El “gym” a cielo abierto: explosión en parques y plazas

Cae la tarde de viernes y en Plaza Belgrano llegan hasta la esquina de 12 y 40 unas 20 personas, hombres y mujeres de edades variadas. Los espera “El profe” para ponerlos en movimiento con distintos ejercicios de gimnasia funcional. Ese es uno de los tantos “gimnasios a cielo abierto” que convoca a los amantes del aire libre que copan distintas plazas, parques y ramblas platenses.

Para muchos no es fácil alcanzar una rutina para hacer ejercicios, pero encontraron en la plaza la motivación perfecta para ponerse las zapatillas y arrancar.

“Estar al aire libre te cambia la rutina, te da otro paisaje”, resume Pablo Acosta, profesor de educación física que desde hace 2 años trabaja en ese sector de la plaza.

El grupo se concentra allí lunes, miércoles y viernes, entre las 18 y 21, cuando la mayoría cierra la jornada laboral y poner el cuerpo en movimiento es un gran estímulo a favor de la salud y para alejar el estrés.

“Siempre son entre 20 y 25 y hacen entrenamiento funcional”, dice el profesor.

Sobre el césped están las colchonetas, las pesas, los elásticos y otros elementos que les permiten trabajar con las distintas partes del cuerpo. Se alterna esa rutina con alguna carrera hacia el otro extremo de la plaza.

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Un cuadro similar se repite en la rambla de 32, en Plaza Malvinas, Parque San Martín y en el Bosque.

Profesores e instructores coinciden en que no hay nada mejor que ejercitarse en contacto con la naturaleza porque la actividad es más divertida y hasta permite observar la dinámica de la ciudad con otra perspectiva.

Se destaca que la condición física mejora sustancialmente cuando los ejercicios o deportes se hacen al sol, en espacios abiertos.

Entre las actividades que más se observan en los espacios públicos platenses está el entrenamiento funcional, el running, el patinaje, el voleibol, el fútbol y el yoga.

También hay grupos de zumba que con música de fondo ponen el cuerpo en movimiento con distintas coreografías.

Los instructores de yoga destacan que el aire libre es ideal para desarrollar esa disciplina que relaja mente y cuerpo.

Se menciona que entre los beneficios del yoga está mejorar la calidad del sueño, la digestión, la presión arterial y la elasticidad corporal, entre otros.

Para practicar yoga en la plaza solo se requiere una colchoneta y ropa cómoda.

A quienes dan clases les reduce la inversión en salones, pero, en casos, realizan despliegue de pesas, bandas y conos para el trabajo. No hay instalaciones, pero el bono puede reflejar esa austeridad, avisó una profesora del rubro.

Andrea es médica e instructora de educación física, también montó su gimnasio a cielo abierto en 14 y 39. Hasta antes de la pandemia trabajó en el gimnasio de su padre, pero como tuvo que cerrar, decidió trasladar las actividades a la plaza.

“Primero apareció Pablo que vive a media cuadra y luego se fueron sumando más alumnos”, dice mientras indica las rutinas a las que se deben abocar en cada segmento de ese espacio.

Su grupo no supera las seis personas porque ofrece un entrenamiento semi personalizado y los viernes los destina a armar un circuito.

“Tengo un alumno con una lesión en la rodilla al que le programo un entrenamiento adaptado, al igual que a un adolescente que, después de un problema de salud, se prepara para volver al rugby”, afirma la entrenadora que también se desempeña en el Hospital San Martín en el área de rehabilitación.

En Plaza Malvinas Carlos coordina un grupo que practica running y destaca que los corredores son personas que necesitan gastar mucha energía, algo que consiguen con una rutina.

“Desde la tercera semana, mejora el ritmo cardíaco y hay mejor elasticidad en las articulaciones. También se gana en resistencia del aparato respiratorio”, asegura el profesor.

Según dice, el único requisito es presentar un certificado médico, conseguir un par de zapatillas cómodas y hacerse de una hora para salir a correr.

Si en algo coinciden todos los profesores consultados por EL DIA es en afirmar que ponerse en movimiento ya es una batalla ganada al sedentarismo. Además hacerlo al aire libre da un “bonus track” de estímulo.

“La mayoría de mis alumnos pasa muchas horas sentado, ya sea porque son estudiantes universitarios o porque trabajan como empleados, salir a correr les da elasticidad, los tonifica”, afirma.

También se reconoce que el ejercicio favorece la pérdida de peso y que quien lo hace va tomando más conciencia de la necesidad de tener una alimentación saludable.

En suma, aunque tras los ejercicios al aire libre se termine cansado, los adeptos a esta forma de ponerse en movimiento aseguran que también llegan a su casa “energizados”.

No es menor el aspecto social que les permite a distintos grupos vincularse entre sí y hasta compartir determinadas rutinas porque, ya se sabe, la plaza y los parques son espacios para socializar y cambiar el humor.