Murió Michael Collins, uno de los astronautas del Apolo 11

Fue el único de los protagonistas de la primera misión tripulada a la Luna que no pisó el satélite terrestre. Su función fue pilotar el módulo de comando y permanecer en órbita

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El astronauta estadounidense Michael Collins, miembro del Apolo 11, la primera misión tripulada a la Luna, murió ayer de cáncer a los 90 años, informó su familia en un comunicado.

Piloto del módulo de comando, su función fue permanecer en órbita mientras sus compañeros Neil Armstrong y Buzz Aldrin se convirtieron en los primeros hombres en caminar sobre la Luna.

“Mike siempre enfrentó los desafíos de la vida con gracia y humildad, y enfrentó este, su desafío final, de la misma manera”, escribió la familia de Collins en su cuenta oficial de Twitter.

“Mi querido Mike, dondequiera que hayas estado o estés, siempre tendrás la llama para llevarnos con habilidad a nuevos cielos y al futuro. Te extrañaremos. Que descanses en paz”, reaccionó su compañero Aldrin, ahora el último integrante vivo de la Apolo 11.

Pese a su edad, Collins seguía siendo el más activo de los veteranos de la Apolo, y el que evocaba de manera más poética sus recuerdos de la aventura lunar.

“Cuando partimos y la vimos, oh, qué esfera tan increíble”, relató en 2019 en Washington, a propósito de conmemorarse el 50 aniversario del hito espacial.

“El Sol estaba detrás de ella, por lo que estaba iluminada con un círculo dorado que hacía que los cráteres fueran realmente raros, debido al contraste entre el más blanco de los blancos y el más negro de los negros”, dijo.

“Con todo lo espléndido e impresionante que fue, no fue nada comparado con lo que vimos a través de la otra ventana”, continuó. “Allí estaba ese guisante del tamaño de tu uña con el brazo extendido, una cosita tan hermosa arropada en el terciopelo negro del resto del universo. Le dije al centro de control: ‘Houston, veo el mundo en mi ventana’”.

“Algunos lo llamaron ‘el hombre más solitario de la historia’: mientras sus colegas caminaron sobre la Luna por primera vez, él estaba ayudando a nuestra nación a alcanzar un hito crucial”, subrayó la NASA en un comunicado.

“Michael Collins vivió una vida al servicio a nuestro país”, sostuvo, por su parte, el presidente Joe Biden, “puede que no haya recibido la misma gloria, pero fue un socio igualitario, recordando a nuestra nación la importancia de la colaboración al servicio de los grandes objetivos”.

Nacido el 31 de octubre de 1930 en Roma de padre diplomático, Michael Collins se entrenó en la academia militar de West Point y se convirtió en piloto de combate y luego en piloto de pruebas para la Fuerza Aérea estadounidense.

En 1963 se unió a la NASA. Realizó varias caminatas espaciales, en especial mientras comandaba la nave Gemini 10 en 1966, y fue elegido para participar en la primera misión tripulada a la Luna.

Collins, el único miembro de la tripulación del Apolo 11 que no se posó sobre el satélite terrestre, decía no guardar ninguna amargura por aquello.

Más tarde, incluso confesó “haber estado muy feliz de quedarse solo” durante 32 horas, y recalcó no sin humor “haber sido uno de los pocos estadounidenses que no siguió el alunizaje porque no había televisión a bordo”.

Al igual que Aldrin y Armstrong, Collins dejó rápidamente la NASA después del regreso triunfal a la Tierra y siguió una prolífica carrera pública.

Fue nombrado subsecretario de Estado para Asuntos Públicos. Dirigió la construcción del National Air and Space Museum en Washington, asumiendo su presidencia entre 1971 y 1978. Posteriormente se convirtió en consultor y escribió libros relacionados con la aventura espacial.

 

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