María Mercedes Bokan

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Fue una querida docente de Berisso que se ganó un especial lugar en la vida de sus alumnos y compañeros, pero además fue una hija, madre y esposa totalmente entregada a los suyos. Por eso, el fallecimiento de María Mercedes Bokan provocó un terrible dolor entre quienes la conocieron.

Mecha, como la llamaban sus allegados, nació en Berisso, el 24 de septiembre de 1975. Fue la hija menor de María Cristina Zapata y Martín Bokan y creció junto a sus hermanos Antonio y Claudio.

Cursó los estudios primarios en la Escuela N° 6 “Gabriela Mistral”; la secundaria, en la Escuela de Educación Media N° 1 y el profesorado, en el Instituto de Formación Docente de las Hermanas Canossianas, donde completó el profesorado de educación inicial, de educación maternal y de educación primaria.

Su primer trabajo fue en la Escuela N°17, a la que ingresó en el año 1990 y en la que se desempeñó hasta el 2004. También trabajó en jardín de infantes Crisol; fue titular en la Escuela Educación Técnica N° 2 y también en la Escuela Media N° 1. Entre otros reconocimientos por su trabajo, en 2008 participó de la Feria de Ciencias y Tecnología de Educación Inicial del año y, junto a la docente Cintia Leone, ganó el primer premio, en representación del jardín 905.

En la actualidad se desempeñaba como preceptora de tres establecimientos, el Jardín de Infantes Nº 905, el C.E.N.S 453, en la EEST Nº 2, todos de Berisso. Se destacó que su compromiso con el trabajo iba más allá de cualquier horario y siempre se mostraba solícita para ayudar a los alumnos o dar una mano a sus compañeros.

En esos ámbitos se la recordó como una excelente persona, de gran calidez y siempre con la mejor predisposición. Su sonrisa fue uno de sus sellos más característicos y también esa cualidad para saber escuchar y poner esa cuota de alegría tan necesaria en todos los ámbitos.

Cumplió su proyecto de formar una familia junto a Miguel Lazarte y la unión creció con el nacimiento de su hijo Boris -8-, quien junto a su hija Petra Betbedé – 19- la colmaron de felicidad en uno de los roles que más disfrutó, el de madre.

En el tiempo libre Mercedes se apasionaba por viajar al mar, cuidar las plantas, escuchar música u organizar reuniones con la familia o con amigas. Siempre se ponderó su rol de amena anfitriona y esa sencillez en el trato que hacía sentir a gusto a todo el mundo.

 

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