Con una paliza histórica, Boca pudo recuperar la sonrisa

Boca recuperó anoche por momentos el nivel de juego que le permitió ser el campeón de la Superliga que definió con River en la temporada anterior, y afirmándose en la inspiración de Edwin Cardona, esta vez mejor acompañado que en los partidos anteriores, construyó una histórica goleada por 7-1 como visitante de Vélez, en el estadio José Amalfitani. Con esto, no sólo que se afirmó en la presente Copa de la Liga Profesional, sino que recuperó buena parte del juego que había perdido, y justo una semana antes de recibir la visita de River en el Interzonal de la quinta fecha.

Esta recuperación adquiere una mayor significación porque enfrente tuvo a un equipo que había ganado en sus tres presentaciones, aunque en esta oportunidad se equivocó al dejarle espacios a un Xeneize que en esos términos se movió como pez en el agua. En Liniers, ahora Vélez acumula cuatro partidos sin ganarle a Boca, con un empate y dos derrotas. El último triunfo fue por 2-0 con goles de Fabián Cubero y Mariano Pavone, el 31 de mayo de 2015.

TEVEZ, ADENTRO

El conjunto Xeneize se trasladó hasta Liniers con la necesidad de mejorar una imagen que ni siquiera pudo reponer cuando se cruzó con Claypole por la Copa Argentina, certamen en el que se clasificó para la siguiente ronda con un triunfo apretado y sin nada de brillo. Por eso Miguel Ángel Russo, su entrenador, anticipó el regreso de Tevez luego de las ausencias que motivaron la muerte de su padre horas antes del partido contra Newell’s, en Rosario, por la segunda fecha.

El Apache no jugó en el Parque de la Independencia rosarino, ni tampoco ante Sarmiento y Claypole, presentaciones en las cuales al margen de los resultados, el doble campeón del fútbol argentino sorprendió por las falencias exhibidas en su juego. A los 37 años, el principal referente de la escuadra azul y oro aparece como una pieza imposible de reemplazar, razón que explica su regreso a la titularidad sin un paso anterior por el banco de los suplentes, como estaba previsto en un momento.

En estos términos, la vuelta de Carlitos fue una excelente noticia para un equipo descacarado, que le ganó 1-0 a Newell’s en Rosario, empató 1-1 con el ascendido Sarmiento de Junín en la Bombonera y sufrió inesperadamente para superar 2-1 a Claypole, de la Primera C, en los 16vos. de final de la Copa Argentina. Una clasificación que no alcanzó sin embargo a maquillar para mejorar la producción ante un rival tres categorías inferior, al que recién pudo doblegar cuando transcurría media hora de la etapa complementaria.

Los cuestionamientos a Russo, como principal responsable de la conducción, aumentaron sus decibeles en momentos que Boca avanza en la Copa de la Liga profesional, ya que después de visitar a Vélez afrontará el superclásico ante River, de local.

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En la búsqueda de soluciones, Russo también dispuso la confirmación, como titular, de Gonzalo Maroni, quien había realizado un buen aporte frente a Claypole, en este caso desplazando a Mauro Zárate, quien de esta forma perdió la titularidad recibida en este certamen que va por la cuarta fecha. Y como variante para recuperar el juego que parece haber perdido se volvió a considerar a Agustín Almendra, tras un largo conflicto que lo marginó de la consideración a lo largo del año 2020, como suplente.

CARDONA, LA LLAVE

Vélez, que había sumado triunfos contra Newell’s (1-0), Sarmiento (2-1) y Argentinos (2-0), llegó a este cruce transitando un presente mucho más nítido de la mano de Mauricio Pellegrino, que repitió la formación del fin de semana anterior en La Paternal, logró una supremacía ni bien la pelota comenzó a rodar, aunque un tiro libre de Cardona, que se filtró por debajo de la barrera, puso en ventaja a Boca cuando se jugaba el minuto 20.

Emiliano Amor bajó a Cardona en la puerta del área, y el colombiano, un verdadero especialista en la materia, ubicó la pelota por donde menos la esperaba el arquero: junto al palo de su mano derecha.

Una jugada por la izquierda, a cargo de Francisco Ortega, que Amor bajó para el ingreso de Lucero por el medio, selló el empate a los 25 minutos, que volvió a quebrarse cuando Cardona se inspiró de nuevo sobre los 30, y tras recibir de Jorman Campuzano puso en acción, con pase en profundidad, a Villa, quien esta vez no falló: dejó en el camino a Lucas Hoyos, con gambeta a la izquierda, y firmó el 2-1 con remate bajo.

A esta altura de la noche, y en el marco de un encuentro verdaderamente entretenido, de ida y vuelta, quedaba en claro cierta recuperación en el juego de Boca, siempre a partir de Cardona, aunque esta vez mejor rodeado por Cristian Medina, Maroni y Campuzano, más Tevez, quien de espaldas al arco utilizó bien la pelota, sea tocando de primera o buscando la falta.

El elenco de Liniers, al igual que Boca clasificado para la fase de Grupos de la Libertadores, mostró una buena imagen cuando dispuso de la pelota y se movió de mitad de cancha en adelante, pero dejó grandes interrogantes cuando debió resolver en defensa frente a un rival que volvió a jugar “al espacio”, como en la primera etapa del actual ciclo, aquella que le permitió ganar la Superliga en el mano a mano con River.

SHOW DE GOLES

La etapa complementaria se desarrollaba con la misma tendencia, hasta que después de una buena tapada de Esteban Andrada evitando el empate, Cardona se encargó de adelantar el final. Claro, porque el colombiano metió otro pase a medida para la corrida de Villa, quien llegó al fondo por la izquierda, enganchó para adentro y estableció el 3-1 con un derechazo bajo al segundo palo del arquero.

Se jugaba el minuto 8 y Vélez no dispuso de tiempo para ensayar una reacción porque en el siguiente ataque de los Xeneizes, Villa le pegó desde afuera del área, la pelota impactó en el vertical izquierdo del arco de Hoyos y Maroni, aprovechando el rebote, se encargó de asegurar, a los10, un 4-1 que se convirtió en 5-1 cuando a los 16 minutos Tevez empalmó de zurda un centro cruzado por Frank Fabra. El show de goles lo completaron Maroni y Campuzano en una noche que cerró Carlitos Tevez declarando que van por el tricampeonato. Y ahora se viene el Superclásico...