Salieron después de 18 meses y tuvieron que volver porque las desvalijaron

Ocurrió en un inmueble de 46 entre 28 y 29. Madre e hija estaban ausentes cuando delincuentes saquearon el lugar

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Después de permanecer encerradas por la cuarentena, Carmen (74) y Marilina (46) decidieron salir de paseo de su casa del barrio La Loma. A pesar de que el domingo no se mostraba muy amistoso con el clima, madre e hija almorzaron y se prepararon para abandonar la Ciudad. Salieron del inmueble, situado en 46 entre 28 y 29, a las 14 horas y saludaron al carnicero de la esquina de 28 y 46, que bajó la persiana del local unos quince minutos más tarde.

Nada llamó la atención de las mujeres en ese momento. Tampoco vio nada el comerciante cuando, tras cerrar, se marchó hacia su propio domicilio.

Sin embargo, apenas 45 minutos después de haberse marchado, el teléfono de Marilina sonó: era uno de sus vecinos que le daba la peor noticia.

“Me dijo que tenía la puerta del garage abierta, así que le pedí que le avise enseguida a mi hermano y a la Policía”, le contó a este diario, ayer por la tarde, la damnificada. En ese momento, las víctimas estaban “por (la localidad de) Avellaneda” y debieron regresar con premura.

Lo que encontraron las desanimó por completo. “La verdad, nos desvalijaron”, lamentaron.

UN BARRIO EN PROBLEMAS

“Hacía un año y medio que no salíamos con mi mamá, fuimos a buscar un libro que habíamos comprado y nos encontramos con esto”, relató Marilina. Como se dijo, se fueron a las 14, y “a las 15.45 nos llamó un vecino porque vio el portón abierto”.

Para ingresar, los delincuentes barretearon la abertura de madera.

Todavía en viaje, le dijo al conocido “que se quede en la vereda, pero que no entre por si los tipos todavía estaban adentro”, añadió. Mientras tanto, llamó a su hermano -“que vive cerca”, aclaró- y, poco después, él y un patrullero arribaron a la escena.

Los ladrones ya se habían esfumado y el interior de la vivienda era “un caos”. Habitaciones revueltas, muebles abiertos; prendas de vestir, papeles y cajones en el piso. Marilina cree que “estuvieron media hora nada más”, tiempo suficiente para “dar vuelta” la casa. “Lo raro”, continuó, “es que ningún otro vecino vio nada”.

En esos hipotéticos 30 minutos, los intrusos se hicieron con tres televisores, unos 100.000 pesos, una computadora, relojes, anillos, cadenas, ropa, valijas y documentación. “Nos vamos dando cuenta de lo que nos falta a medida que acomodamos”, refirió.

“Nos desvalijaron. Pero bueno, estamos vivas”, se conformó.

Por otra parte, expuso la situación en la que se encuentra la zona, al manifestar que “está terrible, sobre 28 también barretearon”.

Asimismo, precisó que “en la cuadra tenemos de todo: grupo de WhatsApp, alarma vecinal y nada detiene a los delincuentes”.

 

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