Un golpe en el pecho de la literatura

“La cuarentena empezó el día exacto en que mi hijo cumplió un año. Aprendió a caminar y a hablar en un mundo aislado, y creo que ese aprendizaje nos representa también al resto. Tuvimos que aprender a vivir de otra forma, a enseñar de otra forma, a vincularnos de otra forma”.

“En lo personal, empecé a valorar las rutinas, que cuentan con mala fama pero que ahora valoro como una parte intangible de nosotros. Hay rutinas, pequeñas, que te salvan la cabeza, desde ir a comprar el queso oloroso que le gusta a tu abuela hasta correr el último tren del día. La única manera de salir de esto es poder volver a construir nuevas rutinas con la poca libertad que nos quede, sobre todo las que hagamos desconectados y las que sean completamente inútiles”.

Enfrascado en la realidad, pero rebelde a ella, escritor desde siempre, el muy joven platense Martín Castagnet, nacido en La Plata, con infancia y adolescencia en City Bell, porteño ahora, acaba de ser elegido hace pocos días por la muy prestigiosa revista inglesa “Granta” entre los mejores narradores jóvenes en idioma español. Lo acompañaron otros dos escritores de nuestro país: Michel Nieva y Camila Fabri. En el último número de “Granta” se incluyeron textos de veinticinco narradores españoles de hasta 35 años de edad

Tal como se había señalado en estas columnas el 8 de septiembre de 2019 Castagnet ya había sido elegido en Bogotá como uno de los principales escritores latinoamericanos, mencionándose entonces sus novelas “Los cuerpos del verano” y “Los mantras modernos.

Doctor en Letras, graduado en Humanidades de la UNLP, traductor y editor, Castagnet es profesor de Introducción a la Literatura y de Literatura Norteamericana en esta facultad platense. Tiene escritos, también, varios libros de cuentos, como “La pasión de la jugadora de videojuegos”, publicado en Buenos Aires-Barcelona; “Once mil kilómetros” editado en Rosario y otras narraciones y traducciones publicados en la Argentina, Perú, Ecuador, Bolivia, España, Inglaterra, Francia y otros países.

Además de estos y otros antecedentes académicos y literarios, Castagnet pertenece a una nueva narrativa latinoamericana, anclada a la dominante influencia que hoy ejercen la tecnología y la ciencia ficción, con los ojos puestos en un futuro intranquilizador, ya que “como ocurrió cuando se descubrió la imprenta, nosotros recién estamos en el comienzo de Internet y no tenemos la menor idea acerca del lugar adónde nos llevará”.

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La antología que publicó la revista británica, titulada “Los mejores narradores en español” se editó como libro tanto en castellano como en inglés, “y a mediados de mayo voy a participar a distancia de la presentación en Oxford”, dijo.

En cuanto a la distinción que acaba de conferirle la revista “Granta”, que fue presentada formalmente en el Instituto Cervantes de Madrid, dice ahora Castagnet: “Siempre sentí que nací con suerte, quizás por haber nacido el día que empezó el Mundial 86. En el caso de “Granta”, tuve la fortuna de haber sido elegido entre cientos de escritores igual o más talentosos”.

“Quizás así se sienten los jugadores de fútbol cuando los convocan a la selección: el orgullo de haber hecho las cosas bien, junto a la certeza de que es sólo el comienzo y hay que esforzarse más que nunca. En la antología que está por salir en Europa, y que va a llegar a Argentina en los próximos meses, participé con un cuento que se llama “Nuestra casa sin ventanas”, que forma parte de un proyecto nuevo. Después de haber publicado dos novelas, y una tercera que sale a comienzos del año próximo, decidí aventurarme por primera vez en un libro de cuentos. No se puede seguir escribiendo si uno no está dispuesto a transformarse todo el tiempo”, agrega.

GOLPES ANTES DE ENTRAR EN JUEGO

La comparación expresada demuestra que Castagnet es un apasionado por el fútbol, lo jugó mucho y ahora escribió un libro de tirada virtual sobre Gimnasia, con un emotivo homenaje a su mítico ex director técnico Timoteo Griguol. A tal punto que el libro se llama “Un golpe en el pecho antes de salir a jugar” (puede hallarse en la plataforma leamos o bajalibros). Griguol se instalaba en la puerta del túnel y golpeaba el pecho de cada jugador antes de que ingresaran a la cancha.

“Siempre sentí que nací con suerte, quizás porque nací el día que empezó el Mundial 86”

“Hablar de Gimnasia es hablar de mi infancia. De la caja de plástico azul donde guardaba todos los recortes sobre el Lobo desde que tenía ocho años. Ahora es como si volviera a abrir esa caja, a la distancia, como si no estuviera en un país lleno de nieve sino en la biblioteca de mi casa paterna”, dice en ese texto.

¿Cómo explica este acercamiento literario? “Hasta ahora nunca había escrito un libro autorreferencial. Como novelista, siempre intenté armar un dispositivo ficcional que potenciara mi experiencia del mundo, sin ponerla en primer plano. Sin embargo, para mi propia sorpresa acepté la propuesta del editor de escribir este libro: entendí de inmediato que nuestro vínculo con un club de fútbol que es una de las expresiones más completas de la infancia. En mi caso, hablar de Gimnasia significaba regresar en el tiempo a mi infancia en City Bell, cuando jugábamos en las calles que todavía eran de tierra, a los trofeos de la escuelita de fútbol, las cadenas telefónicas, el colectivo cafetero que te llevaba al partido, la felicidad del primer Walkman”.

El texto de Castagnet no elude ingresar a un territorio ríspido de la mitología futbolística platense y lo hace con desenfado: “Siempre digo que me hice de Gimnasia porque me identifico con el sufrimiento, un discurso típico de escritor boludo, pero en realidad es mentira. Yo me entusiasmé por el Lobo cuando salimos campeones de la Copa Centenario, precursora de la Copa Argentina, ganándole categóricamente al River de Passarella. Ese es el primer recorte que tengo en mi caja de plástico azul. Después de que el campeón fuera Gimnasia, se decía que el trofeo era no oficial. ¿La Copa Centenario de la AFA declarada no oficial por la propia la AFA?”

Martín Castagnet, autor del libro “Un golpe en el pecho antes de salir a jugar” / Web

La prosa de este libro es sencilla. Va al grano, en forma directa. “El Viejo (por Griguol) acababa de cumplir sesenta años cuando asumió en Gimnasia, pero parecía todavía más grande. Su insistencia en la educación de los jugadores parecía reflejar el lema del club: si no estudiaban, no jugaban, y con la primera plata que compraran un departamento, no el auto. Es difícil olvidar la gorra de Timoteo, cuya publicidad de alarmas o de fideos venía a cambio de semillas para Estancia Chica, o el tractor que se hizo traer para cortar el pasto bien cortito, pero sobre todo ese cachetazo en el pecho que le daba a todos los jugadores para que se despabilaran cuando salían del túnel. Los jugadores ponían cara de susto y aguantaban la respiración. En una entrevista dijo: «Ocurre que, cuando el jugador se está vistiendo antes de un partido, tiene como una angustia. Golpeándolo un poco le sacás esa angustia y se suelta más rápido». A veces yo me palmeo el pecho solo, antes de hacer algo importante.

El novelista Castagnet asegura que Griguol representa “lo que caracterizó lo mejor de Gimnasia: privilegiar la semilla, educar a los nuestros, mejorar la institución para mejorar al equipo y no viceversa. Una vez un joven Bielsa le preguntó a Griguol, después de una conferencia de prensa, cómo se podía dirigir un equipo de primera sin haber sido un futbolista brillante. Griguol le recomendó que tomara un equipo de niños y que creciera junto a ellos”.

“Muchos dirían que a Timoteo los resultados no lo acompañaron, pero para eso cito a Bielsa, que después del chicaneo de un periodista respecto de que siempre perdía finales, le respondió lo siguiente: “El éxito es la medida que resulta del lugar de donde salís al lugar al que llegás”. Griguol nos llevó a lo más alto: la obtención de una identidad, que vale tanto como un campeonato. Si algo lamento en mi vida es no haber podido estar en el partido homenaje a que se le hizo en El Bosque a fines del 2012; ahora, otra vez a la distancia, ojalá le pudiera mandar una palmada”

“Hablar de Gimnasia es hablar de mi infancia”, afirma Castagnet

Castagnet recibió, asimismo, el premio a la Joven Literatura Latinoamericana 2012 organizado por la MEET – Maison des Écrivains Étrangers et des Traducteurs (Casa de Escritores Extranjeros y de Traductores) de Saint-Nazaire, y por La Marelle, Villa des projets d’auteurs (Casa de proyectos de autores), Marsella, Francia. En el último caso el jurado estuvo integrado por Eduardo Berti, Michel Lafon, Pablo de Santis, Vlady Kociancich, Alan Pauls, Iván Salinas y Silvia Hopenhayn.

Las primeras obras de Castagnet son novelas fantásticas, que trabajaron sobre la realidad y la digitalidad. La última de ellas, la digital, trata sobre el fútbol, sobre los dioses más cercanos y la pasión del hincha que iba a los estadios y que ahora está concentrado, también él, en el mundo virtual, en el deslucido reino de la no presencialidad.