El test anal para detectar coronavirus llegó al país: por ahora descartan su aplicación masiva

Desde que los investigadores determinaron que los testeos anales arrojaron resultados eficientes en la detección del coronavirus y desde que China decidió dar el primer paso en su aplicación en forma masiva, el método comenzó poco a poco a ganar adeptos en todo el mundo. Las investigaciones hallaron que la ARN y las proteínas del SARS-CoV 2 que provocan el Covid-19 son eliminadas por las heces en los primeros momentos de la enfermedad y que por este motivo los testeos mostrarían resultados más precisos que los bucales y nasales. En Europa, uno de los primeros países en aplicar el método fue España, aunque no todas las regiones, con el objetivo de detectar el virus en restos gastrointestinales en pacientes graves y de riesgo que ya portan la infección. Pero más allá de la efectividad que demostró el estudio aún sigue siendo motivo de investigación.

¿Qué ocurre en Argentina con respecto a los avances de este novedoso tests que podría reemplazar o bien complementar el oficialmente homologado hisopado nasofaringeo? Según reveló la investigadora Marcela Echavarría, de Conicet y CECIM, las tomas de muestras anales ya se han practicado en nuestro país en 30 pacientes y se espera incrementar la cifra a 150. Sin embargo, aclaró que no se ha implementado su uso masivo debido  a que "existe mucha variabilidad".

En ese sentido explicó que "es parte de una investigación en la que estamos aprendiendo a comprender cómo es la evolución y replicación del virus. La toma de muestra de materia fecal e hisopado anal es menos homogénea que el resto y además, implica la presencia de inhibidores que casualmente pueden interferir en la PCR". 

Según esbozó, dicha complejidad "exige protocolos estandarizados y laboratorios entrenados en manipular materia fecal. Fue un largo proceso poner a punto este tipo de muestra".

La científica señaló "hay veces que clínicamente en los pacientes son compatibles con Covid-19, pero el hisopado nasofaríngeo da un resultado negativo. Por eso, estudiamos otras muestras clínicas. La materia fecal puede llegar a ser positiva por un tiempo más prolongado que una muestra de hisopado nasofaríngeo".

El método y sus procedimientos se encuentran en nuestro país en pleno estudio. Echavarría aseguró en una entrevista con Clarín que "necesitamos estudios prospectivos que comparen el hisopado nasal con el anal con la PCR correspondiente para poder determinar cuál es el grado de correlación entre ambas muestras en pacientes ambulatorios".

En cuanto a la práctica del test anal, dijo que consiste en insertar un hisopo en el año en una profundidad de tres a cinco centímetros y posteriormente rotarlo suavemente. Luego, se introduce el hisopo en un tubo de muestreo que contiene una solución de conservación del virus y es enviado a un laboratorio para verificar la presencia del SARS-CoV-2 en recto grastrointestinal.

Teniendo en cuenta que la transmisión del virus suele ser por la vía respiratoria, la profesional sostuvo que "hoy, no tenemos fundamentos para afirmar que la vía fecal pueda propagar también el virus. No sabemos si lo que detectamos en este tipo de muestra es virus infeccioso o remanente de RNA (material genómico). Lo que confirma si algo es replicativo (infeccioso) o no son los métodos de cultivo, que no pueden practicarse masivamente porque requieren de un nivel de bioseguridad mayor".

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE