Altos de San Lorenzo, un barrio que llora por la inseguridad

Luego de luchar por su vida durante 10 días en el hospital San Martín, Hernán Encina Rocha, un hombre que había sido baleado el pasado 22 de abril en un intento de robo en su vivienda de Altos de San Lorenzo, falleció ayer producto de las graves heridas que le provocó la bala que ingresó en su abdomen.

Según apuntó su hija en diálogo con EL DIA, “si bien había reportado algunas mejoras, ambos intestinos habían quedado muy dañados por el roce del proyectil lo que terminó desencadenando una infección que derivó en una falla sistémica”. Con la muerte de Encima Rocha, de profesión yesero, se consumó el octavo crimen en lo que va del año en la Región y el cuarto en ocasión de robo.

Si bien el golpe más duro para esta familia llegó ayer con la noticia de la muerte, desde hacía varios meses que venían viviendo momentos de angustia y nerviosismo por una serie de amenazas que “al final se cumplieron”. Según reveló la hija, la pesadilla había comenzado a mediados de enero cuando dos sujetos habían intentado robar en su propiedad, en 25, entre 88 y 89. En aquella oportunidad, su hermano sorprendió a los sujetos in fraganti y pudo repeler el atraco. La joven recordó que lejos de deponer su actitud, los ladrones amenazaron de muerte a su hermano prometiéndole que iban a volver “para pegarle un tiro”.

“Y así terminó ocurriendo pero fue mi padre el que lo terminó recibiendo. El pasado jueves, como a las 3 y media de la madrugada, todos estábamos descansando después de una larga jornada. Por ese episodio que nos había tocado vivir, habíamos reforzado la seguridad en casa. Pero estos tipos se las ingeniaron, escalaron y caminaron por el techo hasta un patio interno”, recordó la joven sobre cómo los delincuentes se abrieron paso en su propiedad.

Al escuchar ruidos que provenían del techo, Encina Rocha decidió salir a ver qué estaba sucediendo y fue en ese marco que se topó cara a cara con los sujetos. “Hubo en total cuatro detonaciones. Una de ellas impactó en el abdomen de mi padre y lo dejó muy malherido”, aportó la joven.

Tras la balacera, los ladrones abandonaron la escena por el mismo lugar que habían ingresado. En la morada, sólo se podía percibir terror y sufrimiento por el estado de salud del hombre.

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“En un momento no sabíamos si salir o no, porque creíamos que podían estar esperándonos afuera para matar a mi hermano. La ambulancia lo trasladó hasta el San Martín en donde lo operaron de urgencia. El médico nos dijo que tenía comprometidos los dos intestinos y que su recuperación iba a ser muy difícil”, contó.

“PEDIMOS JUSTICIA”

“Nosotros necesitamos que se haga justicia por la memoria de mi padre. Era un hombre honrado y trabajador que no tenía problemas con nadie. Lo que queremos es que no larguen a los culpables”. añadió.

Pese a la versión que la familia ofreció, fuentes policiales confirmaron a este diario que los dos sospechosos del crimen, un adolescente de 17 años y un sujeto de 22, continúan detenidos, ahora en el marco de una causa caratulada como “homicidio en ocasión de robo”.

CUARTO CRIMEN EN OCASIÓN DE ROBO

Como se indicó, el de Encina Rocha se trata del cuarto crimen en que tiene lugar en medio de la ejecución de un asalto.

El primer hecho de estas características ocurrió el pasado 7 de febrero cuando el abogado porteño Eduardo Chantada fue ejecutado de un tiro en la nuca en la puerta de una quinta ubicada en 28 y 409, propiedad de un amigo.

“Pedimos que se haga justicia por la memoria de un hombre honrado y trabajador”

El segundo episodio de violencia tuvo lugar el 10 de abril. Aquella jornada, la estudiante de Derecho Ayelen Arredondo fue asesinada a golpes presuntamente por Marcelo Saleh, un sujeto que se dedicaba a hacer viajes con su vehículo y que, horas antes había ido a dejar a los padres de la víctima a Florencio Varela.

En tanto, el tercer crimen en ocasión de robo se consumó el pasado 18 de abril, cuando, después de tres días de agonía, falleció Graciela Lasca. La mujer tenía 72 años y se cree que murió luego de sufrir un robo cuando atendía su comercio, una joyería emplazada 62, entre 14 y 15.