Ocurrencias: avanzan los carpinchos y se anuncia una cigüeña

La animalada nunca se da por vencida. Colorea la realidad y aporta mensajes y alegorías. Permanece oculta o visible, insinuante o gritona, pero siempre en modo presencial. Sin mostrarse demasiado han podido deambular a su antojo a la sombra de una pandemia que a todos encerró, pero a ellos les contagió libertad y atrevimiento.

CARPINCHOS.- Lo de los carpinchos en Nordelta habla de la existencia de un bicherío cada vez más exigente y refinado. Los ambientalistas y protectores han visto allí una alegoría de los pueblos originarios y reclaman planes para atajar los piquetes de estos roedores engordados que han elegido por las dudas barrios bien alimentados. Son ocupas medio salvajes y medio tilingos que buscan reencontrar sus viejos humedales entre filas de piscinas. Al carpinchismo se le complicó el paseo cuando atacaron a un cachorrito platudo que trabaja más como adorno que como mascota. Y eso despertó la ira de un vecino, que mató a uno, pero que ahora, como “probation”, lo quieren mandar a domesticar comadrejas.

PERROS COSTOSOS.- Una vecina del barrio El Mondongo pagó 15 mil pesos para poder recuperar su perro, un labrador mimoso que era uno más de la familia. Los rateros ahora miran con ganas a esos pichichos juiciosos y presentables. La vecina había denunciado el secuestro de su labrador. Dio con la persona que se lo había llevado, pero tuvo que negociar su repatriación. El apropiador pidió 15 mil pesos para poder comprarle uno igual a su hija. “Nos extorsionó”, dijo la dueña. Todo resultó positivo para este papi regalón. Ahora hay varios que empezaron a marcar pichichos con apellido. La familia de El Mondongo ya ajustó la correa y los ahorros: labrador recuperado y 15 mil perdidos.

MURCIÉLAGOS ÚLTIMO MODELO.- En Santa Fe identificaron una nueva especie de murciélago, el “Molossus melini”, que se distingue de sus hermanos por su coloración anaranjada, la longitud de su antebrazo que es mayor a 41 mm y pelos dorsales largos de 5 mm aproximadamente. Es decir, antes de correrlos a escobazos hay que medirlos por si hay un ambientalista en cercanías. Los murciélagos criollos están al tanto de esos colegas chinos que se volvieron sopa y envenenaron al mundo. Por eso no se animan a sobrevolar los supermercados chinos y prefieren jugar de sigilosos en esas tierras santafesinas donde los monos meten más miedo que los contagios y estos chupasangre.

Y esta cigüeña en campaña le acabará mejorando el ánimo a un Presidente que en su pico sólo trae enojos

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CIGÜEÑA Y GATO.- Fabiola Yáñez sigue ocupando la escena nacional. Ayer por una foto de cumpleaños, ahora por acariciar dichosa una pancita que parece anticipar la llegada de un hijo. Fue encargado en plena segunda ola y nacerá en un hogar presidencial, escuchando más encuestas que canciones de cuna. Fabiola ha ganado presencialidad y expectativas tras un primer año de bajo perfil. Primero fueron las fotos de su cumple; después el gobierno prefirió adelantarse a eventuales filtraciones y largó un video en cadena para trata de ponerle punto final a este melodrama. ¿Para cuándo la miniserie sobre esta celebración en dos temporadas que arrancó el 14 de julio del año pasado y que hoy sigue haciendo torta al dueño de casa? Todo indica que el futuro niño aprenderá del padre a dar sus primeros pasos en Olivos. Y a no encariñarse demasiado porque nunca se sabe cuándo habrá que irse.

El heredero debutará en este mundo difícil con saldo favorable y viento de cola. Ya desde su anuncio, la niñez empieza a emitir señales prometedoras. La pancita de Fabiola le enseñó a Alberto que no sólo hay movimientos en el gabinete. Y la cigüeña de campaña le acabará mejorando el ánimo a un Presidente que en su pico sólo trae enojos. No fueron las únicas alegrías: la reaparición de Macri, un Gato despilfarrador y de olvidable pasado, resultó una ayuda inesperada para las chances de una tropa justicialista que sigue preocupada por la velita de esa torta que Fabiola sopla y sopla pero nunca se apaga.

El vecindario acobardado y miedoso envidia a estos carpinchos y mascotas. Nadie los golpea ni les roba ni los ultraja ni lo mata ¿No aparecerá entre tantos candidatos algún ambientalista que se acuerde de proteger a la buena gente?