“El Marginal”: vuelve el retrato de una sociedad enferma, dentro y fuera del penal

Dentro de la cárcel hay delincuencia, violencia y una lucha de poder despiadada, y afuera lo mismo pero en un marco de corrupción y doble moral que lo hacen aún más deleznable. Quizás por eso, “El Marginal”, se ha convertido en uno de los grandes fenómenos televisivos de los últimos años porque ha sabido cómo retratar en la pantalla los síntomas de una sociedad enferma que no distingue posiciones entre uno y otro lado de los barrotes.

La serie, que tras su debut en 2016 en la televisión pública llamó el interés del gigante on demand Netflix, estrena hoy en esa plataforma su esperada cuarta temporada, una continuación temporal de la primera parte que, con escenas desgarradoras, estará marcada por un nuevo penal, personajes que regresan, otros que ingresan y los mismos de siempre pero con una cuota de crudeza, oscuridad y drama superadora.

Estos nuevos episodios se ubican después del incendio de San Onofre, donde los destinos de Pastor (Juan Minujín), Mario Borges (Claudio Rissi) y Diosito (Nicolás Furtado), vuelven a cruzarse en el penal de Puente Viejo. El reencuentro entre Pastor y Diosito revivirá fuertes sentimientos para ambos. A esta confrontación se suma César (Abel Ayala), quien fue trasladado allí, y lidera el grupo que representa a la Sub21. Desde afuera, Sergio Antín (Gerardo Romano) operará para adueñarse del poder de la cárcel, enfrentándose al director actual, Galván (Rodolfo Ranni). Y Emma Molinari (Martina Gusmán) trabajará para ayudar a Pastor en un nuevo y peligroso intento de fuga, ahora, de Puente Viejo.

CARAS CONOCIDAS Y NO TANTO

En una nueva cárcel que fue construída de cero en una fábrica metalúrgica abandonada, los Borges no la tendrán fácil, en tanto, en el nuevo penal tendrán que pagar derecho de piso, una situación de incomodidad que Claudio Rissi disfrutó al máximo porque su personaje, según celebró en una conferencia de prensa virtual que reunió a gran parte del elenco y en la que participó EL DIA, vivirá una “deconstrucción y reconstrucción” motivadora porque le permitió salir de la dinámica en la que venía. “Acá el poder no lo tiene Borges y tiene que ir a buscarlo”, destacó.

La serie transcurre en un nuevo penal que fue construido de cero en una fábrica abandonada

Por cuarta vez, Nicolás Furtado volverá a vestir las pieles del traumado pero entrañable Diosito Borges, en una temporada que “recupera un poco la esencia de la primera” que, a su criterio, fue “de las mejores”.

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En estos episodios, Diosito enfrentará nuevas y traumáticas situaciones que llevaron a Furtado a explorar un terreno desconocido de su criatura, algo que celebró porque “podía ser difícil que pase porque ya contamos tanto del personaje” en estos seis años que creyó que sorprenderse sería complejo. Pero no pasó.

Sobre esta temporada, avanzó que “la esencia es la misma y eso es lo que la gente quiere ver”, aunque enriquecida con nuevas historias que llegarán de la mano de interesantes personajes que se suman y otros que vuelven a la acción, como Pastor.

Minujín, protagonista de la primera temporada y que regresa a la historia después de dos entregas que fueron al pasado, aseguró que “fue un desafío retomar un personaje que había dejado de hacer hace varios años, pero la serie siguió adelante con dos temporadas muy vivas, entonces eso hizo que la vuelta en la cuarta tenga más carnadura todavía”. El intérprete volverá a meterse en el castigado cuerpo de Pastor, un ex policía devenido en delincuente que “ya se tropezó, cayó, salió y ahora vuelve a caer” aunque tomando nuevos caminos marcados por la desolación y la oscuridad.

Y aunque había incertidumbre sobre qué pasaría con la Sub 21 en esta continuación, en tanto, en el final de la primera parte, la banda liderada por César (Abel Ayala) sufre un violento ataque por parte de los Borges en el que murieron varios de sus integrantes, finalmente los guionistas le encontraron la vuelta y, aunque diezmados, vuelven a estar. “Lo más importante es que volvimos porque no sabíamos si íbamos a estar. Y tenemos muchas ganas de vengarnos”, aseguró Ayala quien dijo que no fue difícil volver a una criatura tan fallada con la que está familiarizado. “¡Estoy yendo al psiquiatra para sacarme a César! Lo más difícil es que no se te meta el personaje en la vida real, y me agarra algo de eso, de salir a chorear, asesinar, de hacer cosas turbias risas…”, bromeó, generando una situación incómoda.

“El Marginal 4” retoma la acción luego de los hechos ocurridos en la primera temporada

Ariel Staltari, que viene de un 2021 de explosión con el reestreno de “Okupas” en Netflix después de 20 años, reconoció que por esa actuación del querido Walter muchos creyeron que él había sido parte de “El Marginal”. El actor y guionista confesó que aunque Sebastián Ortega lo había convocado varias veces, recién pudieron coincidir en estas dos entregas finales: la cuarta que se estrena hoy y la quinta y final que todavía no tiene fecha de largada.

Feliz y agradecido por haberse sumado a un exitoso proyecto en marcha, el actor destacó el placer de la mano de Bardo, una criatura que “presenta un desafío como nunca antes había tenido, y eso significa bastante”. Sin ánimos de spoilear, dejó en claro que lo que le pasa a su personaje, que es el menospreciado yerno del nuevo capo del penal, Coco (Luis Luque), tiene que ver con lo vincular.

“Siempre lo lindo y lo divertido de todo esto es que uno está jugando a ser otro y en definitiva eso te va colocando en un lugar muy lúdico y si vos te dejás llevar en este viaje, lo terminás disfrutando. Ese desafío termina siendo un juego divertido”, consideró Staltari.

LA CLAVE DEL ÉXITO

“El Marginal”, que en su cuarta temporada está producida por Underground, Telemundo y Netflix, fue incluida por el New York Times como una de las 30 mejores producciones de la década pasada, en una muestra acabada de la locura que ha generado el show más allá de la Argentina.

Un fenómeno que Rissi intentó desgranar. “Creo que tiene que ver con esa parte oscura que todos poseemos y que no queremos ver pero que podemos ver en la pantalla. La gente quiere espiar lugares que no se ven normalmente, que no están expuestos a la luz, pero la marginalidad también es un reflejo de otra parte de la sociedad que en algún caso se acepta y en otro caso se niega. En la serie, de algún modo, se habla de una sociedad enferma en todo sentido, afuera y adentro”, manifestó el actor.

Minujín, por su parte, advirtió que el éxito de la producción podría deberse también a que “en el mundo entero vivimos en una sociedad donde cada vez más gente se queda afuera (del sistema), va quedando en los márgenes y ‘El Marginal’ le da voz a eso. Dentro una serie que es una ficción, que tiene policial y que tiene todo lo que tiene que tener, hay una parte que tiene que ver con toda la gente que va quedando afuera de lo que es más aspiracional, de lo que uno ve en los medios y en las redes donde todo es hermoso, y acá no está esa valoración, hay otra. Algo de eso interpela a los públicos más allá de la Argentina”.

Para Martina Gusmán, en tanto, es la característica “transversal” de la serie la clave de su éxito, en tanto “desde el taxista, al chico que te acomoda el auto, el médico, el profesor y en cualquier tipo de escala social hay algún tipo de identificación o interés” con esta producción que, como plus, “fue filmada como si fuera cine y por eso la gente respondió”, destacó la intérprete.