Cara-Cortada: "Lo que más sufrimos en pandemia es no poder vernos"

“Sabemos que el éxito comercial, en este estilo, en Argentina, es casi imposible. Así que en ese sentido, la pandemia no nos afectó: somos gente que tiene que laburar para vivir”, cuenta Pablo Altamiranda, voz de Cara-Cortada, la banda de hardcore-punk de Berisso que lleva más de una década, desde 2009, sobreviviendo, y que, en plena pandemia, aprovecharon para lanzar nueva música: el año pasado, lanzaron “Nunca tuvimos miedo”, EP de cinco temas donde muestran su costado “más punk”.

El trabajo, dice, les permitió mantenerse activos durante la cuarentena. “Tuvimos un golpe de suerte: cuando empezó la pandemia habíamos terminado de grabar el EP, así que había trabajo que hacer. Al ser una banda independiente te tenés que encargar del arte de tapa, de subir los temas a las plataformas, hacer los videos… Todo eso llevó su tiempo, su trabajo, fueron meses que nos entretuvimos con eso”, explica.

El album iba a ser un disco de larga duración, pero se terminó recortando “por la situación del país: teníamos canciones para sacar un disco, pero económicamente, al ser una banda autogestiva, no nos daban los números. Por eso, bajamos un poco la vara y apuntamos a un EP”, cuenta Altamiranda: así es que eligieron los temas “más punk”, vertiginoso, “al palo”, junto a Damián “Chino” Biscotti, de Cadena Perpetua, que produjo el EP “buscando esas características callejeras” pero con un sonido claro, donde se pueda escuchar cada instrumento, dice Altamiranda, contra lo que habitualmente hacen el punk y el hardcore.

Con esas premisas nació “Nunca tuvimos miedo”, lanzado en 2020 y tras el cual, 

“sí, hubo una ventana en la que ni siquiera nos podíamos juntar a ensayar”, relata Altamiranda. “Y eso es lo que más se sufrió como banda: el no poder vernos. Somos una banda de barrio, una especie de familia, y no poder tener ese espacio para tocar, compartir unos mates, unas cervezas, fue terrible”.

“Vimos que muchas bandas amigas cayeron en un pozo por esto. Y es comprensible”, afirma el vocalista, un momento de incertidumbre para todos en un mundo cada vez más incierto. El punk y el hardcore se han levantado tradicionalmente como voces de resistencia frente a ese mundo hostil, y Altamiranda dice que la propuesta de Cara-Cortada también invita a otro orden de cosas posible. “Nunca tuvimos un mensaje demasiado explícito desde las letras, siempre buscamos crear un lugar seguro, donde uno se encuentre con un montón de gente distinta y comparta un momento con esa gente, te des cuenta que la gente que está al lado tuyo puede estar teniendo los mismos quilombos que vos. La lucha nuestra fue siempre contra la apatía, así que tratamos de sembrar ponerse en el lugar del otro, por más distinto que sea el otro. Es algo que siempre nos dice la gente: espera nuestros recitales para encontrarse. Por ahí es un poco ingenuo, pero es un comienzo”, analiza.

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Cara-Cortada celebra sus 12 años este sábado, con un show en la sala de 43 entre 7 y 8, que marcará el retorno al escenario tras dos años. Y donde, por primera vez, sonarán en vivo los temas del EP, además de “temas de todas las épocas, los temas clásicos, y también algunos temas viejos que hace mucho no tocamos”. El show contará con Biscotti como invitado (y también como DJ encargado de la musicalización previa) y con un homenaje a Embajada Boliviana, todo, en un escenario inhabitual para los de Berisso.

“No somos una banda de tocar en teatros, al ser una banda de hardcore punk nos gusta tener a la gente cerca, y acá van a estar sentados en mesas… Pero nos adaptamos a lo que se puede”, confiesa Altamiranda.