Temblor bursátil: cayeron las acciones y subió el Riesgo País

En una jornada marcada por la fuerte volatilidad mundial (ver aparte) y mientras persiste la incertidumbre por la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), las acciones argentinas en Wall Street se desplomaron ayer hasta un 6,1 por ciento. En tanto que el Riesgo País se disparó 46 unidades para acercarse a los 2.000 puntos y marcar un nuevo récord desde septiembre de 2020.

Mientras en Wall Street los principales índices norteamericanos cotizaron a la baja durante buena parte de la rueda (pero consiguieron remontar sobre el final), en el plano local la mayoría de los bonos y acciones argentinas que operan en el exterior cerraron con números negativos.

Destacaron, en ese sentido, los retrocesos de Banco Macro (-6,1%); IRSA Propiedades Comerciales (-4,9%); Irsa (-4,8%); Edenor (-4,55%); Banco Francés (-3,4%); y Cresud (-0,4%). También cedió fuerte Mercado Libre, que acumula una baja del 26 por ciento en lo que va del año y que, como el resto, ayer se vio arrastrado por el nerviosismo internacional en medio de la creciente tensión entre Rusia y Ucrania y a la espera de que la Reserva Federal de Estados Unidos resuelva medidas contra la inflación.

Pero mientras los índices bursátiles de Wall Street lograron sobre el final revertir las bajas que habían mostrado durante casi todo el día, el Merval de Buenos Aires (que venía de acumular un desplome del 2,2%) cayó ayer un 3,13 por ciento, afectada principalmente por los malos rendimientos de Transportadora de Gas del Norte (-7%); Banco Macro (-5,76%); Cablevisión Holding (-5,62%); Transener (-5,59%); y Aluar (-5%).

Si la tensión internacional fue un sablazo para los mercados emergentes, la coyuntura argentina tampoco acompañó. De acuerdo a la opinión de distintos analistas, los saltos cambiarios, la fragilidad de reservas del Banco Central y la incógnita por los 730 millones de dólares de deuda que el Gobierno debería pagarle al FMI este viernes (y que no despeja) terminaron de hacer mella en el mercado bursátil.

Fue, para muchos, un “lunes negro” en el que además el dólar “blue” se mantuvo en máximos históricos, llegando a operar a 220 pesos para la venta en la Región y estirando la brecha con el oficial mayorista (que cerró a $104,53 al 109%.

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En tanto que los dólares financieros “libres” fueron los que ayer llevaron la batuta alcista: aunque llegaron a tocar los 228 pesos, sobre el final cedieron y terminaron en 226 pesos, en el caso del contado con liquidación vía bono Global 2030, y en 222 pesos para el que surge de la operatoria con Certificados de Depósito Argentinos (Cedears).

“Se acelera el reacomodamiento alcista de los dólares financieros y libres, ya que la falta de señales de avances en las negociaciones con el FMI no hace más que inclinar cada vez más a los operadores hacia la cobertura como respuesta defensiva ante dicha incertidumbre”, explicó en declaraciones periodísticas el analista Gustavo Ber.

Por su parte, el economista Fernando Marull advirtió que “en enero los pesos empiezan a sobrar” y que si a eso se agrega “el impacto de sequía, que el Banco Central volvió a vender dólares y que las chances de ‘default’ al FMI son mayores, alcanza para explicar el rebote del dólar paralelo”.

Tampoco cedió el Riesgo País, que subió ayer 46 unidades hasta los 1.962 puntos básicos, el valor más alto desde que se reestructuró la deuda con acreedores privados, en septiembre de 2020.

El indicador del J.P. Morgan funciona como una luz de alarma para los inversores en cada país y su escalada es una señal de la fragilidad de la situación argentina. En este caso se explica por la caída de los bonos soberanos que emitió la Argentina en el último canje de deuda: el Global 2035 (GD35), por ejemplo, se hundió un 2,83 por ciento; el Bonar 2030 en dólares perdió un 2,81 por ciento y el Global 2030, un 1,5 por ciento. A nivel local, el Bonar 2029 retrocedió 1,2 por ciento y el Bonar 2038, un 0,7 por ciento.

Para Emilse Córdoba, de Bell Inversiones, “el escaso nivel de reservas del Banco Central sumado a la falta de avances en las negociaciones con el FMI son las principales causas de incertidumbre”, según apuntó en declaraciones a la prensa. “La inflación persistente y el desinterés del público por mantener pesos, junto a los bonos de la deuda soberana también reflejan este complicado escenario”, agregó y que “entramos en una etapa crítica que requerirá inminentes definiciones o al menos ciertas señales por parte de las autoridades que permitan reducir la alta incertidumbre económica que atraviesa este momento”.

Será clave, en ese sentido, la marcha de las negociaciones con el Fondo, al que la Argentina debe pagarle este viernes 730 millones de dólares, antes de los vecimientos del 1º de febrero, por otros 365 millones de dólares, y del 22 de marzo, por 2.900 millones de dólares, la deuda más difícil de afrontar con el escuálido nivel de reservas actual.