan los terrenos desmalezados, que no dejen en el exterior restos de comidas y que, ante la duda, ventilen todos los espacios cerrados antes de ingresar.

Se indicó que la enfermedad se transmite por los aerosoles que despiden los ratones y que, por ejemplo, si se entra a un galpón debe evitarse barrerlo antes de ventilarlo. Se recomendó pasar trapos húmedos y trabajar con protectores como guantes y barbijos.

En relación al entorno del joven, se hizo un seguimiento para descartar que también pudieran tener la enfermedad, pero hasta el momento no se registró ningún contagio. A cerca de los síntomas se indicó que son similares a los de la gripe y que ante cualquier duda, se recomienda consultar al médico de manera temprana.

La muerte de Juan Cruz Fernández causó mucha tristeza en Olmos y Etcheverry. Desde la entidad del oeste platense lo describieron como un “chico sano” y dijeron que “desde muy chico casi que vivía en el club”.

Juanchi, tal como era conocido en el ambiente deportivo, era técnico de la reserva y ayudante de campo de primera .

LA PLATA, UN ÁREA DE RIESGO

El hantavirus, se sabe, es una enfermedad que se transmite a los humanos a través de la orina, la saliva y las heces del ratón colilargo.

Los especialistas aclaran que para que haya hantavirus tiene que haber roedores, y estos sólo están donde encuentran algo que comer.

Por eso es tan importante no sólo ocuparse de hacer desmalezamientos en las áreas periurbanas sino evitar que se acumule basura de la que puedan alimentarse.

Los síntomas son similares a los de la gripe, con fiebre, fuertes dolores musculares, vómitos y diarrea. Con más de veinte casos confirmados a lo largo de la última década, la presencia del virus hanta ya es considerada endémica en nuestra ciudad.

Esto significa que al registrarse la presencia del roedor que transmite el virus (el ratón colilargo) y existir un medio infectado, basta que se den las condiciones necesarias para que re emerja la enfermedad.

El tipo de ratón colilargo que existe en la zona (el Oligoryzomys flavescens) tiende a anidar y formar colonias en pastizales ubicados cerca de cursos de agua. Es por eso que la mayoría de los casos confirmados en La Plata durante los últimos años se han dado en el cinturón hortícola y lo que se llama el Corredor de la Ruta 2 (una zona que va desde Florencio Varela al barrio El Peligro).

RECAUDOS

Entre las recomendaciones se sugiere evitar la presencia de roedores en el domicilio y alrededores y el contacto con sus secreciones, tapar orificios en puertas, paredes y cañerías, mantener la higiene con agua y lavandina, colocar huertas y leña a más de 30 metros de las viviendas y cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 metros alrededor del domicilio.

También ventilar antes de entrar a lugares que hayan estado cerrados. Expertos dicen que es importante desmalezar e impedir que se acumule basura.

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