El empate dejó sabor a poco en Boca, que reclamó un gol anulado

Boca retomó anoche su ilusión de volver a levantar la Copa Libertadores con un empate singoles frente a Atlético Mineiro de Brasil, en el punto de partida de una llave que se definirá el martes que viene en Belo Horizonte, oportunidad en la que surgirá el equipo que en la siguiente instancia se eliminará con el ganador de River-Argentinos.

El encuentro correspondiente a los octavos de final que se desarrolló en la Bombonera estuvo salpicado por la polémica que instaló al VAR en posición discutible tras aportar elementos que parecieron insuficientes para anular un gol convertido por Diego (“Pulpo”) González en la primera emoción fuerte, pasada la primera media hora.

El árbitro dijo que no. No hay gol de Boca Juniors ante el Atlético Mineiro en #CopaLibertadores🔥⚽️

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— Tigo Sports Costa Rica (@tigosports_cr) July 13, 2021

La paridad 0-0 dejó abierta la serie de par en par, y si bien el conjunto Xeneize no pudo aprovechar su condición de local, de todas las posibles variantes para un empate, este con el marcador blanco resultó el más favorable, porque de repetirse, la revancha desembocará en los penales y una igualdad con goles clasificará a Boca.

Casi un mes y medio transcurrió desde la última presentación boquense, por la Liga argentina en semifinales ante Racing, y el equipo de Miguel Ángel Russo apareció remodelado en su mayor parte, con la ausencia de Carlos Tevez como lo más destacado. El adiós del “Apache” se combinó con las bajas de Esteban Andrada y Nicolás Capaldo, transferidos, y también con las desvinculaciones de Mauro Zárate, Julio Buffarini, Leonardo Jara, Emmanuel Mas y Franco Soldano. Espacios que se cubrieron con las incorporaciones de Marcelo Weigandt, quien retornó luego de su buen paso por Gimnasia, Norberto Briasco y Esteban Rolón, procedentes de Huracán, y Nicolás Orsini, de Lanús.

El viaje a Colombia de Frank Fabra y Edwin Cardona, quienes jugaron la Copa América de selecciones en Brasil, no hicieron más que complicarle el panorama a Miguel Ángel Russo, quien se vio en la necesidad de poner al juvenil Agustín Sandez como lateral izquierdo y a Diego González en la línea de medios para cubrir la baja por lesión de Agustín Almendra.

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En este contexto, Boca diagramó el partido ante Mineiro a partir de un equipo que trasladó a un segundo plano la elaboración del juego, priorizando, por el contrario, la intensidad de los movimientos de ataque, con una línea ofensiva compuesta por Cristian Pavón, Briasco y Sebastián Villa. Pero les costó a los volantes manejar la pelota, razón por la cual el primer ataque a fondo lo desarrolló vía Weigandt, quien llegó al fondo por la derecha y levantó un centro que desató la polémica.

Se durmieron los marcadores, también el arquero, y tras un par de cabezazos dentro del área, Diego González, a los 34 minutos, conectó al gol en jugada que reclamó Mineiro con “Nacho” Fernández como portavoz, y después de insistir logró que el colombiano Andrés Rojas se apoyara en las imágenes que le ofreció el VAR, encabezado por el paraguayo Derlis López, para anular la anotación por un supuesto empujón de Briasco que excepto el cuerpo de árbitros nadie pudo certificar. Lo anterior no hizo más que calentar el partido, que en la última jugada del primer tiempo volvió a mostrar a Diego González dentro del área, conectando de cabeza un centro de Pavón que Éverson pudo sacar abajo.

Más allá de las buenas intenciones en el inicio, cuando buscó imponer condiciones a través de “Nacho” Fernández como eje, Mineiro no mostró en Buenos Aires aquellas virtudes por las cuales fue considerado “el peor rival” que le podía corresponder a Boca en esta ronda. El conjunto dirigido por Cuca, el entrenador que eliminó a los Xeneizes al frente de Santos, en la edición anterior del certamen continental, terminó primero en el Grupo H y llegó a este encuentro con mucho rodaje por cuanto en Brasil la competencia no se interrumpió a raíz de la Copa América de selecciones.

Le quedó lejos, demasiado, el arco de Agustín Rossi al elenco visitante, que terminó aguantando el empate muy apretado en defensa, cubriendo los ataques armados por Boca, de punta a punta, con Villa y Pavón, que inquietaron por los carriles, y a quienes se sumó Weigandt en forma permanente. Pero faltó el jugador que pudiera completar esas jugadas por el medio.