En plena madrugada: pesadilla para una jubilada y su sobrino

Eran las 4 de la mañana de ayer cuando en una casa de 23 entre 50 y 51, donde viven una mujer de 81 años y su sobrino, de 44, ambos se encontraban durmiendo. Lo habitual, sólo que entonces algo quebró la rutina de manera tan inesperada como violenta: tres asaltantes entraron en ese domicilio por un patio del fondo, doblaron una reja de hierro que estaba sobre una ventana que lo comunica con la cocina y llegaron hasta las habitaciones donde descansaban las víctimas.

Instantes después, la jubilada fue obligada a levantarse y sentarse en una silla del comedor, donde la amordazaron. Su sobrino, en tanto, fue atado de pies y manos al lado suyo, pero en el piso.

“NOS PEDÍAN DÓLARES”

En la tarde de ayer, mientras su casa seguía con los tres dormitorios y el comedor “alfombrados” por una increíble cantidad de prendas de vestir y otros elementos diseminados en el piso, Isabel (81), aludió al complejo trance que afrontó junto a su sobrino.

“Todo empezó a las 4 de la mañana (de ayer), cuando con mi sobrino dormíamos en nuestras habitaciones y me sobresalté al escuchar ruidos fuertes”, contó.

Es que en esos instantes, tres ladrones que bajaron desde una pared medianera del patio, se hallaban violentando la reja protectora de una ventana con la firme decisión de entrar a robar.

“La doblaron toda en su parte inferior -describió la mujer-; cuando me quise acordar, ya estaban adentro”.

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Dejando en claro que sabían lo que querían y cómo lograrlo, enseguida los maleantes dividieron roles para amedrentar a la dueña de casa y su sobrino en sus respectivos dormitorios.

Como le pedía a la banda que huyera enseguida, “uno me zamarreó un poco”, contó la jubilada

Luego fueron reunidos en el comedor, donde permanecieron bajo la vigilancia de uno de los integrantes de la banda. Sus cómplices, en tanto, se encargaron de revisar y tirar al suelo todo lo que no les interesaba en las habitaciones.

Isabel puntualizó que antes de ponerse a “dar vuelta” la casa en busca de dinero y otros efectos de valor, “(los asaltantes) nos pedían dólares”.

Remarcó que ella “de entrada” les reveló dónde iban a encontrar la plata que había en la casa, “pero igual seguían buscando dinero por todas partes. Hasta en el piano”.

“Estuvieron acá una hora y media, cuando podrían haber agarrado la plata de mi sobrino y la mía e irse enseguida”, lamentó la jubilada.

Consultada sobre lo que se llevaron los delincuentes, respondió que les quitaron todos sus ahorros, aunque evitó precisar el monto de dinero con el que escaparon los intrusos.

Además del efectivo, los asaltantes robaron “muchísima ropa” de los habitantes de la casa, explicó Isabel.

En medio del caos que dejaron los ladrones y el estado de shock en que quedaron los damnificados, en un primer momento creyeron que también habían perdido sus tarjetas y otras pertenencias, que más tarde aparecieron.

A OSCURAS Y CON GUANTES

Posteriormente, la jubilada aludió a que la banda, para llevar adelante su plan, tomó algunos recaudos destinados a no ser descubiertos.

En tal sentido, reflejó que “se manejaron con la luces apagadas, seguramente para que nadie viera luces encendidas a las 4 de la mañana y sospechara que ocurría alguna situación extraña”.

Por eso, recién cuando los delincuentes ya estaban bien lejos “supe por la Policía Científica que vino a casa, que los ladrones habían usado guantes. Por eso no dejaron huellas dactilares en todo lo que tocaron”.

“NO PUDE ACTIVAR LA ALARMA”

Por otra parte, Isabel expuso que en su zona instalaron tiempo atrás el sistema de Alarma Vecinal por el que han optado muchísimos barrios de la Región, pero los delincuentes no le dieron tiempo ni chances de activarla por el pulsador.

Asimismo, subrayó que “hace 70 años que vivo en este barrio y hasta ahora no había sufrido ni un robo”.

Destacó que “la Policía vino rápido”, pero la banda está prófuga.

A instancias de la UFI en turno los investigadores tratan de buscar pistas con las filmaciones obtenidas de cámaras de seguridad cercanas, tanto públicas como privadas. Por ahora, de los autores nada se sabe.