Una jubilada fue asaltada por tercera vez en un año

La mujer reportó que tres sujetos la sorprendieron mientras dormía y se llevaron lo único que le quedaba: sus alhajas

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La Zona Norte continúa sin respiro en materia de inseguridad. Un violento robo que tuvo como víctima a una jubilada de 96 años en Ringuelet, demostró nuevamente que por más recaudos que se tomen y reclamos que se hagan, hace largos meses que la delincuencia viene pegando duro en este sector de la Ciudad. La realidad afecta no sólo a casas y a transeúntes con asaltos callejeros cometidos por motochorros. También son blancos del delito los comercios.

Tal es el caso que ocurrió hace pocas horas en un centro de estética que funciona en calle 13 entre 528 y 529, en donde producto de un asalto una trabajadora del local perdió su embarazo. (ver página 24) En este marco, al igual que sucede en sectores como City Bell, Villa Elisa, Gorina o Gonnet, en Ringuelet los frentistas aseguran que ya no saben qué medidas de prevención tomar pues la delincuencia “ya rompió todos los patrones”.

“Hasta hace unos meses, uno sabía que después de las 7 de la tarde ya no se podía andar. Pero ahora los robos están a la vuelta de la esquina. Puede tocarte en cualquier momento. Con o sin sus dueños, así de noche como de día, los ladrones te pueden agarrar en el patio cuando estás tomando sol, en la cama cuando estás descansando. Es muy impredecible”, explicó un vecino de 517 entre 8 y 9, en donde ayer, en horas de la madrugada, una nonagenaria fue asaltada por tercera vez en doce meses.

Según precisaron fuentes policiales, al menos tres individuos se colaron en la casa de la víctima luego de forzar una reja ubicada en una ventana trasera. El hecho ocurrió alrededor de las 2 de la mañana cuando la dueña se encontraba descansando.

La mujer contó a la policía que cuando se despertó tenía un revólver apuntándole a la cara. Sin margen de maniobra para poder escapar o pedir ayuda, no le quedó otra opción que revelar el sitio en el que se hallaban sus objetos personales más preciados.

Se trata de unas alhajas que la habían acompañado durante gran parte de su vida y que se habían salvado de dos episodios similares que tuvieron lugar en el último año. El primero, en marzo y el segundo, a principios de noviembre. Ayer, finalmente, esos objetos cuyo valor simbólico estaba muy por encima de su cotización como metal quedaron en poder de los tres ladrones.

Durante varios minutos la damnificada le pidió a los ladrones que comprendieran que no tenía más que darles ya que en los dos atracos que había sufrido se habían llevado sus ahorros y varios artefactos electrónicos. Pese a las palabras de la jubilada, los ladrones emprendieron igual una búsqueda exhaustiva por toda la casa. Pero con cada cajón que abrían los delincuentes se fueron convenciendo de que no iban a poder agrandar mucho más el botín.

Alrededor de las 2.30, la pesadilla para esta mujer terminó con la huida de los intrusos. La policía arribó al lugar y brindó contención a la mujer mientras aguardaba la llegada de una ambulancia del SAME.

 

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