Jason Priestley: “No me propuse ser famoso”

En los noventa rompió corazones como Brandon Walsh en “Beverly Hills 90210” y ahora se luce con personajes dramáticos como Tony Tatterton, el villano de la saga “Casteel” de V.C. Andrews con el que este mes llegará a América Latina a través de Lifetime

Edición Impresa

Por MARÍA VIRGINIA BRUNO

vbruno@eldia.com

“Habiendo estado en esta industria durante todo este tiempo he visto todos sus lados. Es una industria maravillosa, pero también puede ser muy dura y cruel”. El que habla, en el marco de un evento de prensa internacional en el que participó EL DIA, es un maduro Jason Priestley que, al filo de los 52 años, ostenta una carrera de más de tres décadas que explotó en los noventa cuando, a través de la pantalla chica, rompió corazones como el popularísimo y seductor Brandon Walsh en “Beverly Hills 90210”, la serie que lo catapultó al éxito internacional pero que también lo llevó a conocer el costado más oscuro de la fama.

En su biografía oficial, el artista, que sobrevivió a un accidente automovilístico por el que estuvo en terapia intensiva, contó cómo ha tenido que batallar contra el alcohol, una adicción que lo llevó a estar en prisión tras estrellar su Porsche contra un poste telefónico por conducir en estado de ebriedad. Pero logró renacer y tuvo su revancha.

Casado y con dos hijos, el intérprete pudo encontrar el verdadero propósito de la vida en su familia, enfocado en una sólida carrera alejada de los escándalos que no se quedó solo en la actuación, sino que también abarcó la producción y dirección.

“Creo que lo más importante de tener vigencia en esta industria es nunca perder la imaginación y nunca perder el deseo de desafiarte a ti mismo. Y creo que eso es lo que te mantiene avanzando y relevante. Eso es lo que siempre he tratado de hacer y parece estar funcionando para mí hasta ahora”, manifestó el actor nacido en Vancouver, Canadá.

En los últimos años, hemos visto a Priestley asumir diferentes roles en los que ha demostrado su encarnadura dramática.

Desde 2016 a esta parte, por ejemplo, se luce como protagonista de “Private Eyes”, la serie canadiense en la que le da vida a Matt Shade, un ex jugador de hockey devenido investigador privado.

Pero si de encontrar un rol bisagra en su carrera se trata, nadie duda que su Tony Tatterton se queda con el primer puesto.

“Lo importante en esta industria es nunca perder la imaginación y el deseo de desafiarte a ti mismo”

 

Se trata de uno de los personajes más oscuros y polémicos de “Casteel”, la saga cinematográfica que adaptó cinco novelas (“Heaven”, “Dark Angel”, “Fallen Hearts”, “Gates of Paradise” y “Web of Dreams”) de la exitosa escritora estadounidense V.C. Andrews y que este mes se podrá ver completa a través de la pantalla de Lifetime, al igual que las películas que forman parte de “Flores en el Ático” y “Landry” (estreno exclusivo el 17 de julio a las 23 con “Ruby”).

En la saga “Casteel”, Priestley es el patriarca de una tormentosa familia que esconde fuertes y terribles secretos; una historia que sigue los pasos del incesto, la violencia familiar, los secretos y las relaciones tóxicas de un clan que parece condenado a repetir su destino.

Estos atrapantes ingredientes, sumados a que se trataba de un personaje literario bien arraigado en la cultura estadounidense, en tanto las novelas, publicadas entre 1985 y 1990 se convirtieron en un verdadero éxito de ventas, fueron algunos de los motivos que lo llevaron a ponerse en la piel de este atractivo villano.

SOCIÓPATA, INCESTUSO Y ALCOHÓLICO

“Era un personaje muy difícil por las tendencias sociópatas, por el incesto y por el alcoholismo (...) Había un montón de desafíos allí que estaba dispuesto a asumir. Me gusta interpretar personajes difíciles como ese en estos días”, aseguró.

Su Tony Tatterton es uno de esos personajes que causan tanto rechazo como simpatía, esos antagonistas a los que algunos odiamos amar. Y para Jason es en ese punto donde converge todo.

“Como actor, siempre tienes que estar enamorado del personaje que estás interpretando. A pesar de que está haciendo cosas despreciables, (hay muchas personas que) piensan que estás haciendo lo correcto y pueden justificar sus acciones. Así que como actor tienes que averiguar cuál es la psicología detrás de lo que está haciendo y por qué está tomando las decisiones que está tomando. Y ese es el tipo de trabajo que termino haciendo para interpretar personajes como este”, manifestó.

El desarrollo de Tony en la saga abarca 35 años y lo muestran desde un padre cuestionable hasta un abuelo similar. Y ese desarrollo temporal se convirtió en una oferta imposible de rechazar.

El rodaje de la saga no fue lineal. Según contó, primero filmaron la última película, ambientada en los 80, y luego fueron al principio, ubicando la acción de las historias en los 60 y, después, en los 70. Para este cambio de décadas, la caracterización fue fundamental, un proceso divertido pero agobiante que le demandó, en su personaje más cercano a la vejez, unas tres horas de maquillaje para montarse de día y una más para desmontar de noche. “Fue bastante largo pero creo que, definitivamente, valió la pena”, remarcó.

Para un actor que saltó a la popularidad de la mano de un personaje arrolladoramente sexy, hacer ahora de un adulto mayor no implicó un pesar ni mucho menos. “No, no; mi ego no estaba herido en absoluto. Realmente disfruté mucho la oportunidad de hacerlo. No he tenido muchas oportunidades de hacerme maquillaje envejecido como ese, así que para mí fue maravilloso”, destacó.

La última vez que había interpretado un papel considerablemente mayor fue en una escena consigo mismo en “90210”, una anécdota no tan conocida que compartió durante la charla moderada por César Sabroso. Según recordó, Brandon, su personaje, va a la joyería del señor Freudenberger, un hombre de unos 75 años al que también interpretó él cuando apenas superaba los 20. “Creo que en ese momento del programa solo estaba buscando maneras de mantenerme entretenido”, confesó.

En “Fallen Hearts”, la tercera entrega de la saga “Casteel”, Priestley no sólo actúa sino que también dirige, un doble rol que hizo más adrenalínico su paso por este proyecto. Además de un elenco “excepcionalmente talentoso”, había otras cuestiones en las que le interesaba explorar como realizador, como el hecho de tener que trabajar con el equipo de efectos especiales porque, en medio de todo el drama familiar, aparecen espectaculares secuencias como una búsqueda por un laberinto y hasta un ataque de león.

Otro dato no menor para él fue que el rodaje se hizo en Vancouver, su ciudad natal, lo que lo llevó a pasar ocho meses en su lugar en el mundo, con sus seres queridos y viejos amigos. “Y, ya saben, eso definitivamente hace que experiencias como esa sean aún mejores para mí”, destacó Priestley, un hombre de familia, definido en su Instagram como “director, actor y papá”.

ENTRE LA FAMILIA Y LA FAMA

Jason está casado desde 2005 con la maquilladora Naomi Lowde, con quien tuvo dos hijos, Ava Veronica y Dashiel Orson. “La paternidad es la cosa más grande que me ha pasado. Amo a mis hijos más que nada. Tanto como los niños complican tu vida, también han simplificado mi vida de maneras increíbles. Porque todo lo que hago ahora, lo hago por ellos, y todo eso ha hecho que mi vida sea mucho más plena y mucho más simple al mismo tiempo. No puedo imaginar mi vida sin ellos. Lo son todo para mí”, se sinceró.

“No tuve un título universitario. Ese es mi único arrepentimiento. Me aseguraré de que mis hijos hagan eso”

 

Y aunque ha tenido que atravesar algunos obstáculos difíciles en su vida, el actor dijo que no se arrepiente de nada aunque, segundos después, se corrigió: “Lamento una cosa. No tuve un título universitario. Ese es el único arrepentimiento que tengo. Y me hubiera gustado haberme tomado el tiempo para hacerlo. Y me aseguraré de que mis hijos hagan eso”.

Razones no le faltan a Jason Priestley para animar a sus niños a formarse. El actor, con un largo camino recorrido dentro de la industria audiovisual, no ve con buenos ojos algunos aspectos de este presente que, animado por los cambios tecnológicos y las redes sociales, tiene a toda una generación queriendo ser famosa de la noche a la mañana.

A su criterio, existen en este momento “personas que tienen un deseo de fama sin ser realmente famosos por nada”, algo que le resulta “una pendiente increíblemente peligrosa y resbaladiza”.

Como ejemplo, pone al clan Kardashian, “toda una familia de personas que son famosas por ser famosas, que no tienen realmente ningún talento discernible”.

Hijo de una reconocida actriz, y hermano de otra, Jason reveló que se formó desde chico para ser lo que fue y lo que es y que su fama es una consecuencia de eso.

“Yo fui a la escuela de teatro y aprendí a ser actor. Y me hice famoso porque estaba en un programa de televisión porque era un actor exitoso. Logré algo y mi fama creció a partir de eso. Pero luego hay toda una generación de personas que ahora son famosas porque abrieron paquetes en su canal de YouTube y se han hecho famosos por eso. ¿Y qué tipo de fama es esa? ¿Y qué significa eso?”, se cuestionó.

Sin respuestas para esas preguntas importantes, Jason se reconfortó con su experiencia personal. “Sé por qué me hice famoso y sé lo que hice para ser famoso. Pero no me propuse ser famoso. Me propuse convertirme en un actor de éxito. Y la fama fue un subproducto de eso”, insistió.

EL RECUERDO DE “90210”

La fama la alcanzó con “90210”, el mega éxito de Fox que se emitió entre 1990 y 2000, y que narró las aventuras de un grupo de jóvenes que vivía en la lujosa y acomodada comunidad de Beverly Hills.

“Nos divertimos mucho haciendo ese espectáculo, era un gran lugar para ir a trabajar todos los días. Ya saben, era tan divertido como se veía en la televisión”, aseguró el actor que le diera vida al ejemplar estudiante y dueño de un jopo irresistible: Brandon Walsh.

Además de popularidad, este proyecto fue una oportunidad de aprendizaje en diferentes aspectos para jason. “Empecé a dirigir episodios de ese programa de televisión en la tercera temporada, y para cuando terminamos, había dirigido más episodios que todos los demás directores, excepto uno. Así que estaba muy ocupado detrás de la cámara. También empecé a producir y a producir ejecutivamente en la serie. Realmente vi ese programa como una gran oportunidad no solo para convertirme en un mejor actor y realmente aprender ese oficio, sino también para aprovechar cada oportunidad que la serie me dio”, indicó el intérprete, siempre agradecido por la posibilidad de crecimiento que le ofreció el productor de ese show, Aaron Spelling.

Priestley, que compartió elenco con Shannen Doherty (Brenda Walsh), Jennie Garth (Kelly Taylor), Ian Ziering (Steve Sanders), Gabrielle Carteris (Andrea Zuckerman) y Brian Austin Green (David Silver), todavía no puede superar la muerte de otro de sus compañeros, Luke Perry (Dylan McKay), quien falleció a los 52 años en 2019 por complicaciones derivadas de un derrame cerebral.

“Luke no solo fue mi compañero de serie. Luke también fue uno de mis muy, muy queridos amigos y, ya sabes, perderlo a una edad tan temprana fue una tragedia. Algo de lo que yo y mi familia aún no nos hemos recuperado”, admitió.

Además de haber regresado a ese proyecto en 2019 con “BH90210” (la serie en la que los actores originales hacían de ellos mismos intentando revivir el éxito del show que los hizo famosos en los 90), Priestley parece querer seguir homenajeando ese suceso con la adaptación que está preparando para la tevé de “Hollywood Kids”, de Jackie Collins, y a la que definió como “una especie de cruce entre ‘Beverly Hills 90210’ y ‘Entourage’”.

Por delante, el intérprete espera el estreno de la quinta temporada de “Private Eyes”, que acaba de terminar de rodar, “un espectáculo increíblemente exitoso, no solo en Canadá y en los Estados Unidos, sino en ciento ochenta países de todo el mundo”, elogió.

Y aunque la saga “Casteel” se estrenó en Estados Unidos y Canadá antes de la pandemia, un contexto que calificó como “ideal” para ver “este tipo de placer culpable” porque “todo el mundo necesita escapismo”, se mostró entusiasmado con su llegada a países como Argentina (nunca vino pero dijo que siempre deseó conocer Buenos Aires y que espera poder venir alguna vez) a través de la señal Lifetime y de su servicio on demand.

“La forma en la que las plataformas digitales comparten contenido internacional en todo el mundo es súper emocionante porque hay contenido con guiones maravillosos que vienen de Colombia, de la India, de España, de Italia, de Israel y de todo el mundo, y que hace que todos podamos compartir este tipo de crisol digital global. Creo que cuanto más podamos compartir, mejor será para todos”, celebró el actor esta tendencia en alza en el sector que parece borrar las fronteras idiomáticas y culturales.

“Luke Perry fue uno de mis muy queridos amigos y perderlo a una edad tan temprana fue una tragedia”

 

En este sentido, como productor y realizador aplaudió la participación cada vez más contundente de las mujeres en el rubro, algo que, sin embargo, siempre promovió en sus proyectos detrás de cámara, tratando de encontrar un equilibrio ideal entre voces masculinas y femeninas. “El mundo en el que estamos hoy en día, donde somos los que estamos tratando de equilibrar las cosas, creo que es algo que deberíamos haber estado haciendo durante mucho tiempo. Y es bueno que finalmente esté aquí”, cerró.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE