Ante la firme contraofensiva de Kiev, Rusia retrocede

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El ejército ruso anunció ayer que prepara la evacuación de los habitantes de la ciudad ucraniana de Jersón, ante una contraofensiva que no le da respiro. El aviso se dio en medio de una campaña de bombardeos rusos que destruyó en poco más de una semana el 30 por ciento de las centrales eléctricas de la exrepública soviética.

Esos bombardeos forman parte de la réplica a una contraofensiva que ha permitido a las fuerzas ucranianas recuperar miles de kilómetros cuadrados en el sur y el este, conquistados por las tropas rusas tras la invasión del país el 24 de febrero.

El general Serguéi Surovikin, al mando de las tropas rusas en Ucrania desde hace diez días, ordenó preparar una operación de evacuación de los civiles de Jersón (sur), la principal ciudad de la región homónima, que fue formalmente anexionada por Moscú.

“El ejército ruso va a garantizar antes que nada la evacuación segura de la población” de Jersón, donde los bombardeos ucranianos de infraestructuras civiles “crean una amenaza directa”, declaró Surovikin al canal público Rossia 24.

“La situación en la zona de la operación militar especial puede describirse como tensa. El enemigo no ceja en sus tentativas de atacar las posiciones de las fuerzas rusas”, describió.

El ejército ruso había informado previamente de un avance en la región oriental de Járkov, el primero desde el lanzamiento de la contraofensiva ucraniana, a inicios del verano boreal.

En tanto, Ucrania acusó al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) de desentenderse de la suerte de los prisioneros ucranianos capturados por los rusos, a quienes la organización internacional aún no ha visitado. “Lastimosamente, en cada intercambio (de prisioneros), constatamos que la inacción del CICR condujo a que nuestros prisioneros de guerra y rehenes civiles sean diariamente torturados mediante el hambre y electrocuciones”, afirmaron desde Kiev.

 

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