Se extienden en Villa Elisa los escruches nocturnos a locales
Edición Impresa | 17 de Mayo de 2021 | 02:20

Los dueños de comercios de un amplio sector de Villa Elisa siguen conviviendo con la amarga sensación de ser víctimas del delito en cualquier momento.
Es que, como lo reflejó este diario en una nota publicada el 5 de este mes, desde hace algo más de dos meses se encuentran bajo el acecho de delincuentes que actúan predominantemente durante la madrugada, con los negocios cerrados. En los últimos días, a los ya denunciados casos en la zona de camino Centenario, por 7 hasta calle 10, así como varios otros cometidos a la vera del camino General Belgrano, se sumaron otros locales afectados por esta modalidad.
Los últimos ataques se registraron en las primeras horas de ayer en una dietética de calle Arana entre 4 y 5, al tiempo que en 6 entre 44 y 45 de esa localidad del norte platense un delincuente violentó la reja y un ventanal de un negocio de Rapipago, pero un frentista de la cuadra que escuchó los ruidos activó el sistema de Alerta Vecinal, poniendo rápidamente en fuga al ladrón.
En ese barrio informaron ayer a este diario que el viernes robaron en la verdulería de 6 entre 44 y 45, mientras que el jueves otro escruche ocurrió en una farmacia de la zona de Arana y 18, al igual que en un policonsultorio que funciona en las inmediaciones.
Leonardo García (44) y Natalia Agesta (40) son los dueños del Rapipago situado en 6 entre 45 y 46, al que un maleante eligió para robar en plena madrugada de ayer, aunque no logró su cometido: tuvo que conformarse con escapar antes de que llegara la Policía.
En la puerta de su vivienda, a unos 70 metros del comercio, Leonardo comentó detalles del hecho en un mano a mano con EL DIA: “Esto pasó a las 2 de la mañana; 20 minutos después un vecino me avisó que un delincuente trataba de entrar en mi negocio, pero que hizo tanto ruido que otro vecino se despertó y activó el Alerta Vecinal”.
Leonardo fue enseguida a su local, descubriendo que el sujeto había violentado la reja del frente, rompiendo tres barrotes. “También destrozó el vidrio del ventanal de la vidriera”, detalló.
El ladrón que tuvo que huir del Rapipago descartó dos buzos y una cuña en la fuga
El comerciante llamó a la Policía, que vino de inmediato e interceptó a algunos hombres que andaban por la zona, aunque ninguno de ellos era el ladrón, explicó Leonardo.
Apuntó luego que “una cámara de seguridad lo filmó. Medía 1,80, era morocho, rengo y se cambió tres veces de buzo”, recordó.
Dos de esas prendas y una cuña permanecían en la tarde de ayer tiradas en el piso, a la vuelta del Rapipago, según lo constató este diario.
La filmación de ese dispositivo de seguridad permitió observar, a su vez, que el ladrón “estuvo desde la 1.40 hasta minutos después de las 2 de la mañana” tratando infructuosamente concretar el escruche.
Aunque esta vez zafaron del delito, el matrimonio ya lo sufrió en carne propia, con la peor modalidad.
“Hace seis años, un grupo comando entró en casa rompiendo a patadas la puerta de entrada”, recordó la mujer de Leonardo, Natalia Agesta.
La anécdota trajo a su memoria imágenes que no puede olvidar. “Ese día estaba sola en casa -contó-; estos tipos me ataron con precintos y todo el tiempo tuve a uno de ellos poniéndome un arma de fuego en la cabeza”. Los momentos de zozobra para la mujer duraron “un buen rato”, concluyendo recién cuando los intrusos “decidieron irse con la plata que había, alhajas, aparatos electrónicos y un celular que había comprado ese día”.
EL ATAQUE EN LA DIETÉTICA
La dietética donde lograron robar en la madrugada, estuvo ayer todo el día cerrado. Pero Ezequiel García (31), dueña de una verdulería cercana, le contó a este diario que el hecho ocurrió “entre las 4 y las 5 de la mañana, cuando los ladrones forzaron la reja del frente, que quedó doblada”.
“Fue el primer robo en este local, pero ya han ocurrido varios por esta zona”, acotó.
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