Horacio José Napolitano
Edición Impresa | 30 de Junio de 2021 | 03:48

En las inmobiliarias locales se lamentó profundamente la muerte de Horacio José Napolitano, un reconocido referente del sector, como así también se sintió la pérdida en diferentes círculos sociales donde el martillero se involucró con particular entusiasmo y compromiso. Tenía 74 años.
Había nacido en Olavarría el 4 de marzo de 1947. Hijo de Américo Pedro Napolitano y Antonina Glorioso, la actividad inmobiliaria a la que se dedicó con fervor después de probar diversos trabajos la heredó de su padre, fundador en esta ciudad de la firma que él continuó.
En Olavarría cursó la Escuela 1 y alcanzó a completar el primer año del Comercial. La familia se mudó entonces a La Plata y finalizó el secundario en el Colegio Padre Castañeda. Creció junto a dos hermanos: Américo Luis y “Nina”.
Estudió parte de la carrera de Contador en la UCALP, cumplió con el servicio militar en el Regimiento 7, y se introdujo en el mundo laboral en una firma dedicada a la producción de aluminio, donde se desempeñó en Relaciones Industriales.
Fue de las personas que sigue el latir de sus deseos sin miramientos y una muestra de ese rasgo tan suyo fue el hecho de dejar un empleo sólido y seguro en una multinacional para cubrir una temporada de salvatajes en las playas de Santa Teresita; le gustaba mucho nadar y a esa destreza le sumó un curso de guardavidas, lo que alcanzó para desviarse de su primer objetivo y trazarse un nuevo camino.
Por algunos años fue gerente comercial de una fábrica de calefones hasta que se decidió a estudiar para Martillero y se incorporó, finalmente, a la inmobiliaria de su padre, Kaus Propiedades.
Defendió la profesión con pasión en distintos ámbitos: creó, junto a colegas, el instituto de formación de la carrera, enseñó una materia e impulsó el título de grado universitario; fue presidente de la Asociación de Martilleros de La Plata; ejerció distintos cargos en el Distrito I del Colegio de Martilleros de la Provincia; y fue socio-fundador y parte de la primera gestión de la Cámara Inmobiliaria de la Provincia.
Fue un padre muy presente y amoroso de Constanza, María de los Milagros y Ornella, y un abuelo entregado por entero a Elena y Simón.
Los últimos años de su vida, dedicados a viajar, descansar y disfrutar, los compartió con Alejandra Koch.
Fue un hincha fanático de Racing Club de Avellaneda.
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