Brasil llega con problema de peso

Lo que va de ayer a hoy. Los actores son los mismos, la significación del choque también pero la tranquilidad dio un salto de una vereda a la otra a juzgar por lo que puede palparse en ambos campamentos. La paz que se respira en el campamento argentino en la previa del gran clásico de la región no tiene nada que ver con la zozobra que dominaba la escena hasta no hace mucho. Paralelamente, en territorio "Canarinho" han tenido mucha más repercusión los cuestionamientos al estado físico de Neymar, a quien en el mejor de los casos acusan de estar "lento y fuera de forma" que las actuaciones del equipo.

Aquí Messi aparece más iluminado que nunca, las líneas se han ido acomodando y los convocados, en mayor o menor medida han respondido con acierto. Allá, ni siquiera los siete triunfos al hilo en las Eliminatorias le han dado algo de oxígeno al proyecto de Tite. Brasil gana pero no convence. Y encima lo ven al 10 pasado de kilos, errático en el campo de juego, lejos de sus tardes de gloria.

El de Neymar ha sido el tema central por estas horas con el choque clásico a la vista. Recuerdan que acudió al llamado de su selección con sólo 65 minutos de fútbol encima de los noventa que disputó en la final de la Copa América. En el partido anterior contra Chile, estuvo impreciso con la pelota, con un solo remate al arco y dos desviados. Prácticamente pasó desapercibido, salvo por la panza que fue el eje central de todos los comentarios.

La estrella brasileña no le sacó el cuerpo a la polémica y en una historia de Instagram aseguró que se encuentra en su peso ideal, que quizá la confusión visual se generó porque utilizó una talla grande: "La camiseta era talla L, estoy en mi peso, ¡ja! En el próximo partido pido camisa M", explicó.

Naturalmente los argumentos no convencieron a nadie pero sí generaron mayores cuestionamientos. Así están las cosas en la previa de un partido que siempre despierta expectativas muy especiales. La Selección, con el envión de la Copa América, buscará dar otro golpe histórico mientras que Brasil procurará disipar los nubarrones y mantener una marca notable: jamás perdió como local en Eliminatorias.