Con domiciliaria y tobillera, salía a la calle a asaltar vecinos

Las tobilleras electrónicas tienen un geolocalizador que transmite al centro de monitoreo la ubicación de un detenido las 24 horas, los 365 días del año. “Cualquier irregularidad es comunicada inmediatamente a la Justicia”, advierte la información oficial, pero ya lo decía Tusam: puede fallar (más en Argentina).

Está en condiciones de dar fe de ello una mujer que fue asaltada por un sujeto que debía estar detenido en su casa, purgando una pena por los mismos delitos que cometió contra ella. Y, según confirmaron fuentes oficiales, lo hacía a pesar de estar monitoreado con una tobillera, aunque no está claro si se la quitaba o burlaba de algún modo el sistema de control.

El hecho sucedió el viernes a la noche -cerca de las 20- en 152 Norte entre 10 y 11, en Berisso, cuando una mujer de 48 años que vive en esa misma ciudad caminaba por la calle, a unas cuantas cuadras de su casa. De manera imprevista la interceptó un sujeto que la encañonó con un arma de fuego para forzarla a entregar todo el dinero que tuviera y sus pertenencias de valor. La víctima no opuso resistencia y el atraco terminó en ese momento, pero era el primer capítulo de una historia lamentable.

Es que, con mucha cautela y no poca audacia, la denunciante siguió al ladrón sin que éste lo advirtiera, pudiendo ver que había ingresado en un domicilio situado a apenas un par de cuadras de donde la había asaltado.

Desde ahí, y sin perder de vista la casa, la mujer llamó al 911 para denunciar el caso y esperó a que llegaran los móviles del Comando.

Avalados por el artículo del Código Penal que habilita un allanamiento sin orden judicial cuando “se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien se persigue para su aprehensión” (artículo 222 CPP), los efectivos ingresaron en la propiedad que les señaló la mujer y capturaron al acusado.

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En ese momento descubrieron que tenía colocada “la tobillera del Servicio Penitenciario Bonaerense”, informaron fuentes de la fuerza, y que “había prendido fuego” algunas de las pertenencias que la víctima reconoció como suyas.

Acusado de “robo agravado por el uso de arma de fuego”, este joven de 28 años fue trasladado a la comisaría Primera de Berisso, donde se estableció que estaba con arresto domiciliario por delitos similares al que acababa de cometer y a otros ocurridos recientemente, con los que ahora lo vinculan por su “fisonomía y ropas”, cerró un pesquisa.