Cuando el tabaco les hace mal a todos y la mayoría no lo sabe

Fumar, se sabe desde hace mucho tiempo, es muy nocivo para la salud. Pero el hábito de hacerlo no solo daña a los fumadores, sino a toda la población, aunque muchos no lo sepan. Es que, de acuerdo a un sondeo de la Asociación Argentina de Tabacología (ASAT), solo el 14 por ciento de los argentinos tiene conocimiento sobre el “humo de tercera mano”, un concepto que se refiere a las partículas que deja el humo una vez que se apaga el cigarrillo y que, al interactuar con gases del ambiente, genera nuevos elementos tanto o más tóxicos.

Los especialistas refieren que las partículas se impregnan en superficies, viajan a través de la ropa de los fumadores y pueden durar meses en el ambiente, donde se absorben a través de la respiración o la piel.

La encuesta realizada por la ASAT, llevada a cabo recientemente por medio de un cuestionario online, obtuvo 1.526 respuestas, y el 74 por ciento de los participantes fueron mujeres con un promedio de edad de 46 años. El 12 por ciento declaró ser fumador en la actualidad, el 43 por ciento dijo que no fue nunca fumador, mientras que el 67 por ciento de los fumadores encuestados dijo consumir hasta 10 cigarrillos diarios.

Según el informe, si bien el 97 por ciento aseguró conocer el concepto “fumador pasivo”, sólo el 32 por ciento reconoció saber de qué se trataba el “humo de segunda mano” y apenas el 14 por ciento el “humo de tercera mano”.

Reacción

La vicepresidenta de la ASAT y médica pediatra neumonóloga, Ana Balanzat, explica que “el humo de tercera mano es la suma del humo de segunda mano (el exhalado por el fumador), con el que se va depositando en las distintas partes del ambiente. Es como una familia que se sigue ampliando porque entra en reacción con sustancias químicas que se encuentran en ese ambiente, y de esta manera se producen partículas más tóxicas que sus precursores”.

“Ese humo -dice Balanzat, quien también es profesora titular de pediatría de la UBA- tiene más partículas que el humo de primera y segunda mano. Se deposita en las cortinas y sillones, y permanecerá allí más o menos tiempo en función del tipo de tejido, pero también se va a depositar en las paredes, yeso y en la pintura, por ejemplo”.

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“En una toalla de un lugar donde se fumó, las partículas pueden permanecer 19 meses si no se lava”

La muestra indicó además que “mas del 80 por ciento” de las personas cree que los problemas derivados del humo se producen en “situaciones de simultaneidad”, mientras que menos del 40 por ciento dijo que ocurren “cuando no se está frente al humo al momento de su generación”, desconociendo en su mayoría el riesgo vinculado al humo de tercera mano.

Sobre esto, Balanzat señaló que en “una toalla de un lugar donde se fumó, las partículas pueden permanecer hasta 19 meses si no la lavamos”.

Otro dato es que en relación a la exposición a problemas derivados del humo del cigarrillo, cerca del 70 por ciento cree que se producen “cuando uno es quien fuma” y casi el 50 por ciento “cuando alguien fuma en el mismo ambiente”. Sin embargo, menos del 10 por ciento dijo que los efectos se producen “cuando alguien fumó en otro ambiente y luego comparte el mismo ambiente”; menos del 5 por ciento “cuando se comparten objetos o prendas con un fumador”; y más del 10 por ciento “cuando viajo en el vehículo de un fumador aunque no esté fumando en ese momento”.

Al respecto, la especialista manifestó que “si la persona que fuma lo hace en la calle, tanto la campera como el pullover quedan impregnados por los productos del humo de segunda mano, al regresar a casa, al abrazar a los niños, estos absorberán las partículas tóxicas a través de la piel, por la boca o por inhalación”.

“Dejar de fumar es una de las acciones de mayor impacto en la salud que puede hacer una persona”

Hernán Barugel, médico oncólogo

La muestra reflejó, además, que “si bien la mayoría de la población encuestada coincide en la permanencia en el mobiliario del humo de tabaco, no hay acuerdos respecto al efecto de fumar afuera o la ventilación del hogar”. Sobre este último punto, la mayoría señaló que está en desacuerdo que el ventilador sea útil para minimizar los efectos dañinos del humo, o muy en desacuerdo que con el aire acondicionado se eliminan las partículas tóxicas del humo de tabaco, ambas frases incorrectas.

En tanto, el 65 por ciento cree que en menos de 24 horas se eliminan las partículas dañinas derivadas del consumo de cigarrillo.

Así, el 34 por ciento respondió que las partículas dañinas persisten hasta 24 horas; el 21 por ciento durante la primera hora en que la persona fumó; el 16 por ciento hasta un mes; el 12 por ciento más de seis meses; el 10 por ciento sólo cuando alguien está fumando; el 7 por ciento hasta seis meses. En tanto, el 9 por ciento de los encuestados convive con lactantes, y el 55 por ciento lo hace con algún menor de edad.

Asimismo, el sondeo remarcó que “hay un reconocimiento general sobre el daño del tabaco, aunque falta cierta información respecto a los daños en menores de edad, y habría un acuerdo general respecto a los espacios abiertos libres de humo”.

Espacios libres de humo

Por ejemplo, ante las siguientes frases correctas en las que había que contestar sí o no, casi el 90 por ciento respondió que “le parece adecuado que existan plazas libres de humo y espacios abiertos libres de humo”; más del 80 por ciento que “ser fumador empeora la evolución de las personas que tienen Covid”; y un 80 por ciento que “fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de mortalidad prenatal”. También, más del 70 por ciento respondió que “cuando una madre fumó durante el embarazo el niño puede nacer con déficit de la función pulmonar”.

A su vez, el 70 por ciento respondió que “los niños que conviven con fumadores tienen más probabilidad de sufrir infecciones como otitis o bronquitis” (verdadero), y cerca del 30 por ciento que “los niños que conviven con fumadores tienen más probabilidad de presentar trastornos de conducta” (verdadero).

Embarazadas

Ante la frase incorrecta como “una embarazada puede fumar hasta 5 cigarrillos por día sin perjudicar al hijo”, casi el 90 por ciento respondió que no. En referencia a las mujeres embarazadas o los chicos expuestos durante los primeros años al humo del cigarrillo, Balanzat afirma que “cuando llegan a la primaria y a la secundaria suelen tener mayores dificultades de conductas y aprendizajes”.

Por último, el sondeo indicó que más del 24 por ciento de los fumadores encuestados fuma en algún ambiente interior del hogar, mientras que de los que no fuman en el interior del hogar, 71 por ciento lo hace en la proximidad del hogar, como en el balcón, patio, terraza o vereda.

“Pediatras y tabacólogos – concluyó la doctora Balanzat - consideramos que estos conocimientos sobre el humo de tercera mano pueden ser una herramienta motivadora para que la gente deje de fumar, porque muchos no reaccionan ante el susto”.