Carlos Mársico

Tuvo un férreo compromiso con las instituciones de la Ciudad, pero fundamentalmente con la localidad de Lisandro Olmos, en la que trabajó por su progreso de manera incansable. Por eso, la inesperada partida de Carlos Alberto Mársico provocó una profunda tristeza en variados círculos locales en los que fue apreciado y respetado.

Había nacido el 4 de octubre de 1952, en el seno del hogar conformado por Esther Juana Quintana y Alberto Mársico y creció junto a sus hermanos Mirta, Marcela y Hugo. Siendo muy pequeño su familia se radicó en el barrio El Centinela, de Lisandro Olmos.

Desde joven Carlos fue un pujante empresario de la zona oeste. Estaba al frente de servicio de grúas Mársico y del depósito de compra y venta de chatarra La Ponderosa, empresa fundada en 1975 junto su padre.

Con un fuerte compromiso social, fue dirigente de instituciones de bien público, entidades empresarias y fue delegado municipal de Olmos.

Su capacidad de gestión y forma de ser intachable lo llevaron a ocupar diferentes cargos. Fue presidente del Centro Vecinal Unidos de Olmos; socio del Rotary Club Olmos y Etcheverry; miembro del Centro de Estudio Cesip La Plata y miembro del espacio Fresove La Plata.

También fue presidente del Centro de Comerciantes e Industriales de Avenida 44 y adyacencias; vicepresidente de la Cámara Industria y Comercio de La Plata; presidente fundador de la Cámara Empresaria La Plata Oeste CALPO, en la actualidad era su vicepresidente. También integró la Federación de Instituciones de La Plata.

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Efemérides

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Por su gran compromiso ciudadano, fue elegido por el voto vecinal como administrador Comunal de Lisandro Olmos, bajo la gestión del intendente Julio Alak.

También fue director Pyme de la Municipalidad de La Plata; presidente del Centro Ideb La Plata; vicepresidente regional de CAME y socio del Club Estudiantes de La Plata, por el que sentía una inclaudicable pasión.

En el tiempo que le dejaban sus actividades, le gustaba realizar algún deporte. De joven jugó al fútbol; más grande, al paddle y también jugó a las bochas. En el último tiempo había comenzado a bailar folklore. Además disfrutaba de los viajes al mar, en particular, de la geografía marplatense.

Cumplió su proyecto familiar junto a María Navichini y con los años llegaron sus hijos Adrián y Verónica. También tuvo la alegría de convertirse en abuelo de Isabella.