Juan José Santandrea

A los 75 años falleció Juan José Santandrea, un reconocido comerciante que fundó una de las más tradicionales florerías de la Ciudad. La noticia de su partida provocó distintas expresiones de pesar, no solo entre sus allegados, sino también entre aquellos que lo conocieron y apreciaron por sus numerosas virtudes.

Hijo de María Gigena y de Juan Santandrea, había nacido en La Plata, el 24 de enero de 1946 y creció junto a sus hermanos Carlos –ya fallecido- y Marta.

Tras completar la escuela primaria y hacer algunos años del nivel secundario, decidió concentrar todas sus fuerzas en la floricultura, una actividad que inició su padre cuando llegó de Italia escapando de un mundo en guerra.

Su gran capacidad de trabajo y predisposición para aprender todo lo relacionado al cultivo de flores, dieron como resultado que, en 1974, el joven Santandrea abriera su primera florería en Villa Elisa. Ese sería el primer paso en un camino que no dejó de transitar hasta sus últimos días.

En 1978, abrió la tradicional florería El Rosedal, en la esquina de 18 y 53 y en la que trabajó casi hasta el final de su vida.

También llevó adelante por mucho tiempo, la florería de 7, entre 58 y 59, la que cerró en 2015 raíz del fallecimiento de su hijo, quien formaba parte de ese emprendimiento.

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Con mucha pujanza cada día apostaba al crecimiento de su proyecto comercial, algo que también reflejó cuando inauguró otro local del ramo en 8 y 54.

En el terreno institucional, Juan José fue presidente de la Asociación Argentina de Floristas y sus florerías fueron las primeras en adherirse al envío de flores a todo el mundo, a través de Florists’ Transworld Delivery.

Si bien fue amante de su trabajo, la familia fue para Juan José Santandrea el principal motor de sus días y razón de todos sus esfuerzos. De su primer matrimonio nacieron Fabián –ya fallecido- y Patricia. Luego se casó con Margarita Rosa Garavento y llegaron a su vida sus hijos Daniela y Darío.

También tuvo la alegría de convertirse en abuelo de Antonella, Giuliana, Fabrizio, Athos, Thaia, Amaia y Dafne, por quienes se desvivía.

Promotor de reuniones familiares en su casa de 44 y 21, siempre fue convocante por su forma de ser divertida y de buen humor. También disfrutaba de los encuentros con amigos y del trato cotidiano con sus empleados a los que consideraba como si fueran de la familia.