La feria de Plaza Italia suma rubros y ya nuclea al 37% de los manteros
Edición Impresa | 10 de Julio de 2021 | 02:47

Como todos los viernes, pero ayer con mayor afluencia quizás porque se trató de un día feriado, la feria de Plaza Italia se desplegó con numerosos puestos en ese espacio verde desde muy temprano: decenas de manteros extendieron su mercadería (mucha ropa de segunda mano) en el suelo.
El espacio público de 7 y 44 permanece copado por los manteros, quienes ocupan de tal modo la plaza que prácticamente no dejan lugar al resto de los vecinos para el disfrute del esparcimiento al aire libre al aire libre.
De acuerdo al último dato surgido de un relevamiento de la Cámara Argentina de Comercio, en esa plaza se concentra el 30 por ciento de todos los puestos no permitidos que hay en la Región.
Los comerciantes legalmente establecidos, que afrontan las cargas impositivas y en la mayoría de los casos el pago de un elevado alquiler del local y que a pesar de las bajas ventas a raíz de la pandemia siguen adelante con sus proyectos mercantiles, reclaman día tras día para que las autoridades realicen controles de la venta callejera.
Según se estima, los rubros que más se venden de manera clandestina son indumentaria -ropa y todo tipo de accesorios para vestir que en invierno se despliegan con una mayor variedad- y calzado.
“La competencia es desleal para los que tratamos de cumplir con todas las obligaciones”, denuncian los comerciantes de los alrededores de Plaza Italia. A raíz de eso, se reclama un control que sea permanente para evitar que se siga expandiendo la feria. Además, se destaca que los cerca de 80 puestos realizan una “ocupación ilegal del espacio público”, pese a que hay legislación comunal con la expresa prohibición del comercio ambulante, con ordenanzas municipales vigentes.
“Hay días con más de cien puestos en los que se vende desde ropa y calzado hasta perros, anteojos, libros o gorros. No queda espacio ni para sacar a pasear las mascotas”, apunta Pilar, una vecina que vive a media cuadra de ese espacio público.
También suele remarcarse el hecho de que esa forma irregular de comercio se presta a la venta de marcas falsificadas e incluso de mercancía de dudosa procedencia.
¿Qué se vende? La mayoría de las mantas tiradas sobre las baldosas exhiben prendas y accesorios de vestir para grandes, chicos y ambos géneros; también se comercializan alimentos: hay sandwiches, porciones de torta, y chipá; y en algunos puestos se mezcla la ropa con utensilios de cocina, artículos de bazar y juguetes, los cuales, por lo general, al igual que muchas de las vestimentas que se ofrecen, son usados.
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