Con disturbios, Chile abrió la Convención Constituyente
Edición Impresa | 5 de Julio de 2021 | 02:04

SANTIAGO
La académica y lingüista mapuche Elisa Loncón presidirá la Convención Constitucional que redactará la nueva Carta Magna de Chile, que quedó instalada ayer en una jornada histórica en la que no faltaron protestas y tensiones.
Con unas tres horas de retraso por reclamos de algunos constituyentes que acusaron una fuerte represión policial contra los manifestantes, la relatora del Tribunal Calificador de Elecciones, Carmen Gloria Valladares, procedió al nombramiento uno a uno de los 155 convencionales.
Mientras eso ocurría, se mantenían algunos choques entre las fuerzas especiales de la Policía y un grupo de manifestantes que intentó traspasar el cordón de seguridad en los alrededores de los jardines de la vieja sede del Congreso en Santiago, donde por razones sanitarias se realizó la ceremonia.
Una vez efectuado el juramento se procedió a la elección del presidente del órgano. En segunda votación, la académica mapuche Elisa Loncón fue elegida con 96 de los 155 votos de los convencionales.
“Esta Convención transformará Chile”, dijo Loncón al enfatizar que este “sueño” será representativo de la pluralidad del país y trabajará para sentar derechos sociales, para cuidar a la Madre Tierra, entre ellos, el derecho al agua.
La académica ocupa uno de las 17 bancas reservadas para los pueblos originarios en la Convención que redactará la nueva Constitución chilena para reemplazar a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), la salida política que encontró el país para encauzar las protestas iniciadas en octubre de 2019 en reclamo de una mayor igualdad social.
Cuando comenzaba la sesión con la entonación del himno nacional, se escucharon chiflidos y gritos de algunos constituyentes que decían: “¡No más represión!”. Se acercaron a la mesa desde donde Valladares los juramentaría y en un clima de mucha tensión la llevaron a suspender temporalmente la ceremonia.
La heterogeneidad de los 155 integrantes de la Convención Constitucional -muchos independientes con afinidades de izquierda y sin experiencia en cargos públicos y sin ninguna lista que ostente la mayoría de un tercio que otorga poder de veto- obligará a alcanzar acuerdos.
Pero esa misma diversidad en posturas y orígenes hace temer que se eternicen las discusiones y al final el texto no cumpla con las expectativas ciudadanas.
La Convención tendrá nueve meses -prorrogable por tres meses más- para redactar el nuevo texto, que será luego sometido a un plebiscito ratificatorio con voto obligatorio. (AFP)
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