Pipo y el desafío de armar un equipo y darle paz al Lobo

El partido frente a Godoy Cruz, en Mendoza, no solamente marca la necesidad -y la oportunidad, dada la entidad del rival- de volver a sumar tres puntos como visitante tras 11 partidos sin ganar en esa condición. Es principalmente el inicio de una nueva etapa, ahora con “Pipo” Gorosito como entrenador. Un DT simple y claro en los conceptos a quien la experiencia le ha aportado pragmatismo a su intención de jugar siempre. Como se dice vulgarmente, “no come vidrio”. Y eso es vital para esta etapa en la cual Gimnasia tiene que sumar puntos para dejar de mirar lo antes posible la tabla de promedios que mandará al descenso a dos equipos a fines del año próximo.

Con cuatro entrenamientos sobre el lomo y tratando de alejarse de los preconceptos, el nuevo técnico se inclinó por nombres que sorprenden, como Guillermo Fratta y Nicolás Contín. El defensor uruguayo comenzó la competencia como titular, convirtió dos goles y a pesar de ellos perdió rápidamente su lugar por errores y falta de velocidad.

Su altura y su buena presencia en el área de enfrente fueron sus cartas de presentación ante el nuevo DT. La titularidad para Nicolás Contín hace más ruido desde la resistencia que genera en muchos hinchas que desde la realidad de la competencia por el puesto: Rodrigo Holgado ni siquiera viajó a Mendoza (necesita estar mejor físicamente para adaptarse al ritmo del fútbol argentino) y Alexis Domínguez causó buena impresión por el esfuerzo y la voluntad. El gol le dará la titularidad a cualquiera de ellos. Eso sí, que la vuelta de calesita le toque nuevamente al “Tanque” Contín habla a las claras de los dos últimos flojos mercados de pases.

Gorosito también tomó decisiones que llaman la atención en cuanto a las ausencias, principalmente la de Johan Carbonero, el más desequilibrante de los hombres de ataque del torneo pasado que no ha logrado repetir en este campeonato, aquejado por lesiones y por la roja ante Lanús cuando estaba jugando el mejor partido del semestre. Manuel Insaurralde, una de las pocas sorpresas gratas del mercado, también arrancará el partido desde el banco de relevos. Y no son pocos los hinchas que se preguntan qué pasa con Maximiliano Coronel, a quien una lesión muscular marginó y no ha podido recuperar la titularidad, cuando cuenta con mayores pergaminos que sus competidores más allá del aceptable nivel de Leonardo Morales.

La búsqueda de buen pie por parte de Gorosito inicia con Matías Miranda y Brahian Alemán desde la mitad de la cancha y el “Pulga” Rodríguez más cerca del delantero referencial. Mover la pelota deberá ser una obligación a partir de no tener jugadores que ataquen el espacio. Las obligaciones en cuanto a dinámica serán para los laterales Francisco Gerometta (en crecimiento luego de un mal inicio) y Matías Melluso (con buen nivel y cada vez más maduro), obligados a nunca perder el equilibrio.

“El primer equipo, el segundo, los armaré yo. Después la realidad la irán marcando los jugadores con su rendimiento, el que juega bien tiene que jugar siempre”, fue una de las primeras sentencias de Gorosito. Arrancar con una victoria puede permitirle tranquilidad para trabajar marcando su estilo. Seguramente, este equipo tendrá variantes en el futuro, pero necesita hoy un punto de partida.

En su presentación, Néstor Gorosito pidió unidad. “Tiremos todos para adelante. Acá el único beneficiado tiene que ser el Club”, dijo. Sumar, ganar, convencer, implicará tener espaldas para afrontar lo que viene en términos de competencia y para pacificar el fútbol del club, en permanente ebullición por los volantazos dirigenciales. El hincha, ante cada inicio, recupera la ilusión. Ahora depende de Gorosito sustentar ese sueño.

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