"Rifkin´s Festival": el homenaje de Woody Allen al cine europeo

A tres años de su última producción, “Una noche de lluvia en Nueva York”, Woody Allen regresa a la pantalla grande de la mano de “Rifkin’s festival”, una comedia romántica en la que el realizador neoyorquino, de 86 años, le rinde homenaje al cine europeo y sus maestros de la mano de una historia ambientada en el Festival de Cine de San Sebastián.

Una película que surge con la locación del rodaje, España, un territorio en el que ya había rodado “Vicky, Cristina, Barcelona” (2008), y al que regresó “a la fuerza”.

Es que Allen, desde hace dos años, revive las consecuencias del mundo de la cancelación desde que se reflotara la denuncia de abuso sexual que en 1992 hizo su hija Dylan Farrow. Desde entonces, el prolífico autor fue “abandonado” por estudios como Amazon, por ejemplo, que iba a distribuir su anterior filme, algo que no pasó, y le ha costado muchísimo poder conseguir productores para financiar sus películas. De hecho, “Rifkin ‘s festival”, que llega hoy a las salas locales, fue financiada con una condición: que sea filmada en España.

Fue el empresario Jaume Roures y su productora Mediapro los que se comunicaron con Allen y le dijeron “que si rodaba una película en España me la financiarían”. Y el realizador no lo pensó demasiado, eligió el destino y a partir de ahí, teniendo en cuenta las posibilidades del paisaje, escribió la historia de su película.

“Ya había rodado en Barcelona y en Oviedo y fue una experiencia maravillosa. No quería rodar en Madrid porque hace demasiado calor en verano, así que pensé, ¿dónde más en España podría rodar? Y me acordé de que había estado en el Festival de San Sebastián y la ciudad me había parecido preciosa. No sabía demasiado sobre San Sebastián, pero sí que sabía que había un festival, así que empecé a escribir una historia sobre el festival”, contó, en diálogo con El Confidencial.

Y sumó: “Me gustaba la idea de que los festivales de cine homenajean a los grandes directores europeos que convirtieron el cine en arte, aquellos que en los cincuenta y los sesenta inventaron el Neorrealismo o la Nouvelle Vague y que influyeron al cine de todo el mundo, también en Estados Unidos. Pero sólo lo hice porque elegí rodar en San Sebastián. Si San Sebastián fuese reconocida por hacer cerámica, hubiese escrito una historia sobre la cerámica”.

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LA HISTORIA

Con los protagónicos de Wallace Shawn, cuyo debut como actor ocurrió de la mano de Allen con “Manhattan” (1979), y Elena Alaya (”La piel que habito”), la cinta marca el título número 50 de la lista de largometrajes realizados por el oriundo de Nueva York desde sus inicios en 1966 con “¿Qué pasa, Tiger Lily?”.

En esta historia, Shawn, también conocido por sus roles en “The Double” (2013) e “Historia de un matrimonio” (2019), es Mort Rifkin, un crítico cinematográfico que le relata a su terapeuta sus vivencias durante su viaje al Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

Allí, el protagonista acompaña a su esposa, Sue (Gina Gershon), la agente de prensa de un director francés cuya obra, presentada en el aclamado certamen, se transformó en una de las más exitosas del circuito.

Casi al mismo tiempo, Mort comienza a sospechar de la cada vez más estrecha relación entre su pareja y el realizador, lo que le produce varias pesadillas inspiradas en el clásicos del cine en blanco y negro como “El ciudadano”, “Sin aliento” y “El ángel exterminador”.

Atormentado por los celos, su falta de éxito profesional y la desesperanza general respecto al devenir de su existencia, Rifkin termina en un centro asistencial por unos aparentes dolores en el pecho, que lo llevan a conocer a Joanna Rojas (Alaya), una médica involucrada en un matrimonio poco feliz con la que comienza una romántica aventura por las encantadoras calles de San Sebastián.

El dos veces ganador del Oscar a Mejor actor de reparto Christoph Waltz (”Bastardos sin gloria”) también participa del elenco, integrado además por Louis Garrel (”Mujercitas”), Sergi López (“Lazzaro felice”), Douglas McGrath (“Michael Clayton”), Richard Kind (“Argo”) y Nathalie Poza (“Mientras dure la guerra”).

AMBIENTACIÓN REAL

“Rifkin ‘s Festival” abrió, fuera de concurso, la edición número 68 del Festival de San Sebastián el año pasado, en donde Allen se refirió al futuro del cine de autor.

“Bergman, Truffau, Fellini. Es posible tener cineastas autores en el futuro, no veo la razón por la que no pueda haberlos. Aquellos fueron una gran influencia y siguen siendo clásicos, igual que las obras de literatura”, manifestó en el marco de una presentación virtual.

“Pero estoy seguro que habrá artistas iguales a esos maestros del pasado (...) Hoy hay cineastas muy buenos que hacen películas muy serias, que suelen funcionar menos bien que el cine comercial; desgraciadamente vivimos una época en la que el cine comercial gana miles de millones; eso antes no pasaba”, agregó.

A las salas, “no les sale rentable mostrar filmes de bajo presupuesto y ganan más con esas otras; siempre es así, pero los que son artistas surgirán y aparecerán, aunque sea con una llama más baja, pero también será mas duradera”.

“La cosmética ha cambiado, pero el principio sigue siendo el mismo”, resumió el creador, y confesó cuál sería a su criterio el festival ideal.

“Mi festival ideal sería uno que tuviera películas sin mucha promoción a nivel comercial y que pudiera ver mucha gente; cintas curiosas, sin tirón comercial, no las típicas, y que las pudieran ver los críticos y difundirlas por el mundo”, concluyó.