Cruce de datos en campaña: la oposición le factura al Gobierno el crecimiento del empleo precario

Pese al optimismo del oficialismo en la recuperación económica, el escenario socio-económico sigue siendo complejo. La suba de la denominada economía popular. Las medidas que promueve la oposición. La CGT y el kirchnerismo nuevamente juntos, por necesidad

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Por EMILIANO RUSSO

efrusso@eldia.com

Más allá de los fuegos de artificio para intentar captar el voto joven, con candidatos hablando sobre las posibilidades para tener sexo o dónde consumir marihuana, la campaña de las dos principales coaliciones en pugna coincidieron que en los próximos comicios se enfrentarán dos modelos de país diferentes. Mientras en el Gobierno insisten en que ya se nota la reactivación de la actividad productiva, la oposición rechaza esta percepción y ha centrado las últimas propuestas en medidas para intentar resolver el problema del empleo, en la semana en que se conoció que casi 3 millones de personas ya se desempeñan en la economía popular, esto es, con ingresos bajo la canasta de pobreza.

Ayer mismo, en ocasión de realizar un acto proselitista en Hurlingham -distrito de la primera sección electoral donde el oficialismo necesita sumar votos no sólo para ganar la Provincia sino para dar vuelta la mayoría opositora en el Senado provincial-, Alberto Fernández pidió “no volver para atrás”.

ESCENARIO COMPLEJO

Más allá que en el oficialismo insistan en que falta poco para recuperar los puestos de trabajo perdidos a causa de la pandemia, el escenario sigue siendo complejo. Los últimos datos de Trabajo (SIPA) correspondientes a junio mostraron que “por segundo mes consecutivo la creación de trabajo en el sector privado fue casi nula”, según el experto Luis Campos, de la CTA Autónoma, una entidad gremial que viene manifestándose en sintonía con el Ejecutivo.

Justamente esta semana el gremio ATE, que pertenece a esa central obrera, organizó un seminario en el que la secretaria de Empleo, Ana Castellani, reconoció que “el Estado es muy importante porque cumple un rol crucial en el empleo general: es el principal empleador de la economía”. Se calcula que sumando los tres niveles -nacional, provincial y municipal- hay unos 3 millones de trabajadores públicos.

Es en este contexto donde el último jueves se conocieron los datos del Registro de Trabajadores de la Economía Popular (Renatep), con unos 2.830.520 inscriptos, que también puso de manifiesto que este sector en provincias como Salta, Misiones, Chaco, Santiago del Estero, Formosa, Catamarca y Jujuy, supera al del trabajo privado registrado. Son vendedores ambulantes, feriantes, artesanos, recolectores informales de basura y personas que ayudan en merenderos.

“Si queremos prosperar como país, tenemos que volver a invertir en nuestros cerebros”

 

La estadística oficial reveló, no obstante, un dato curioso: el 75 por ciento no recibe ninguna ayuda estatal. Por lo menos, se intuye, en forma registrada.

LA FORMACIÓN

No extrañó entonces que los precandidatos de “Juntos” a diputado nacional se metieran en el tema. Desde Bahía Blanca, Facundo Manes se concentró en el aspecto formativo para que amplios sectores de la masa laboral no se queden afuera del sistema. Y remarcó que la mejor herramienta para reducir la pobreza “es tener salarios altos genuinos” y -en una sutil diferenciación con el PRO- se manifestó a favor de sustituir importaciones para proteger la industria local. “El mundo hoy se basa en la educación, en la innovación, en la creatividad, en la ciencia y la tecnología. Si queremos prosperar como país, tenemos que volver a invertir en nuestros cerebros”, insistió el neurólogo.

Su rival en la interna opositora, Diego Santilli, al estilo marcopeñista, presentó sus propuestas para salir del estancamiento: extender la Moratoria a los comercios y Pymes hasta diciembre de 2022, reducir los impuestos al trabajo a los sectores más golpeados y a las PyMEs agropecuarias y dar impulso a una ley de Empleo Joven.

La diferencia en intención de voto entre los postulantes, que no compartirán búnker a la espera de los resultados, se habría achicado en las últimas semanas. Pero el candidato de Horacio Rodríguez Larreta en territorio bonaerense -con el que apuesta, en caso de una buena elección, a aprovechar el envión para lanzar su postulación presidencial- contaría, según algunas fuentes consultadas, con la ventaja de una logística de fiscalización más aceitada donde cada jefe político distrital ya contaría “herramientas” para bancar los operativos que se desplegarán el domingo 12 de septiembre.

Manes, con todo, sigue apostando a ganador y en las últimas horas reiteró que el “13 de septiembre” comenzarán a trabajar juntos con Santilli para derrotar al kirchnerismo. “Conviene que en las PASO perdamos por poco para así arrastrar votos del randazzismo y de (José Luis) Espert en las generales de noviembre. Siempre nos funcionó mejor de esa manera, de menor a mayor”, fue el particular análisis de un referente territorial consultado.

En Casa Rosada siguen confiados en que el peronismo “se muestra competititivo” tras 16 años en elecciones intermedias, al recordar las derrotas de 2009, 2013 y 2017. Apuestan a una victoria en Provincia y deslegitiman la supuesta diferencia de uno o dos puntos entre ambas alianzas políticas que informaron las últimas encuestas. La unidad, como quedó dicho, es su mejor arma. Por eso, los últimos actos proselitistas estuvieron cargados de un mensaje “agrietado” buscando consolidar el voto duro. El mayor problema aparenta ser la indiferencia ciudadana ante los comicios, que afecta a todas las fuerzas políticas.

EL CIERRE

Finalmente el oficialismo no cerrará su campaña el jueves próximo en La Plata sino un día antes en distintos escenarios bonaerenses. El Presidente estará en Mar del Plata, tal como sucedió en las presidenciales de 2019. Esa división de tareas se explicaría como una forma de llegar a las distintas “tribus” que componen “Todos”.

“Por segundo mes consecutivo la creación de trabajo en el sector privado fue casi nula”

 

Pero a comienzos de semana hubo movimientos sugerentes dentro de la variopinta alianza oficialista que dan cuenta de los reacomodamientos que podrían suceder hacia fin de año. Máximo Kirchner y Wado de Pedro, ministro del Interior pero apéndice de Cristina en la Casa Rosada, se reunieron en un local de San Telmo con cuatro integrantes de la mesa chica de CGT, Héctor Daer, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez y José Luis Lingieri. Unas horas más tarde, estos cuatro dirigentes sumados al resto del consejo directivo de la central obrera, se entrevistaron con Fernández en el Salón Eva Perón de la Casa de Gobierno. Sólo se comunicó oficialmente este último encuentro.

Según se pudo averiguar, el “reeencuntro” entre el dueto kirchnerista y los jefes sindicales busco “dar vuelta la página” de enfrentamientos pasados, armonizar discursos y fuerzas respecto al futuro que, en caso de una victoria pírrica en las elecciones, aventura un difícil escenario de la post pandemia. Los jefes sindicales vieron “desenvuelto” al jefe de la bancada oficialista de Diputados pero le dejaron en claro el peso de la CGT en el movimiento sindical. Se trató, en última instancia, de una manera de intentar aplacar la desconfianza mutua. En la sede de calle Azopardo aún le facturan al kirchnerismo el nulo espacio que le dieron en las listas bonaerenses y los históricos coqueteos con la corriente federal del bancario Sergio Palazzo y los gremios estatales cercanos a la Vicepresidenta.

 

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