Noveles y experimentados: la escritura y el escape al agobio

Uno de los golpes más lacerantes que propinó el Covid fue el aislamiento, pero muchos escritores, nóveles y experimentados, se abrazaron a la escritura como si se tratase de un salvavidas que los mantuvo a flote. EL DIA dialogó con algunos de ellos para conocer cuál fue la motivación que tuvieron a la hora de editar libros en plena pandemia.

El platense Jorge Zanzio es poeta, videasta y dramaturgo, durante la pandemia no pudo ensayar, ni filmar, pero encontró en la escritura la manera de exorcizar los efectos nocivos de su paralización social. “Trabajé desde mi casa y tuve más tiempo para escribir, entonces pude terminar y editar el libro El artista y su monstruo, basado en una obra que escribí en 2019 que se llama Euricles y su monstruo”, señaló.

La temática es feminista y gira en torno al vínculo entre un ventrílocuo y la muñeca a la que le da voz, pero que un día se rebela contra la manipulación. “Es una metáfora del machista que maneja a su mujer”, afirmó el autor.

Abrir nuevas puertas creativas también le permitió a Zanzio escribir Micromonólogos infectados que puede verse en YouTube. “Es un arte híbrido porque no es cine, ni teatro, es otra cosa y el soporte es el celular”, dijo el autor que reconoció que muchos de sus pares también emplearon el tiempo de la cuarenta en la escritura u otras expresiones artísticas.

Transformar una crisis en una oportunidad fue la inspiración de Cristina Espinosa, una experimentada guía de turismo e investigadora. A lo largo de su vida reunió mucha información histórica que finalmente pudo compilar en Ciudad y Necrópolis: Las huellas de la Masonería en La Plata, un libro que escribió junto al periodista y escritor Hugo Mársico.

Durante la pandemia, al suspender las visitas guiadas que hacía al Cementerio y otros puntos turísticos locales, encontró el tiempo para darle forma a 17 carpetas con 300 historias del Cementerio.

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A través de entrevistas que le hizo Mársico, se detallaron aspectos de la masonería local, sus actividades y símbolos. También se relató acerca de la relación de las mujeres con las logias y de los símbolos de la Necrópolis local.

“Jamás se me pasó por la cabeza escribir un texto con toda la información que recopilé por años y junto a Hugo Mársico pudimos plasmar todo de forma ordenada”, dijo Cristina a la que la pandemia le dejó como saldo positivo terminar el libro que había comenzado en 2019.

Hugo Mársico destacó que fueron tiempos complicados para los escritores y, mientras algunos aprovecharon el encierro para escribir, otros perdieron la voluntad de hacerlo. Además se hizo difícil coordinar con las editoriales y durante mucho tiempo las librerías estuvieron cerradas y hubo que buscar otros canales de ventas.

“En lo personal había ingresado a imprenta a finales de febrero de 2020 mi primer libro de ficción La Noche del Secuestro con la idea de presentarlo en la Feria del Libro, pero se suspendió por la cuarentena y lo terminé presentando en agosto pasado de manera virtual por streaming”, dijo el escritor. Ese fue otro de los obstáculos que tuvieron los escritores al estar suspendidos los eventos públicos.

La presidenta de la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires, Silvana Rossi, consideró que el aislamiento social interpeló a las personas, las llenó de silencio y tristeza. “El temor a lo desconocido es tan grande que no lo podemos aceptar y eso hace que podamos sentir que casi es imposible escribir ficción”, señaló para graficar la introspección a la que se volcaron muchos escritores en el último año.

La escritora sostuvo que en el último año la edición de libros en formato de papel cayó entre un 40 y un 60 por ciento, pero creció la producción digital. La mayoría de los libros presentados durante el primer semestre del 2020 fueron obras pre pandémicas.

En relación a los temas abordados, Silvana Rossi indicó que no se encuentran muchas novelas que hablen de la pandemia y de los tiempos presentes. Aunque en poesía, hubo autores que escribieron sobre esa cuestión. “Cuando vuelva la calma y todo se tranquilice, se va a empezar a mostrar lo que está dentro de este ambiente de angustia”, agregó.

Mujeres corazón de fuego es otro libro presentado durante la pandemia, reunió a 11 escritoras: Gladys Ortigoza, Susana Savignano, Celia Magallanes, María Guastella, Virginia Amado, Alicia Zulián, Teresa Roca, Azucena Ripa, Eunice Stéfani, Alcira Cufré y Ethel Mos.

“Es una antología que es un canto a la vida, en medio del dolor y de las noticias más trágicas”, contó Ethe Mos, acerca de un libro que se produjo durante el encierro de la cuarentena y que refleja historias de mujeres como la de que misionó en África, la que atravesó la muerte de un hijo o la que plantea temas de sexualidad.

Ethel destacó que la producción se logró pese a un contexto social complicado y en el que muchas de las autoras atravesaron enfermedades y pérdidas. “El libro fue transformar lo negativo en positivo, un gran acto de arrojo y coraje; hicimos un buen equipo y el resultado fue excelente”, agregó la escritora y aclaró que el libro fue editado e impreso por Sociedad Argentina de Escritores filial Mercedes y el arte de tapa es de Alicia Zulián.

También en tiempos de coronavirus el periodista Guillermo Cavia presentó Un Pozo, la historia de dos hermanas que vivían juntas en el pueblo bonaerense de Hinojo y aseguraban que en su casa había un pozo que llegaba al mar. “Es un viaje al interior de un pozo que puede ser la propia existencia en los límites del tiempo. Dónde lo real se puede tocar y lo que no, también”, afirmó el autor.

Guillermo Cavia ya tenía esa historia en mente, pero el encierro le permitió sentarse a escribir por horas, de día y de noche. “Quizás la metáfora más perfecta entre un pozo y lo que pasó fue que estábamos atravesando lo desconocido. Nadie imaginaba un encierro y sin embargo ocurrió como si fuéramos parte de un cuento que alguien está escribiendo”, concluyó.