Estudiantes debería revisar el libreto y algunas titularidades
Edición Impresa | 8 de Septiembre de 2021 | 03:41

Por MARTÍN MENDINUETA
Estudiantes se ubica en la sexta posición de la tabla de un campeonato que tiene 26 participantes. Transcurridas diez fechas, la campaña es muy buena. El gran objetivo de regresar pronto al plano internacional está cerca. Contrató a un entrenador que trabaja en un marco de tranquilidad porque cuenta con el respaldo mayoritario de los hinchas. El temor al descenso no es tema. Gana más partidos de los que pierde. Con su línea de juego, claramente identificable, se hace respetar por los rivales.
Como puede leerse, son muchos los puntos positivos de la tarea comandada por Ricardo Zielinski. Sin embargo, hay cuestiones que originan un interesante debate de ideas.
Las dificultades o limitaciones que suele mostrar a la hora de elaborar sus ataques constituyen, prácticamente desde el inicio del ciclo, el eje indiscutido de las mayores objeciones.
Hay suplentes que piden cancha y titulares que han bajado su nivel. ¿Qué hará Zielinski?
PRIMER TIEMPO PARA EL OLVIDO, CON DELANTEROS QUE NO RECIBEN JUEGO
Sin dudas, Gabriel Milito ha encontrado en Argentinos Juniors un plantel con el cual ha podido desarrollar con éxito su identidad como director técnico. Su equipo juega bien. Tiene un plan y lo ejecuta de modo convincente. Tal es así que durante la etapa inicial dominó estratégicamente el curso de las acciones, hasta generarle una palpable incomodidad al dueño de casa. En dicho lapso, Estudiantes no jugó bien; ni en ataque, ni en defensa.
Argentinos fue intenso, corrió, manejó con criterio la pelota, anuló por completo al binomio “Corcho” Rodríguez-Fernando Zuqui y sólo le faltó mayor precisión en la finalización de algunas llegadas con peligro.
Haber visto al León, en su casa, impotente ante la dinámica de un rival de su talla, generó muchos comentarios que abrieron el camino de la preocupación.
PELLEGRINI MERECE TITULARIDAD Y EL VASQUITO AGUIRREGARAY, TAMBIÉN
Si bien el Pincha empezó a mejorar a partir del ingreso de Matías Pellegrini (ya marcó dos goles desde su regreso), fue inequívoco el impacto visual sobre el cambio de actitud ofensiva que evidenció recién cuando pasó a perder.
¿Por qué esperó a estar en desventaja para apretar a fondo el acelerador del “hambre de gol”?
Fue notorio lo que sufrieron los delanteros albirrojos en gran parte de la pulseada. Si va a mantener esa forma de atacar, lo más probable es que Jaime Ayoví siga padeciendo el hecho de no entrar en sintonía.
La generación no es la adecuada para un hombre que, obviamente, no tiene la energía ni la explosión de Francisco Apaolaza.
Parece haber llegado el tiempo de transformar en titular al joven de Magdalena que regresó de Estados Unidos. Pellegrini fue uno de los tres mejores (los otros fueron Mariano Andújar y Leonardo Godoy) sencillamente porque le brindó frescura y algo de inventiva a las intenciones ofensivas de un equipo con movimientos previsibles.
En esa línea de revisar la habitual planilla titular, la situación de Nicolás Pasquini como competidor natural de Matías Aguirregaray ha vuelto a ponerlo en jaque, por lo menos en la mirada de algunos. El último lunes se lo vio lejos de la presión que requiere la marca, y sin aporte palpable en el momento de sumarse como variante ofensiva.
En el marco de aquella derrota ante Talleres, el “Vasquito” se hizo notar pisando el área contraria con determinación y buena técnica. Mantenerlo en el banco mientras al equipo le falta casi todo por la banda izquierda, no parece la mejor decisión.
LOS ZAGUEROS NO ESTÁN BIEN Y SE NOTA CUANDO SALEN DE LA “CUEVA”
Tanto Fabián Noguera como Agustín Rogel han sufrido un declive en sus rendimientos y eso genera mayor peligro cuando se enfrentan a delanteros livianos y de gran movilidad.
Aquel rombo tan sólido como confiable que conformaban Andújar, los zagueros centrales y el Corcho Rodríguez, hoy muestra a los tres últimos en un nivel que se alejó bastante del umbral más elevado.
Cuando los grandotes salen a tomar marca lejos de la “cueva”, sufren y, lógicamente, se instala una sensación de vulnerabilidad sencilla de apreciar.
¿HAY QUE RENOVAR EL CONTRATO DEL RUSO? RESPUESTA CONTUNDENTE, ¡SI!
Que se aprecien fallas, mermas individuales y hasta ciertas carencias en la esencial faceta de ataque, de ningún modo altera drásticamente el saldo a favor de esta etapa que se inició en un momento complicado, cuando viejos fantasmas amagaban con recuperar insalubre protagonismo.
El Ruso merece la renovación, pero eso no quita que ha llegado el momento de revisar algunos aspectos puntuales de su libreto. No está defendiendo como antes. Se están profundizando limitaciones para generar peligro. Hay suplentes que piden cancha y titulares que han bajado el nivel. Sólo eso.
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