En transporte escolar y en moto, otros graves casos de inseguridad en la zona

Antes del serio episodio de anoche, otros dos graves casos de inseguridad conmovieron a vecinos de La Loma que viven a menos de 15 cuadras de distancia.

Los hechos tuvieron, además, otro punto en común: la audacia sin límites demostrada por los delincuentes.

El último de esos ataques, sin dudas el más violento porque hasta pudo haber dejado un saldo trágico, ocurrió en 36 entre 29 y 30.

Fue a las 9 de la noche del lunes, cuando cuatro delincuentes armados, que se movilizaban en dos motos, embistieron el portón de acceso a la cochera de una torre de dos pisos de departamentos y lograron ingresar en ese sector.

Según lo que un vecino de ese edificio le contó a este diario en la tarde de ayer, sin identificarse y a través del portero eléctrico, dos de esos maleantes “destrozaron el portón de ingreso a la cochera, de donde quisieron robar una moto”.

Explicó que si no lograron ese propósito fue porque el fuerte estruendo que provocaron puso en alerta a todos los que estaban en ese momento en los departamentos: “Gritamos bastante y entonces decidieron irse” con las manos vacías.

LE PUEDE INTERESAR

Salieron de su casa para ir al trabajo y les sacaron el auto

LE PUEDE INTERESAR

Reclamo y denuncias al nieto del “Pata” Medina por atacar a una pareja

Pero los moradores del edificio no fueron los únicos que reaccionaron: desde una vivienda de enfrente hubo quien también sumó sus gritos para ahuyentar a los motochorros, aunque esa actitud solidaria bien pudo costarle la vida.

Se trata de Javier (57), quien aceptó relatar a este diario el momento de extrema tensión que le generó la reacción de los ladrones. “Los dos delincuentes que salieron del edificio de enfrente con la moto con la que se metieron por la fuerza, me vieron que gritaba desde una ventanita del portón de garaje de casa, por lo que me apuntaron y dispararon tres veces”, aseguró.

Dos de esos proyectiles permanecían ayer incrustados en el frente de sus propiedad: uno, que abrió el orificio más grande, quedó en la parte baja del portón, mientras que el restante fue a morir debajo de una ventana.

“Atiné a cerrar rápido la mirilla del portón y me tiré al piso para tratar de ponerme a salvo de los tiros”, reveló sobre esos momentos de angustia que le tocó afrontar.

“Sólo alcancé a ver, en medio de la oscuridad de la cuadra por una luminaria que no funciona, que tenían barbijos y uno de ellos tenía una gorra. Después supe, por otros vecinos, que escaparon por 37 en dirección a 131”, detalló.

Tras asegurar saber que de la cochera del edificio “quisieron robar una moto Tornado”, no pasó por alto que “esta zona últimamente se puso muy complicada con la inseguridad”, más allá de que “robos hubo siempre”, cerró.

Con escalera

El otro episodio de inseguridad en La Loma se produjo a las 5 de la mañana del domingo, cuando un grupo de jóvenes ladrones llegó a la cuadra de 28 entre 48 y 49 en un micro de los que se transporta a escolares.

Según informaron los habitantes del barrio, las cámaras de seguridad de la zona filmaron a “cuatro pibes” bajar del vehículo, aunque claramente no iban a clases.

Para sorpresa de los damnificados, la banda bajó del micro una escalera de aluminio y la apoyó contra el frente de una vivienda.

Gerardo Torrico (48), dueño de la carnicería de 28 y 48, le dijo ayer a EL DIA que “los pibes escalaron hasta llegar al techo de esta casa, donde se metieron a robarle a una familia”.

El comerciante reveló que no se trató de un caso delictivo aislado, ya que, enumeró, “hace 15 días asaltaron a un jubilado en su vivienda de 47 entre 28 y 29, ingresando desde los techos y cuando estaba solo. Hace 20 días hubo un escruche en otra casa de 28 entre 48 y 49, a la vez que realizaron una entradera en un domicilio de 49 entre 27 y 28”.

En su caso, recordó, “hace 4 meses vinieron cuatro ‘chorros’ en dos motos. Dos de ellos bajaron y se metieron acá, pero agarré a uno de ellos cuando salían para la calle y como justo pasó un patrullero, al final se fueron sin robarme”.

Tanto al carnicero como a otros residentes de esa zona, les sorprende en particular que “por acá hay muchas cámaras de seguridad y funciona la Alarma Vecinal. Pero vienen a robar igual”.

Según Torrico, el problema se profundizó desde el arranque del 2021.